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El misterioso fenómeno de la pareidolia (y su posible sesgo)
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El misterioso fenómeno de la pareidolia (y su posible sesgo)

Eso de ver rostros en objetos inanimados y superficies es un fenómeno muy común, pero recientemente se ha descubierto algo nuevo

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Nuestra mente nos juega malas pasadas. Seguro que, en más de una ocasión, caminabas por la calle y creíste ver una cara dibujada en el suelo (al más puro estilo Bélmez), o en una pared. Es algo bastante normal y a los primates, nuestros primos más cercanos, también les pasa. Eso de ver rostros en objetos inanimados y superficies es tan común que tiene incluso nombre: pareidolia.

Hemos supuesto ver caras extraterrestres incluso en Marte, confundiéndolas con objetos colocados al azar. En general, los estudios que se han llevado a cabo al respecto concluyen que se produce cuando algunas partes del cerebro procesan información visual y sacan conclusiones antes que el resto. Pero parece que no solo vemos rasgos faciales, sino que vamos más allá y también podemos vislumbrar edad, emoción y género. Y, curiosamente, la mayoría de estas curiosas caras se perciben como masculinas.

Parece que no solo vemos rasgos faciales, sino que vamos más allá y también podemos vislumbrar edad, emoción y género

El objetivo de un nuevo estudio que ha concluido con ello era comprender si los ejemplos de pareidolia facial también transmiten una expresión o sexo biológico, según Jessica Taubert (una de las investigadoras), recoge 'Science Alert'. "Los resultados mostraron un sesgo sorprendente en la percepción del género, con muchas más caras masculinas que femeninas".

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Para llevar a cabo la investigación reclutaron a 3.815 participantes para un experimento en línea que consistía en que miraran más de 200 fotos de "caras" que el equipo obtuvo tanto de internet y de sus colecciones personales (sí, los científicos que estudian la paraidolia tienen colecciones personales). Se pidió a los participantes que calificaran las imágenes sobre diez según la facilidad que tenían de vislumbrar una cara, así como que indicaran qué emoción veían, el rango de edad y si era "masculina", "femenina" o "neutra".

En general vieron en su mayoría rostros jóvenes (niños o adultos jóvenes). Las emociones fueron más variadas, aunque el 34% se percibían como felices, y había poca tristeza, miedo o disgusto. Lo que realmente llamó la atención de los investigadores fue que el género percibido se inclinaba masivamente hacia el masculino, marcando una diferencia de casi el 90%.

En general se ven su mayoría rostros jóvenes y masculinos, con expresiones alegres

Los sesgos de percepción son bastante comunes. Ocurren cuando nuestros cerebros crean atajos para tratar de comprender lo que vemos. Por lo general, somos bastante buenos usando estos atajos para percibirlos correctamente, pero a veces nos equivocamos, y este es el ejemplo. Pero, ¿por qué vemos más rostros masculinos que femeninos? Los investigadores realizaron más estudios para entender si podía tratarse de asociaciones semánticas de género, debido a los nombres de los objetos o a los elementos en sí mismos visualmente masculinos.

Después de descartar varias ideas decidieron que, simplemente, todavía no podían saber qué causa el sesgo de percepción, aunque brindaron algunas sugerencias. "Una posibilidad es que tenga un origen conceptual o lingüístico, en el sentido de que el género masculino es el predeterminado en la comunicación social. Según este relato, la percepción de un rostro ilusorio en un objeto invoca el concepto de 'persona', que a su vez invoca el concepto de 'masculino', a menos que la información adicional sugiera lo contrario" explicaron en su artículo.

"Una idea relacionada es que el género masculino es el predeterminado para un rostro, a menos que otros detalles visuales sugieran algo diferente"

"Una idea relacionada es que el género masculino es el predeterminado para un rostro, a menos que otros detalles visuales sugieran algo diferente... Independientemente del origen del sesgo masculino para la pareidolia facial, su existencia plantea preguntas interesantes sobre cómo las normas sociales pueden interactuar con la percepción visual", concluyeron.

Nuestra mente nos juega malas pasadas. Seguro que, en más de una ocasión, caminabas por la calle y creíste ver una cara dibujada en el suelo (al más puro estilo Bélmez), o en una pared. Es algo bastante normal y a los primates, nuestros primos más cercanos, también les pasa. Eso de ver rostros en objetos inanimados y superficies es tan común que tiene incluso nombre: pareidolia.

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