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Las mejores frases de 'El Principito': el mejor cuento para niños jamás escrito
  1. Alma, Corazón, Vida
lo esencial es invisible a los ojos

Las mejores frases de 'El Principito': el mejor cuento para niños jamás escrito

La obra tiene una complejidad extrema y una belleza insuperable, y en ella se trata la vida en todo su esplendor

Foto: Portada de 'El principito'
Portada de 'El principito'

Antoine de Saint-Exúpery no tuvo una vida corriente, quizá por eso desconfiaba tanto de 'las personas mayores'. El aviador francés, que quedó huérfano de padre a la temprana edad de cuatro años, sobrevoló con su avión los bellos y diversos paisajes de Córcega, Tolouse, el Sáhara español, Tetúan o lo que después sería Senegal, hasta que encontró la muerte en un accidente con su avioneta, el 31 de julio de 1944. Desapareció, como si del propio principito se tratase, y no fue hasta 1998 cuando un pescador encontró al sureste de Marsella una pulsera de plata con el nombre de Saint-Exupéry y de su esposa Consuelo, enganchado a un trozo de tela.

Quizá lo intuía cuando, exiliado en Estados Unidos, se puso a escribir e ilustrar el manuscrito de lo que sería El principito. Se encontraba en una crisis personal y su salud estaba deteriorada, pero debía saber que aquello que escribía era excepcional. Un cuento para niños y adultos, con una complejidad extrema y una belleza insuperable, en el que se trata la vida y todo lo que la rodea.

El principito, el piloto perdido en el Sáhara (presumiblemente el propio Saint-Exúpery), la flor, el zorro y el asteroide B612 quedarán para siempre en el imaginario colectivo. Y en honor a una de las obras más bellas jamás escritas, hemos elegido algunas de sus mejores frases.

La dedicatoria más bella jamás escrita

Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una seria excusa: esta persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Tengo otra excusa: esta persona mayor puede comprender todo; incluso los libros para niños. Tengo una tercera excusa: esta persona mayor vive en Francia, donde tiene hambre y frío. Tiene verdadera necesidad de consuelo. Si todas estas excusas no fueran suficientes, quiero dedicar este libro al niño que esta persona mayor fue en otro tiempo. Todas las personas mayores han sido niños antes. (Pero pocas lo recuerdan.) Corrijo, pues, mi dedicatoria: a León Werth, (cuando era niño).

placeholder Boa sombrero.
Boa sombrero.

La rosa, la belleza y el asteroide B612

  • "Por favor, dibújame un cordero".
  • ¿Por qué habría de darnos miedo un sombrero?
  • Mi dibujo no representaba un sombrero. Representaba una serpiente boa que digería un elefante.
  • El astrónomo hizo, entonces, una gran demostración de su descubrimiento en un Congreso Internacional de Astronomía. Pero nadie le creyó por culpa de su vestido. Las personas mayores son así. Felizmente, para la reputación del asteroide B612, un dictador turco obligó a su pueblo, bajo pena de muerte, a vestirse a la europea. El astrónomo repitió su demostración en 1920, con un traje muy elegante. Y esta vez todo el mundo compartió su opinión.
  • Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante.
  • En el planeta del principito, como en todos los planetas, había hierbas buenas y hierbas malas.
  • Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya.
  • Hay que exigir a cada uno lo que cada uno puede hacer.
  • Bebo para olvidar que soy un borracho.

Para unos, los que viajan, las estrellas son guías. Para otros no son más que lucecitas

  • ¿Y para qué te sirve poseer las estrellas? / Me sirve para ser rico / ¿Y para qué te sirve ser rico? /Para comprar otras estrellas, si alguien las encuentra.
  • ¿No es importante la guerra de los corderos y las flores?
  • Hombrecito... quiero oírte reír otra vez.
  • Viví mucho con personas mayores y las he conocido muy de cerca; pero esto no ha mejorado demasiado mi opinión sobre ellas.
  • Solo con el corazón se ve bien. Lo esencial es invisible a los ojos.
  • Para unos, los que viajan, las estrellas son guías. Para otros no son más que lucecitas.
  • ¡Sed amables, entonces! No me dejéis tan triste. Escribidme enseguida, decidme que el principito ha vuelto...

Antoine de Saint-Exúpery no tuvo una vida corriente, quizá por eso desconfiaba tanto de 'las personas mayores'. El aviador francés, que quedó huérfano de padre a la temprana edad de cuatro años, sobrevoló con su avión los bellos y diversos paisajes de Córcega, Tolouse, el Sáhara español, Tetúan o lo que después sería Senegal, hasta que encontró la muerte en un accidente con su avioneta, el 31 de julio de 1944. Desapareció, como si del propio principito se tratase, y no fue hasta 1998 cuando un pescador encontró al sureste de Marsella una pulsera de plata con el nombre de Saint-Exupéry y de su esposa Consuelo, enganchado a un trozo de tela.

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