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Las mejores frases de 'Rayuela' de Julio Cortázar
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UNA OBRA INMORTAL

Las mejores frases de 'Rayuela' de Julio Cortázar

Hoy repasamos algunos de los mejores fragmentos que tiene esta gran novela experimental del siglo XX que pronto cumplirá 70 años desde su publicación

Foto: Foto: EFE.
Foto: EFE.

Publicada por primera vez el 18 de febrero de 1963, 'Rayuela', del escritor argentino Julio Cortázar, es una de las novelas cumbre de la narrativa hispánica. Como su propio título indica, es un libro de 155 capítulos que funciona de rompecabezas, pudiendo empezar y terminar a la voluntad del ingenuo lector. Aunque tiene un orden establecido por el propio autor que arranca en el episodio 73, puede abordarse desde la página uno hasta el final o, incluso, a propio antojo, navegando por las distintas partes de la trama.

En sí, la novela describe la peculiar relación que mantiene su protagonista, Horacio Oliveira (un alter ego del autor) con su amada, a la que se le coloca el apelativo de "la Maga". Las primeras páginas comienzan cuando Oliveira vaga por las calles de París en busca de ella, dando a parar al famoso Pont-Neuf de París en el Barrio Latino. Los dos personajes pertenecen a un club de artistas, intelectuales y músicos que se pasan las tardes y las noches discutiendo sobre lo divino y lo humano, así como de las inquietudes artísticas en común. También conviven con el hijo de ella, Rocamadour, el cual está muy enfermo.

Foto: Julio Cortázar en 1967 fotografiado por Sara Facio

Cortázar, con 'Rayuela', asentó una manera de leer y de escribir radical, que él mismo defendió como antiliteraria (en concreto denominó a su obra como una "contranovela"), pues en diversas ocasiones explicó que no se hacía responsable de las idas y venidas de los personajes, así como del entendimiento general que el lector pudiera hacerse del argumento y de sus protagonistas. De este modo, el autor consiguió alumbrar un sentido 'mágico' en su obra, conectándole con otros escritores coetáneos que también pretendieron romper las barreras y los estándares de la época, como por ejemplo Gabriel García Márquez.

Un canon literario que rompió moldes

Se trata sin ninguna duda de uno de los libros escritos en lengua castellana más leídos del mundo, y una novela canónica para todo aquel que se interese por la literatura del siglo XX. Una de sus mayores innovaciones, que dan fe de la inmensa capacidad de creación lingüística de su autor, es la invención de un lenguaje propio, el glíglico, usado por los dos amantes en secreto y durante sus relaciones íntimas.

“Andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos”

En homenaje a esta gran obra, que pronto cumplirá 70 años desde su publicación, hoy recogemos una serie de fragmentos y frases de este poderoso libro, empezando directamente por las cuatro primeras pertenecientes al capítulo 68 en el que el autor habla en glíglico.

  • "Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes".
  • "Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las anillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia".
  • "Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente su orfelunios".
  • "Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, las esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa".
  • “Música, melancólico alimento para los que vivimos de amor”.
  • ¡Oh corazón mío, no te levantes para testimoniar en contra de mí!”.
  • “Como no sabías disimular me di cuenta en seguida de que para verte como yo quería era necesario empezar por cerrar los ojos”.
  • Total parcial: te quiero. Total general: te amo”.
  • “Me miras, de cerca me miras, cada vez mas de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez mas de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes”.
  • "El alacrán clavándose el aguijón, harto de ser un alacrán pero necesitando de su alacranidad para acabar con el alacrán”.
  • “¿A vos no te pasa que te despertás a veces con la exacta conciencia de que en ese momento empieza una increíble equivocación?”.
  • “Pero lo malo del sueño no es el sueño. Lo malo es eso que llaman despertarse…”.
  • “No se puede querer lo que quiero, y en la forma en que lo quiero, y de yapa compartir la vida con los otros. Había que saber estar solo y que tanto querer hiciera su obra, me salvara o me matara”.
  • “La felicidad tenía que ser otra cosa, algo quizá más triste que esta paz y este placer, un aire como de unicornio o isla, una caída interminable en la inmovilidad”.
  • “Andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos”.
  • Música, melancólico alimento para los que vivimos de amor.
  • Probablemente de todos nuestros sentimientos el único que no es verdaderamente nuestro es la esperanza. La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose.
  • Para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero.
  • Música, melancólico alimento para los que vivimos de amor.
  • La verdadera otredad hecha de delicados contactos, de maravillosos ajustes con el mundo, no podía cumplirse desde un sólo término, a la mano tendida debía responder otra mano desde el afuera, desde lo otro.
  • Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames.
  • A veces me convenzo de que la estupidez se llama triángulo, de que ocho por ocho es la locura o un perro. Abrazado a la Maga, esa concreción de nebulosa, pienso que tanto sentido tiene hacer un muñequito con miga de pan como escribir la novela que nunca escribiré o defender con la vida las ideas que redimen a los pueblos.
  • Pero en el jazz como en cualquier arte hay siempre un montón de chantajistas. Una cosa es la música que puede traducirse en emoción y otra la emoción que pretende pasar por música. Dolor paterno en fa sostenido, carcajada sarcástica en amarillo, violeta y negro. No, hijo, el arte empieza más acá o más allá, pero no es nunca eso.
  • Era como una piedra negra en el medio de su alma.
  • ¿Cómo convencerá el asesinado a su asesino de que no ha de aparecérsele?
  • De golpe, en la mitad de una sonrisa la boca se te convierte en una araña peluda.
  • Me hartabas un poco con tu manía de perfección, con tus zapatos rotos, con tu negativa a aceptar lo aceptable.
  • Todo lo que se escribe en estos tiempos y que vale la pena leer está orientado hacia la nostalgia.

Publicada por primera vez el 18 de febrero de 1963, 'Rayuela', del escritor argentino Julio Cortázar, es una de las novelas cumbre de la narrativa hispánica. Como su propio título indica, es un libro de 155 capítulos que funciona de rompecabezas, pudiendo empezar y terminar a la voluntad del ingenuo lector. Aunque tiene un orden establecido por el propio autor que arranca en el episodio 73, puede abordarse desde la página uno hasta el final o, incluso, a propio antojo, navegando por las distintas partes de la trama.

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