¿Son las multitudes de gente peligrosas? Esto dice la ciencia

Hace una semana nos levantábamos con la triste noticia de que una estampida multitudinaria en un concierto del rapero Travis Scott, durante un festival de música en Houston (Texas), dejaba varios muertos y miles de heridos. La razón, según los bomberos, fue la más frecuente en esta clase de actos en los que se congregan muchas personas: la multitud comenzó a empujarse hacia el escenario, lo que desató una reacción de pánico que provocó que la gente cayera al suelo, asfixiada, herida o inconsciente, lo que provocó aún más pánico.

Quien más y quien menos. Todos nos hemos encontrado en alguna ocasión rodeados por una masa de personas y las alarmas han saltado en nuestras cabezas, recordándonos otros dolorosos ejemplos de multitudes que han acabado mal, tanto en nuestro país como en el extranjero. Conciertos, mítines, cabalgatas o simples lugares cerrados, sabemos de sobra lo fácil que es dirigir a las masas (hay cientos de estudios al respecto, relacionándolo con aspectos sociológicos y políticos del ser humano), por lo que es fácil entender dónde va Vicente cuando la gente se mueve hacia un lado: si todo el mundo corre desesperado, entendemos que acecha un peligro, y no nos queda otra que correr también.

Cuando hay mucha gente en una multitud, el más mínimo movimiento desata una especie de ola que se propaga y puede hacer que las personas se caigan al suelo

Pero, ¿qué lleva a que una multitud sea peligrosa? A priori, en un lugar abierto como lo es un festival y como lo fue el concierto de Travis Scott, parece más complicado que algo pueda pasar. Además, como decíamos antes, todos hemos crecido acostumbrados a las multitudes y en algunos casos son incluso divertidas, pues se comparte una energía especial. Sin embargo, no es un tema baladí teniendo en cuenta que algunas organizaciones como la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional promueven pautas para ayudar en las multitudes, enfatizando la importancia de planificación de seguridad para reducir el peligro causado por el hacinamiento y métodos para manejar el comportamiento de dichas multitudes, para evitar desastres.

Por un lado, los expertos hablan del denominado 'crowd-quake' (temblor de multitud), un fenómeno que se produce de manera espontánea cuando la densidad de personas alcanza un límite crítico: es entonces cuando suelen producirse las avalanchas. Durante estos niveles de congestión, el contacto entre los cuerpos es tan intenso que el más mínimo movimiento desata una especie de ola (parecida a las sacudidas sísmicas durante los terremotos) que se propaga a través de la multitud y puede hacer que las personas se caigan al suelo.

La identificación social y la solidaridad, así como sentir que se encuentran seguros dentro de una multitud, puede aumentar la ayuda y reducir los empujones

Sin embargo, no todo son datos negativos. Según informa 'Psychology Today', a veces el comportamiento de masa puede ser útil en lugar de peligroso. Un estudio realizado en 2015 por John Drury y compañía, durante un festival musical al aire libre, llegó a la conclusión de que la identificación social dentro de una multitud puede aumentar la ayuda y reducir los empujones (dos cosas de vital importancia dadas las circunstancias).

En investigaciones posteriores, llegaron a la conclusión de que la percepción es fundamental en estas situaciones. La multitud informó haberse sentido segura y reconocieron que eso podía ayudar a través de lo que se denomina unidad psicológica. Los participantes que se encontraban en la masa confiaban en los otros miembros que había y se sintieron seguros, explicando que creían que se ayudarían mutuamente en caso de que sucediese una emergencia. Otra conclusión es que, según los expertos, el lenguaje utilizado para dirigirse a la multitud también es importante y puede afectar el comportamiento, por lo que considerarlo en un contexto tanto de seguridad como de psicología social debería ser parte de un plan integral de seguridad para las multitudes.

Qué hacer en caso de avalancha

Más allá de todo ello, también es relevante reconocer el peligro de manera individual en estos momentos para actuar en consecuencia. Lo mejor es irte de una multitud si ves la más mínima señal de peligro, pero en caso de no poder hacerlo, hay algunos consejos fundamentales: repliega los brazos, ahorra oxígeno (no grites si no es absolutamente necesario), como es lógico déjate arrastrar por la masa en lugar de luchar contra ella y evita las paredes (generalmente son las zonas más peligrosas y las personas que se encuentran cerca las más proclives a quedar aplastadas). De cualquier forma, hay siempre algo a tener en cuenta: lo más seguro es que la avalancha humana sea más peligrosa que el propio peligro, y la solidaridad en estos casos es vital para evitar consecuencias mayores.