Tripanofobia: el complejo miedo a vacunarse que lo dificulta todo

España comenzó el pasado 27 de diciembre una ambiciosa campaña de vacunación sin precedentes en nuestra historia. Esta semana comenzaba con la llegada a nuestro país un total de 1,2 millones de nuevas dosis de Pfizer, que se sumaban al más de un millón de viales de AstraZeneca que llegó la semana pasada.

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Poco a poco el número de inmunizados contra el covid-19 va creciendo en nuestro país y el resto del mundo. En paralelo, los estímulos relacionados con las vacunas nos bombardean por todos lados, desde los medios de comunicación, hasta en una conversación –mascarilla mediante cuando no se esté consumiendo– en la terraza de un bar. Una sobreestimulación ‘vacunativa’ que está provocando que el miedo a la propia acción de recibir una inyección esté creciendo exponencialmente en nuestro país en los últimos meses.

Se trata de la denominada tripanofobia, un miedo irracional a recibir una vacuna. Una fobia que hasta ahora se estimaba que sufría un 10% de la población –en mayor o menor medida–, que en los últimos meses está en auge. Aunque en muchas ocasiones se asocia a niños, ya que en este rango de edad se reciben varias inoculaciones, no entiende de edades y “están acudiendo cada vez más personas a los gabinetes de psicología para aprender a afrontar esta situación de una manera sana”, explica a El Confidencial Sergio García Soriano, psicólogo especialista en fobias del Gabinete Vallmen.

Dentro de este miedo a vacunarse existen grados, que pueden ir desde una tripanofobia leve hasta casos más extremos. “De hecho, casi todos hemos sufrido el rango leve en algún momento de nuestra vidas. Es ese sentimiento hacia un momento peculiar donde nos van a inyectar, tenemos que desplazarnos, entrar dentro de una consulta, sumando el ‘síndrome de la bata blanca’…”. “Sería como ir al dentista o una operación, ¿quién no siente cierto reparo?”, apunta el especialista al tiempo que indica que este nivel de miedo es completamente lógico.

“Por lo que, de manera leve, sería lógico, al ser una situación fuera de lo habitual que suscita interés y miedo; que se puede dejar pasar y acabar vacunándose. El problema viene cuando este miedo es retenido y en lugar de gestionarlo, se oponen al miedo, agravando todo este miedo y provocando la fobia”, señala el especialista.

Síntomas de la tripanofobia

García explica que la gente que sufre tripanofobia “va a reaccionar evitando la vacunación todo el tiempo que pueda y cuando le toque acudir a inocularse va a suceder que se maree, tanto antes como después de la inoculación”.

“También van a tener síntomas como vómitos o malestar general; que tienen que ver con que están somatizando ese miedo que tienen y de alguna manera su cuerpo reacciona en contra de la inyección”, apunta el especialista al tiempo que resume: “Es una sintomatología que el miedo ha hecho física”.

Por qué se produce el miedo a vacunarse

El psicólogo explica que los motivos por los que se sufre la tripanofobia son diferentes para cada persona. “Lo que hacemos en consulta es analizar el porqué de los miedos de cada persona. Pero, a grandes rasgos, vemos gente que tiene miedo a qué le están inoculando porque consideran que es dejarse llevar y ponerse en manos de la ciencia y un médico que no conocen, lo que suscita este miedo”.

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“También puede ser una fobia aprendida, ya que un familiar le haya hablado mal de las agujas, le haya dicho que una inyección le ha sentado mal, le hayan hablado mal de los médicos o que haya visto que se producía una reacción adversa a una vacuna. Por lo general se ha aprendido a través de conocidos, noticias de medios de comunicación…”, a lo que tenemos que sumar los bulos que llegan por redes sociales (falsas muertes, inexistentes reacciones adversas, teorías conspiranoides sobre las vacunas, etc.).

Cómo afrontar el miedo a vacunarse

Respecto a las tripanofobias más leves y medias el psicólogo apunta a que se pueden abordar de una manera sencilla: “Es necesario cambiar nuestro diálogo interno. Tendríamos que pensar a favor de lo que estamos haciendo y dándonos frases de calma. Si se consigue cambiar las frases uno se dice a sí mismo, ese miedo se puedo vencer”.

Pero en el caso de una tripanofobia en su grado elevado es necesario acudir a un especialista. “En este caso sería necesario hacer técnicas de respiración, relajación y poder gestionar ese miedo y llegar al momento de la inyección de una manera más favorable”, apunta el experto.

El psicólogo entiende que este miedo a vacunarse esté ahora más patente que nunca, ya que nos enfrentamos a un momento histórico, “en el que hay que entender los miedos de cada uno. Y, sobre todo, comprender que cada uno lo pueda hablar y ordenar en su cabeza a su ritmo, porque no estamos en la misma situación que cualquier otro tipo de vacunación. Esta está sucediendo en medio de una pandemia, en la que ha habido muchos muertos, entre ellos familiares cercanos, durante un tiempo no se sabía bien qué estaba sucediendo, el miedo a contagiarse… Todo eso tiene que ser ordenado en la psique del vacunado en potencia, no es solo una cuestión de relajación física, sino de solventar todos esos miedos”.

“Vivimos en un momento de mucha incertidumbre, hay que gestionar esta incertidumbre y el momento que nos ha tocado vivir”. “El mensaje que tenemos que lanzar los psicólogos tiene que ser tranquilizador hacia la población, porque la vacunación va a ser un proceso más de nuestras vidas y va a ser favorable”, concluye el especialista en fobias.