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Los Pink Pistols, el grupo armado de autodefensa para la comunidad LGTB en EEUU
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UNA HISTORIA DE VIOLENCIA

Los Pink Pistols, el grupo armado de autodefensa para la comunidad LGTB en EEUU

Desde el atentado a la discoteca de ambiente gay Pulse en Orlando de 2016, este colectivo decidió estar más preparado contra los ataques y delitos de odio

Foto: Fuente: iStock
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Ciudad de Orlando, Florida, 12 de junio de 2016. Un hombre de 30 años llamado Omar Mir Seddique Mateen entra a las dos de la madrugada en Pulse, una de las discotecas más concurridas de la zona, conocida por ser un club de ambiente LGTB. En vez de ir a la barra a pedir algo de beber, Omar saca una pistola y dispara a quemarropa a todos los presentes. El resultado: 50 muertos y 53 heridos, el segundo tiroteo con más fallecidos de la historia de Estados Unidos. Según narraron los medios locales, el atacante juró lealtad al Estado Islámico antes de efectuar la masacre, aunque los padres de este joven nacido en Nueva York y de ascendencia afgana aseguraron en la ‘NBC’ que su hijo no tenía ninguna vocación religiosa, pero sí una incorregible homofobia. Al cabo de unos días, el grupo yihaddista se atribuyó el ataque y la policía terminó descartando que solamente fuera por su odio a los homosexuales.

Cuatro años han pasado desde entonces y el dolor de las familias todavía sigue intacto. Más aún el de la comunidad LGTB de Florida. Según un estudio realizado por ‘The New York Times’ tomando los datos de criminalidad y homicidios del FBI, las personas ‘queer’ son el primer objetivo de aquellos que cometen delitos de odio de entre todas las minorías sociales de Estados Unidos. Aquello que no olvidan es la facilidad con la que Omar Mir Seddique Mateen compró un arma horas antes del atentado para acabar con la vida de todas aquellas personas inocentes; y por eso mismo, a raíz de lo sencillo que es hacerse con un arma, de lo fácil que es matar, la comunidad de gais, lesbianas, transexuales y bisexuales se ha organizado durante todos estos años para defenderse de los ataques.

A los maricas que van armados no se les dispara. Necesitamos armas para protegernos de todos los monstruos que hay ahí fuera

"Nos dedicamos al uso legal, seguro y responsable de las armas de fuego para la autodefensa de las comunidades de minorías sexuales". Esta es una de las líneas que aparecen en la descripción de la página web oficial de los Pink Pistols, una subcultura estadounidense que cuenta con más de 45 divisiones organizadas por todo el país y que, según sus miembros, cada día crece a pasos agigantados. "Somos un grupo de tiro que honra a la diversidad sexual y está abierto a todo aquel que quiera saber cómo disparar. Ayudamos a practicar a los nuevos tiradores y brindamos de un ambiente social divertido para todos nuestros miembros. Construimos puentes entre las comunidades de tiro y abogamos por el uso responsable de las armas de fuego de propiedad legal y usadas solamamente para la autodefensa de estas minorías sexuales".

En primer lugar, "enseñamos a los 'queers' a disparar", prosigue su 'statement'. "A los maricas que van armados no se les ataca. Cambiamos la percepción que tiene la gente sobre las minorías sexuales, de modo que aquellos que en el pasado siempre nos vieron como un blanco fácil y seguro para cometer delitos de odio (golpes, palizas, agresiones, asesinatos o violaciones), se darán cuenta de que ahora, un buen segmento de la población LGTB está armado y entrenado en el combate".

'Here's the Pink Pistols!'

Este grupo de autodefensa solo comprende tres reglas: "usa cada arma como si estuviera cargada, conoce a qué estás disparando y qué hay detrás y nunca apuntes a nada a lo que no estés preparado para disparar", explica uno de sus miembros llamado Huck a Edgar Gómez, un periodista estadounidense que se ha infiltrado en una de sus sedes, localizada en Los Angeles, y ha publicado un interesante artículo en 'Narratively'. "Este no es un lugar para hablar de política", aduce. "El hecho es que si Hitler no le hubiera quitado las armas a los judíos, no habría ganado la guerra. Después del ataque de Pulse, nunca he estado más seguro en mi vida que necesitamos armas para protegernos de todos los monstruos que hay ahí fuera. No podemos dejar que vuelva a pasar".

placeholder Los Pink Pistols en acción, enseñando a disparar a sus miembros. (Reuters)
Los Pink Pistols en acción, enseñando a disparar a sus miembros. (Reuters)

Gómez, el reportero norteamericano, quien también forma parte de la comunidad LGTB de Orlando, recuerda con mucha tristeza lo ocurrido en la discoteca, ya que fue ese lugar en el que por primera vez empezó a mostrarse a los demás como en realidad era. "Después del tiroteo, mis amigos y yo nos consolábamos pensando que al menos esas muertes no serían en vano", asevera en su artículo. "Seguramente sus muertes llevarían a una reforma en la ley de las armas. Nadie tendría que volver a experimentar una pérdida como aquella". Las cosas, desgraciadamente, no han cambiado demasiado: "Ahora sabemos que muchas otras personas pasaron por lo mismo después", concluye con tristeza.

De los siete miembros de la sede que visitó Gómez, cuatro eran mujeres. Un 19,9% de las mujeres lesbianas y bisexuales tienen más probabilidades de poseer armas en su hogar que un hombre homosexual o bisexual, según un estudio del Williams Institute, un centro de investigación asocado a la Facultad de Derecho de la UCLA. Por otro lado, dentro de la orientación heterosexual, un 40,2% de los hombres tienen armas en su casa respecto al 30,8% que pertenece a las mujeres. Aquel segmento de población que más atacado se ve dentro de la comunidad 'queer' es el de las mujeres negras y transexuales, las cuales tienen unas tasas de muerte por homicidio mucho más altas en comparación con otros sectores del movimiento LGTB. "No había personas negras en el grupo y yo era el único latino", relata Gómez. "Esto me pareció muy extraño, teniendo en cuenta que estábamos en Los Ángeles, donde casi la mitad de la población es latina".

Gays Against Guns: contra la violencia

Obviamente, los Pink Pistols no son la única organización que defiende a la comunidad LGTB de los ataques homófobos o terroristas. Existen otras como Gays Against Guns, formada varios días después del tiroteo de Pulse, la cual lucha por los derechos de los 'queers' y aboga por una ley mucho más férrea para el control de las armas. Su activismo va más allá de la autodefensa y entra de lleno en la protección de los jóvenes lesbianas, gays y bisexuales, los cuales tienen casi cinco veces más de probabilidades de intentar suicidarse que los heterosexuales. Otro dato que aporta Gómez y resulta muy estremecedor: el 40% de los adultos transgénero en Estados Unidos ha intentado quitarse la vida alguna vez.

placeholder Performance del grupo Gay Against Guns en las movilizaciones del Orgullo de Nueva York de 2016. (Reuters)
Performance del grupo Gay Against Guns en las movilizaciones del Orgullo de Nueva York de 2016. (Reuters)

"Aunque las armas de fuego no son el método más comúnmente utilizado para cometer suicidio, cuando se usan tienen un gran poder: alrededor del 85% de los intentos de suicidio con arma de fuego terminan en muerte, lo que hace que poseer armas no sea una auténtica solución al problema que enfrentan muchas personas 'queer'", asevera el periodista. Una de las acciones de Gays Against Guns que más repercusión tuvo fue la de la Marcha del Orgullo de Nueva York en 2016, en la que 49 personas vestidas de blanco se tumbaron en el suelo durante el desfile en honor a las víctimas de Pusle. También intentaron reventar un mitin de Donald Trump en febrero de este mismo año sosteniendo pancartas que rezaban: "Podría pararme en mitad de la Quinta Avenida y disparar a alguien".

Ciudad de Orlando, Florida, 12 de junio de 2016. Un hombre de 30 años llamado Omar Mir Seddique Mateen entra a las dos de la madrugada en Pulse, una de las discotecas más concurridas de la zona, conocida por ser un club de ambiente LGTB. En vez de ir a la barra a pedir algo de beber, Omar saca una pistola y dispara a quemarropa a todos los presentes. El resultado: 50 muertos y 53 heridos, el segundo tiroteo con más fallecidos de la historia de Estados Unidos. Según narraron los medios locales, el atacante juró lealtad al Estado Islámico antes de efectuar la masacre, aunque los padres de este joven nacido en Nueva York y de ascendencia afgana aseguraron en la ‘NBC’ que su hijo no tenía ninguna vocación religiosa, pero sí una incorregible homofobia. Al cabo de unos días, el grupo yihaddista se atribuyó el ataque y la policía terminó descartando que solamente fuera por su odio a los homosexuales.

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