Un gato guía a una mujer al supermercado y le señala su comida favorita

Se llama Conejo, pero es un gato y vive en la calle. Se busca la vida para sobrevivir en la ciudad de Piedras Negras, en México, cerca de la frontera con Estados Unidos. Y no lo tiene fácil: hay centenares de animales que, como él, viven en la calle y tienen que luchar por cada resto de comida si quieren seguir con vida.

Pero Conejo tiene dos grandes particularidades que le hacen diferente al resto de gatos callejeros. Por un lado no tiene cola, algo diferencial con respecto al resto de animales con los que comparte la calle; y, por otro, es muy inteligente, algo que le está permitiendo sobrevivir en un tiempo tan complicado como el que estamos atravesando.

Lo ha comprobado Tania Lizbeth Santos Coy Tovar, una mujer de 33 años que es maestra en un colegio de Piedras Negras. La pasada semana se dirigía a un supermercado de su ciudad para hacer la compra semanal cuando se encontró a Conejo a la puerta. El gato se le quedó mirando fijamente y, después, decidió acompañarla al interior de la tienda.

Le ha adoptado

Tania Lizbeth se dio cuenta desde el primer momento que Conejo era un gato especial, así que sacó su teléfono móvil para grabar su encuentro con el animal. Pero lo mejor vino después, cuando el felino se fue con la mujer al interior del supermercado, acompañándola hasta la estantería donde se encontraban los productos de alimentación para gatos.

Tania Lizbeth no solo compró la bolsa que le pedía el gato sino que, además, ha adoptado a Conejo

Una vez allí, Tania Lizbeth hizo un repaso por las diferentes posibilidades, pero cuando cogió un paquete determinado, Conejo comenzó a dar pequeños saltos, indicando a la mujer que ése era su alimento preferido. El gato había sido capaz de llevar a esta humana hasta el lugar que él quería para que le comprara la comida que necesitaba.

Tania Lizbeth no solo hizo eso sino que, además, ha adoptado a Conejo. Tal y como publica Clarín, la profesora se ha llevado al felino a vivir a su casa por lo que ya no tendrá que interactuar con otros humanos para que le compren su comida favorita en el supermercado. Una demostración de que más la inteligencia nos puede sacar de cualquier apuro.