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Reflujo gastroesofágico, la enfermedad detrás de la acidez de estómago
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Reflujo gastroesofágico, la enfermedad detrás de la acidez de estómago

¿Cómo saber cuándo un problema de acidez puede entrañar algo más grave? Te explicamos los síntomas, el impacto de los alimentos y el tratamiento a contemplar en cada caso

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Tener acidez de estómago después de una comida copiosa o de ingerir ciertos alimentos de forma puntual es algo que (casi) todos hemos padecido alguna vez. Una molestia que si se produce habitualmente, debería hacernos sospechar que algo no va bien. Lo que podría ser una molestia puntual puede llegar a tratarse de un reflujo gastroesofágico, una enfermedad que si no se trata a tiempo puede traer complicaciones para nuestra salud, algunas de ellas graves.

En primer lugar, es importante diferenciar entre ambos. “La acidez”, explica el Dr. Pedro Rosón, jefe del Servicio del Aparato Digestivo de Quirónsalud Málaga, “consiste en una molestia parecida a un ardor que generalmente se manifiesta en la región media justo por debajo del esternón y que sube hasta la laringe, como consecuencia de una intensa afectación ácida”. Sin embargo, la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) supone que el reflujo del contenido gástrico causa síntomas molestos o complicaciones al paciente porque el contenido ácido del estómago pasa hacia el esófago. Es decir, el reflujo gastroesofágico es la acción que provoca el síntoma, pudiendo desencadenar la acidez, ardor, dificultad al paso del alimento, tos, ronquera, disfonía, asma, etc.

A largo plazo, se puede transformar en otras enfermedades con cierto potencial maligno, como el esófago de Barrett, asociado a un alto riesgo de cáncer de esófago. Según el doctor Pedro Rosón, "la enfermedad por reflujo gastroesofágico ocurre en un 10%-20% en los países occidentales y tiene un impacto significativo sobre la calidad de vida relacionada con la salud".

El reflujo es la acción que provoca el síntoma, pudiendo desencadenar acidez, ardor, dificultad al paso del alimento, tos, ronquera, disfonía o asma

¿Cuándo deberíamos preocuparnos? Si la acidez se produce de forma muy puntual y esporádica, no debería ser alarmante, pero si la padecemos más de dos o tres veces por semana, sí deberíamos acudir a un especialista para que lo evalúe. Si el diagnóstico final es de reflujo, existen para su tratamiento métodos dietéticos, farmacológicos y quirúrgicos. Se suele iniciar un tratamiento con los llamados inhibidores de la bomba de protones (IBP) a dosis estándar, como el omeprazol, reevaluando su eficacia periódicamente. Sin embargo, apunta el médico digestivo, "hasta un 30% de los pacientes con reflujo resulta ser refractario al tratamiento médico".

En cuanto al tratamiento quirúrgico, recientemente han aparecido técnicas endoscópicas, a través de la boca, que ayudan a cerrar la musculatura entre el esófago y el estómago, tratando eficazmente el reflujo. Estas permiten evitar la presencia de síntomas y la ingesta mantenida de fármacos.

Para aquellos pacientes que presentan síntomas de reflujo resistentes al tratamiento médico convencional o bien para aquellos a los que, siendo eficaz, la duración prolongada del mismo hace recomendable buscar alternativas terapéuticas para ello, existe la llamada mucosectomía antirreflujo (o técnica ARMS). Consiste en la resección de la mucosa gástrica y esofágica por vía endoscópica. "Se puede realizar a todos los pacientes con reflujo que no presenten hernia de hiato, lo que significa que es apta para alrededor del 70% de los pacientes con reflujo gastroesofágico documentado y tiene una tasa de complicaciones prácticamente inexistente, pudiendo estar de alta el paciente en apenas 24 horas”.

Cómo prevenir la acidez

Si lo único que tenemos es acidez de manera puntual, el especialista recomienda aumentar la ingesta de alimentos ricos en proteínas, pero con bajo contenido en grasa (carnes magras, leche descremada, quesos no curados, etc.) y alimentos ricos en hidratos de carbono y bajo contenido en grasa (pan, cereales, pasta, patata, arroz, etc.). Deberíamos evitar la ingesta de alcohol, café o té fuerte, alimentos condimentados (especias, salsas, picantes, pimienta…), ácidos (vinagre, cítricos, zumos ácidos tipo naranja, limón, uva o tomate), alimentos de alto contenido en grasa (fritos, aceite, mantequilla o margarina, carnes grasas, etc.), bebidas carbónicas, productos efervescentes, chocolate o menta.

placeholder El café es uno de los activadores de la grasa marrón. (iStock)
El café es uno de los activadores de la grasa marrón. (iStock)

También puede ser útil tomar ciertas medidas después de las comidas, como no agacharse o realizar ejercicios que supongan presión abdominal, evitar prendas apretadas tipo faja, corsé o cinturones, así como evitar acostarse o tumbarse hasta que hayan pasado dos horas desde la comida. Apunta el doctor Rosón, asimismo, que “en ocasiones puntuales, se puede tomar algún antiácido”.

De este modo, si la acidez se manifiesta de forma persistente y prolongada en el tiempo, lo recomendable es no echar mano de antiácidos constantemente, ya que lo que podría parecer una molestia leve de 'estómagos delicados' puede estar enmascarando un problema que afecte seriamente a nuestra salud.

*El Confidencial, en colaboración con Quirónsalud, presenta una serie de artículos para aclarar dudas referentes a mitos y creencias populares relacionados con la salud así como para combatir las falsas informaciones que se puedan generar en internet. Si tienes alguna duda sobre la consulta resuelta y quieres más información, puedes contactar con el Hospital Quirónsalud Málaga.

Tener acidez de estómago después de una comida copiosa o de ingerir ciertos alimentos de forma puntual es algo que (casi) todos hemos padecido alguna vez. Una molestia que si se produce habitualmente, debería hacernos sospechar que algo no va bien. Lo que podría ser una molestia puntual puede llegar a tratarse de un reflujo gastroesofágico, una enfermedad que si no se trata a tiempo puede traer complicaciones para nuestra salud, algunas de ellas graves.

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