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Cinco ministros de Sanidad en cuatro años: el sector farmacéutico reclama continuidad
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mesa redonda con los actores del sector

Cinco ministros de Sanidad en cuatro años: el sector farmacéutico reclama continuidad

A la falta de continuidad política se suman la ausencia de eficiencia del sistema y la bajada del gasto en sanidad

Desde que Alfonso Alonso se encargase de la cartera de Sanidad a comienzos de 2015, Fátima Báñez, Dolors Montserrat, Carmen Montón y María Luisa Carcedo han dirigido la batuta del ministerio. En total, cinco ministros han ocupado el cargo en cuatro años. Ante esta situación, cualquier sector viviría en una continúa incertidumbre que no le permitiría avanzar. Por ello, no es de extrañar que la industria farmacéutica demande continuidad, más aún cuando tiene frentes abiertos que dependen básicamente de la Administración.

“Somos un sector en el que las decisiones se toman sentándonos con la Administración y las caras con las que nos sentamos últimamente bailan mucho”, asegura Eduardo Pastor, presidente del Grupo Cofares. Pastor denuncia que cada dos por tres se cambien las reglas del juego, dejándoles sin tiempo de reacción por coincidir en mitad de sus cuentas de resultados. “Somos empresas, necesitamos no tener incertidumbre”, reafirma. Una opinión que apoya Javier Urzay, subdirector de Farmaindustria. “Con políticos que cambian continuamente, lo que se consigue es que los asuntos importantes se vayan quedando en el cajón. Si tuviésemos un interlocutor válido durante un tiempo, se podrían conseguir muchas cosas”, afirma, y añade, “tenemos caras distintas, pero la historia es siempre la misma”.

De esta problemática, junto a esos frentes abiertos que mantiene el sector desde hace varios años, han hablado los asistentes a la mesa 'La distribución farmacéutica y retos del sector', organizada por El Confidencial y Grupo Cofares con la asistencia de Jesús Aguilar, presidente del Consejo General del Colegio de Farmacéuticos de España, Eladio González, presidente de la Federación de Distribuidores Farmacéuticos (Fedifar), Eduardo Pastor, presidente del Grupo Cofares, y Javier Urzay, subdirector general de Farmaindustria.

placeholder Jesús Aguilar, presidente del Consejo General del Colegio de Farmacéuticos de España.
Jesús Aguilar, presidente del Consejo General del Colegio de Farmacéuticos de España.

Aguilar pide a cualquier Gobierno que se tercie “estudiar bien sus medidas y pensarlas detenidamente para no perjudicar al sistema”. Un sistema que a sus ojos es difícilmente comparable con el de otros países. “Nuestro sistema nacional de salud es un sistema de éxito. Cuando sales de España, te das cuenta del valor que tienen nuestras prestaciones médicas y farmacéuticas”, certifica. “Hemos construido mucho y tenemos la obligación y la responsabilidad de seguir avanzando, pero lo primordial es que hay que mantenerlo”, explica el presidente del Consejo General del Colegio de Farmacéuticos de España.

Una distribución eficiente

Uno de los factores más destacables del sistema farmacéutico es su distribución. En España existe una red de más de 22.000 farmacias, de las cuales un alto porcentaje se ubica en poblaciones rurales, en las que son el único comercio y el único punto asistencial en kilómetros de distancia. Para sostener esta extensa red 'sociosanitaria', es imprescindible una distribución eficiente. “Nuestros equipos recorren 570.000 km diarios, lo que supone 14 veces la vuelta al mundo. El nivel de calidad de la distribución española es mejor que la europea y es superior porque somos solidarios”, declara Eladio González. El presidente de Fedifar cuantifica que el 45% de las transacciones que se realizan va a pérdidas y que se financian con el 55% restante. “En España prima el criterio sanitario por encima del criterio económico. No importa el punto geográfico ni el código postal, todos los ciudadanos reciben la misma calidad de servicio”, asevera.

placeholder Eduardo Pastor, presidente del Grupo Cofares.
Eduardo Pastor, presidente del Grupo Cofares.

El modelo de distribución debe evolucionar, ir más allá de la distribución de medicamentos y productos sanitarios. Para ello, debe pensar en formas de renovar y ampliar su oferta de servicios asistenciales, atendiendo las necesidades del actual contexto sociosanitario y trabajando con el resto de profesionales del sector salud. “La farmacia es un actor clave para contribuir a la adherencia de los medicamentos. La mitad de los pacientes no se toma bien la medicación, por lo que no produce los efectos que debería tener. Un medicamento que se toma mal es mejor no tomarlo”, atestigua Jesús Aguilar. Por ello, los asistentes a la mesa insisten en la importancia de que toda la cadena sanitaria colabore para que los pacientes estén informados, “hay que hacer pedagogía del medicamento”, demanda Aguilar.

El seguimiento o la mejora de la farmacoterapia en los pacientes se hace esencial en todas las situaciones, pero más aún “cuando en medio de la despoblación rural el único experto es el farmacéutico”, añade Eduardo Pastor. El presidente del Grupo Cofares hace referencia a las poblaciones rurales en las que no hay ni colegios ni gasolineras, en las que el pan se vende en un pequeña cafetería y donde el único profesional es el farmacéutico. “Queremos que la sociedad vuelva a las zonas rurales, pero no les ofrecemos atención de ningún profesional sanitario, es una decisión que habría que tomar”, agrega Pastor.

“Los farmacéuticos no quieren hacer más de lo que están haciendo. No están reivindicando más competencias, ya tienen muchas y las tienen por ley. El tema competencial esconde otras cosas, no es un problema de si el farmacéutico es el experto en medicamento”, dice Jesús Aguilar. “Tampoco hablamos de si necesitamos un grupo profesional distinto, lo que exponemos es que el 75% de las farmacias que están fuera de las capitales de provincia llegan donde no lo hacen otros profesionales y que debemos sacar provecho de esta situación a la hora de ofrecer un mejor servicio”, afianza Aguilar. Un beneficio que además de social puede ser económico porque, como apunta Eladio González, “pasamos varias veces al día por los centros de salud, y una amplia mayoría de farmacias son atendidas dos veces diarias, ¿por qué no utilizarnos a nosotros en lugar de a una empresa de transportes?”, cuestiona.

“No somos conscientes de que tenemos 22.300 farmacias en España, y no somos conscientes de que tenemos una farmacia que intenta innovar. Estamos en un nivel en el que nos parece todo normal. No nos valoramos, cuando otros países sí nos valoran. Pero la realidad es que estamos apostando más que las propias administraciones porque, con su visión cortoplacista, les resulta imposible liderar el cambio”, cierra Aguilar.

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Eladio González, presidente de Fedifar.


Innovación y calidad

Además de la distribución, otra de las grandes apuestas del sector es la innovación. Mejores y nuevos medicamentos son desarrollados en España gracias al compromiso de la industria en este campo. “La investigación es el futuro de la industria y de la lucha contra la enfermedad. En 2017 alcanzamos nuevos records en I+D+i. Se trata de un motor económico, hay pocos sectores tan importantes como este en nuestro país. Somos signo de identidad de España y somos responsables de mantener la calidad y mejorarla, pero tenemos que reflexionar entre todos cómo hacerlo”, atestigua Javier Urzay. El subdirector de Farmaindustria denuncia que España solo destine un 6% del PIB a la sanidad pública, cuando antes de la crisis económica y financiera se situaba en el 7%.

“Estamos en un sector que es muy sensible a la inversión. Los ajustes se pueden hacer hasta cierto punto. Pero ahora nos encontramos con un sistema que se apoya en bajos costes salariales y en unos medicamentos a bajo precio. Debemos preguntarnos si esta situación es sostenible en el tiempo y dónde queremos estar en unos años como industria y como país”, añade el subdirector de Farmaindustria. Eduardo Pastor apoya esta postura y se lamenta de que el sector no haya sabido vender lo que tiene, pero es contundente al afirmar que ha llegado el momento de hablar sobre “si el PIB puede mantener el Ferrari que conduce España, porque la realidad es que hay países con un modelo mucho peor que el nuestro pero con un mayor destino del PIB”.

Eficiencia frente al gasto

Jesús Aguilar opina que el gasto no es el principal problema del sistema, aunque denuncia que los cinco ministros que han ocupado la cartera sanitaria hayan decidido, uno tras otro, bajar el precio de los medicamentos. Para él, la principal pega es la eficiencia. “Hay mucha demagogia en cuanto al gasto, la gran tarea pendiente del sistema es la eficiencia. El 20% del gasto sanitario, siendo generoso, no se utiliza bien. Hace falta medir, tener datos analíticos. No se trata de un tema de más, sino de si ese más, o de lo que ya tengo, lo estoy distribuyendo bien, y para ello medir los resultados es primordial”, concreta Aguilar.

placeholder Javier Urzay, subdirector general de Farmaindustria.
Javier Urzay, subdirector general de Farmaindustria.

Pese a ello, el presidente del Consejo General del Colegio de Farmacéuticos de España considera que esta vez es evidente que se necesita una mayor aportación. “Si queremos mejorar la calidad, que haya menos copagos y más y mejores profesionales, solo hay una vía, y es la financiación a través de impuestos al ciudadano”, afirma. Pero, de nuevo, la incertidumbre política vuelve a salir a colación. “Las distintas administraciones solo han tenido el valor de ahorrar en el precio del medicamento porque para ahorrar en la gestión se necesita esfuerzo y tiempo”, sentencia.

“La OCDE dice que una quinta parte del gasto no es eficiente por la falta de adherencia y por el gran volumen de hospitalizaciones. Debemos ser capaces de gestionar mejor el sistema, porque somos los primeros interesados en que funcione, aunque solo sea por el hecho de que vivimos de él”, añade el presidente.

“Al presupuesto del 6% de la parte pública se suma el 3% de la parte privada: si todos los usuarios de la privada fueran a la pública, el sistema estaría mucho más colapsado que ahora”, asegura Eduardo Pastor. “Pronto tendremos 15 millones de personas por encima de los 65 años, cuya movilidad se reducirá mucho. El futuro demandará lo que el paciente necesita”, muestra. “Somos un sector bastante bien controlado y transparente, hemos sido colaboradores en los ahorros que se han hecho en sanidad, no hemos protestado en las calles, nos hemos adaptado. Si ahora transmitimos alarma, no es por capricho”, finaliza el presidente del Grupo Cofares.

Desde que Alfonso Alonso se encargase de la cartera de Sanidad a comienzos de 2015, Fátima Báñez, Dolors Montserrat, Carmen Montón y María Luisa Carcedo han dirigido la batuta del ministerio. En total, cinco ministros han ocupado el cargo en cuatro años. Ante esta situación, cualquier sector viviría en una continúa incertidumbre que no le permitiría avanzar. Por ello, no es de extrañar que la industria farmacéutica demande continuidad, más aún cuando tiene frentes abiertos que dependen básicamente de la Administración.

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