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Esto es lo que pasa cuando los impuestos son voluntarios, como en Noruega
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Esto es lo que pasa cuando los impuestos son voluntarios, como en Noruega

La iniciativa, puesta en marcha este junio por el gobierno de centro-derecha, suponía un experimento sociológico en toda regla. Sin embargo, la aceptación no ha sido la esperada

Foto: ¿Te salen las cuentas? (iStock)
¿Te salen las cuentas? (iStock)

Los términos 'impuestos' y 'voluntarios' bien pueden parecer contradictorios, pero en Noruega son una realidad. Criticado por la oposición por rebajar el gravamen y embarcarse en un frenesí de gasto de las reservas del petróleo, el gobierno de centro-derecha ha respondido con una audaz propuesta: las contribuciones voluntarias.

La iniciativa, puesta en marcha este junio, suponía un experimento sociológico en toda regla, una utopía que haría las delicias de los antiguos griegos, que, como explica Dominic Frisby en 'Aeon', situaban los impuestos en el terreno de la ética. Allí las tasas no eran la manera por la que los más pudientes compartían su riqueza con el pueblo, sino que se entendía como un servicio público. Eran, en definitiva, donaciones voluntarias, como cuando Prometeo regaló el fuego a los hombres o cuando Atenea hizo lo propio con el olivo.

En total, recaudaron en el mes de junio el equivalente a 1.155 euros. No es mucho dinero si tenemos en cuenta los 5,2 millones de habitantes

Ni la ley ni la burocracia obligaba a tales contribuciones, sino la tradición y el sentimiento público. En este sentido, el hombre magnífico imaginado por Aristóteles donaría enormes sumas a la comunidad, sin plantearse los beneficios que aquella acción le reportaría, pues, la verdadera riqueza, planteaba el filósofo, consistía en hacer el bien y ayudar a los demás.

¿Déficit de solidaridad?

No obstante, parece que en Noruega (y probablemente en el resto del mundo) vivimos con un déficit de hombres magníficos, al menos en términos de Aristóteles. El proyecto se ha dado de bruces con una tibia aceptación por parte de la ciudadanía. En total, recaudaron en junio (mes del estreno) el equivalente a 1.155 euros. No es mucho dinero si tenemos en cuenta de que se trata de un país de 5,2 millones de habitantes, muchos de los cuales ya están acostumbrados a pagar algunos de los impuestos más altos del mundo (la tasa máxima roza el 50% y el IVA alcanza el 25%).

placeholder Noruega debe parte de su riqueza económica a sus reservas de petróleo. (iStock)
Noruega debe parte de su riqueza económica a sus reservas de petróleo. (iStock)

“El esquema tributario fue creado para permitir que aquellos que quieran pagar más impuestos lo hagan de manera sencilla y directa”, asegura el ministro de Finanzas, Siv Jensen, a 'Bloomberg'. “Si alguien piensa que el nivel de impuestos es demasiado bajo, ahora tienen la oportunidad de pagar más”. Estas declaraciones vienen a colación del pequeño juego de tronos que vive el país escandinavo.

En lugar de involucrarse en distracciones políticas, el gobierno debe enfocarse en las empresas que minimizan sus contribuciones

Poco después de asumir el poder, a finales de 2013, Noruega se enfrentó a una de las peores situaciones económicas cuando el precio del crudo se desplomó. El gobierno, bajo una perspectiva liberal, respondió con agresividad recortando impuestos, pero para sobreponerse al envite, sacó dinero del fondo de riqueza del país. Algo inédito hasta entonces.

"Ha costado más de lo que ha generado"

Los partidos de la oposición del centro-izquierda reprocharon a la administración que estos recortes beneficiarían a los más ricos y acabarían aumentado la desigualdad. Fue Jonas Gahr Store, el líder laborista que lidera las encuestas para las elecciones parlamentarias del 11 de septiembre, quien incitó al gobierno a actuar, pues manifestó a principios de este año que había terminado pagando menos impuestos que con administraciones anteriores.

placeholder Noruega suele ocupar los primeros puestos de países con mejor calidad de vida. (iStock)
Noruega suele ocupar los primeros puestos de países con mejor calidad de vida. (iStock)

Sin embargo, Store, cuyo patrimonio neto es de 7 millones de euros, ha decidido no formar parte del atrevido plan impositivo. Herald Jacobsen, un asesor político del Partido Laborista, lo explica: habla de él como “un escaparate de campaña electoral del gobierno” y argumenta que el plan ha costado más de lo que ha generado. “En lugar de involucrarse en distracciones políticas, el gobierno debe enfocarse agresivamente a multinacionales como Facebook o Google, que no cumplen la ley para minimizar sus contribuciones fiscales”, critica Jacobsen.

Noruega no es el único país que ha intentado llevar a cabo un plan de impuestos voluntarios. Por ejemplo, Estados Unidos tiene un programa de este tipo desde la década de los 90, aunque, en lugar de ir al fondo general, se utiliza para pagar la deuda nacional. El año pasado generó más que la incipiente iniciativa noruega: algo más de 2,7 millones de dólares. No obstante, es preciso señalar que en ambos casos las cargas impositivas de siempre seguían siendo obligatorias.

Los términos 'impuestos' y 'voluntarios' bien pueden parecer contradictorios, pero en Noruega son una realidad. Criticado por la oposición por rebajar el gravamen y embarcarse en un frenesí de gasto de las reservas del petróleo, el gobierno de centro-derecha ha respondido con una audaz propuesta: las contribuciones voluntarias.

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