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Los seis productos que es mejor no comprar en un supermercado: carne envasada, pilas...
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NO todo lo que brilla es oro

Los seis productos que es mejor no comprar en un supermercado: carne envasada, pilas...

Desde luego que comprarlo todo en este tipo de comercios será lo más cómodo, pero no tiene por qué ser lo más barato

Foto: Las superficies de tamaño medio siguen siendo el lugar de compra favorito de los españoles. (iStock)
Las superficies de tamaño medio siguen siendo el lugar de compra favorito de los españoles. (iStock)

Los perezosos de este mundo deberían levantar una estatua en honor a quien haya inventado los supermercados (por si hay dudas: el estadounidense Clarence Saunders). La irrupción de este tipo de comercios ha cambiado nuestros hábitos de consumo, así como la distribución y el paisaje de las ciudades. Ahora los supermercados urbanos pueblan cada esquina en detrimento del comercio tradicional y, mientras la compra de frescos por Internet no termine de despegar, el 'super' seguirá siendo nuestro lugar favorito: por su música de ascensor, su milimétrica composición de estanterías y neveras, sus estrategias de neuromarketing destinadas a engordar la factura, sus algo con 99, sus horarios intempestivos y (en general) sus precios asequibles.

Foto: ¿Cómo has llegado hasta aquí? Porque los expertos han puesto las señales correctas. (iStock)

No es ningún secreto que los supermercados ganan dinero con cada compra, pero el beneficio que tienen varía (y mucho) dependiendo del producto. “Los perecederos que pueden (y suelen) ser desechados antes de que se compren tienden a obtener un mayor margen”, asegura Andrea Woroch, experta en consumo y ahorro para Mental Floss. ¿Merece la pena comprarlo todo allí? Desde luego será lo más cómodo, pero no lo más barato. Estos son los seis productos que deberías adquirir en otro establecimiento:

Fruta o verdura preparadas

Los supermercados te tientan con ensaladas en bolsa y frutas cortadas y listas para comer, pero querido consumidor, desafía el statu quo y compra lechuga fresca. No solo son mejores para tu salud, sino también para tu cartera. Ten en cuenta que un bol de plástico con sandía en trozos puede costar más que comprar una sandía entera. El margen de ganancia, según la experta en consumo, puede llegar hasta un 40% por una tarea que en tu casa no te llevaría ni cinco minutos.

Carne envasada

En un mundo ajetreado como el de hoy, los horarios laborales no permiten hacer comidas como las de antes y muchos recurrimos a la comodidad y rapidez de la carne ya envasada. Por pereza o desconocimiento, tenemos la (mala) costumbre de adquirir carne picada, en cubos, albóndigas ya preparadas, escalopes listos para freir o pechugas de pollo en bandejas. No obstante, la impaciencia en la cocina te puede costar entre un 60 y un 300% más (como comprar el trozo de carne entero), según Woroch. Así que, entre decantarse por las enormes cantidades o la costosa versión ya preparada, una opción más inteligente es adquirir el producto en una carnicería y perdirle al encargado que la corte como a ti te gusta (es gratis).

Cereales de marca

Si te has mantenido fiel a tu marca de siempre en el desayuno, seguro que la holgura de tu cartera lo ha ido notando cada vez más. La publicidad o los costes del marketing incrementan su precio, que muchas veces tratan de ocultar agrandando el paquete (y no su contenido). En este caso, los costes de producción y el margen de ganancia del supermercado representan entre el 20 y el 36% del precio del producto y el resto son todo beneficios para el fabricante. Si las comparas con las marcas genéricas, encontrarás los mismos ingredientes en las etiquetas.

Pilas

Mientras esperas para pagar, las mentes astutas del supermercado te tientan con productos golosos como dulces y chicles, y pilas. Sí, las pilas cotidianas que siempre necesitas. El elevado precio de estos productos y su estratégica posición son el as en la manga de los comercios. Por lo general, será mejor comprarlas en ferreterías, grandes almacenes o incluso por Internet. Tampoco deberías tener ningún reparo en aprovecharte de las ofertas: las pilas caducan bien tarde.

Productos de droguería

Meter ese champú o desodorante en el carrito de la compra podría costarte un 30% más. Aunque cada vez más 'super' cuentan con su propia línea de productos cosméticos o de droguería, suelen ser más baratos en hipermercados. Otros productos de higiene como bastoncillos, desmaquilladores o toallitas se encuentran más baratos en tiendas de descuento, droguerías de toda la vida o bazares de tipo “todo a 100”.

Especias

Si alguna vez has estado en una tienda de especias, seguramente te habrá sorprendido el intenso olor a clavo, comino o cúrcuma que impregna el ambiente. No obstante, como ya habrás notado, la experiencia no es la misma en los supermercados. Los botes que encontramos en sus estanterías, y que cuestan alrededor de un euro, nos suelen parecer económicos, pero debemos tener en cuenta que, si las compramos a granel, nos podríamos ahorrar una buena cantidad.

Los perezosos de este mundo deberían levantar una estatua en honor a quien haya inventado los supermercados (por si hay dudas: el estadounidense Clarence Saunders). La irrupción de este tipo de comercios ha cambiado nuestros hábitos de consumo, así como la distribución y el paisaje de las ciudades. Ahora los supermercados urbanos pueblan cada esquina en detrimento del comercio tradicional y, mientras la compra de frescos por Internet no termine de despegar, el 'super' seguirá siendo nuestro lugar favorito: por su música de ascensor, su milimétrica composición de estanterías y neveras, sus estrategias de neuromarketing destinadas a engordar la factura, sus algo con 99, sus horarios intempestivos y (en general) sus precios asequibles.

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