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Realizan el primer implante de corazón artificial en España
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en la clínica universidad de navarra

Realizan el primer implante de corazón artificial en España

La operación supone un hito para la cardiología en España, pero a nivel internacional se implantó por primera vez un corazón artificial hace casi medio siglo

Foto: Primer implante de corazón artificial en España
Primer implante de corazón artificial en España

Un equipo de especialistas de la Clínica de la Universidad de Navarra ha implantado por primera vez en España un corazón artificial a un paciente de 47 años, una operación que es más compleja que las que se realizaban hasta la fecha con dispositivos artificiales de asistencia ventricular. "Parece un caballo latiendo con fuerza y no me molesta el ruido de la maquina, ya me he hecho", explica Óscar, el hombre que a partir de ahora controlará sus latidos con una consola que llevará a la espalda.

"Cuando empecé con los problemas era albañil y entonces tenía 28 años. De un día para otro vi que no podía levantar una piedra", explica. Casi 20 años después, la vida de Óscar ha dado un giro de 180 grados gracias a la operación: "Me estoy recuperando bien. Cada día voy evolucionando, mejor carácter, ganas de hablar, de vivir", señala; "¿una caña tenéis para sacar aquí?", bromea con las enfermeras.

Oscar sufría una cardiomiopatía dilatada, una enfermedad que provoca que el corazón se vaya agrandando y no funcione correctamente. "Ante la imposibilidad de encontrar un corazón para él, decidimos implantarle un corazón artificial total para reemplazar sus dos ventrículos que fallaban al mismo tiempo y poder permitirle llegar a un trasplante cardíaco", explica el doctor Gregorio Rábago, responsable de la intervención.

¿Cómo funciona un corazón artificial?

"Un corazón artificial total sustituye a un corazón normal, es decir, retiramos dos ventrículos y los sustituímos por dos dispositivos artificiales que van a cumplir esa función", explica Rábago. "Lo que hace es cada vez que el diafragma se mueve, desplaza sangre y produce la sístole [contracción] y, cada vez que el diafragma baja, el corazón se llena de sangre y es la diástole [expansión]".

De esta manera, "todo lo que queda dentro del paciente es esta porción y el tubo que va conectado a la consola, que es la que maneja el corazón artificial". Dicha consola pesa en torno a 7 kilos, por lo que Óscar tendrá que llevarla en una mochila en todo momento. "Estamos educándole y formándole para que maneje la consola de forma autónoma", explica Leticia Jimeno, enfermera de la clínica.

Por su parte, Óscar quita peso al hecho de que sea el primer español al que se le implanta un corazón artificial: "Alguien tiene que ser el primero", señala, y asegura que "valiente no sé, pero mucha paciencia sí he tenido".

Medio siglo desde el primer intento

La operación supone un hito para la cardiología en España, pero a nivel internacional se implantó por primera vez un corazón artificial hace casi medio siglo. Fue en 1969, cuando el estadounidense Denton Cooley, incapaz de encontrar un corazón que trasplantar a su paciente, decidió probar suerte con uno artificial. Por desgracia, el intento no salió según lo esperado: el receptor sobrevivió 65 horas, pero falleció cuando intentaban trasplantarle el nuevo corazón 'natural'.

El caso dio paso a la polémica después de que un compañero del equipo de Cooley, el doctor Michael DeBakey, le acusase de haber utilizado un dispositivo que no se había probado en animales y que, por tanto, carecía de fiabilidad. La Universidad de Baylor, donde trabajaban ambos, concluyó que Cooley había quebrantado las pautas federales y le pidió que se comprometiera a no investigar con humanos sin su permiso. La viuda del fallecido también se sumó a las críticas, demandando a Cooley y exigiendo una compensación de 4,5 millones de dólares.

Lejos de abandonar sus investigaciones, la respuesta de Cooley a sus detractores fue tajante: acusó a DeBakey de intentar bloquear sus avances, abandonó la Universidad de Baylor para ir a trabajar al 'Texas Heart Institute' y argumentó que la única autorización que necesitaba era la de su paciente. Respecto a la demanda de la viuda, el Tribunal Supremo desestimó la misma y dio la razón al cardiólogo años después. "Considero el corazón una simple bomba que es sierva del cerebro", explicó Cooley en una conferencia en Ciudad del Cabo en 1969. Partiendo de esta idea, el cardiólogo llevó a cabo más de 100.000 operaciones a corazón abierto a lo largo de su carrera, pero también tuvo problemas con la Justicia en varias ocasiones.

Cooley murió el pasado 16 de noviembre y fueron muchos los medios estadounidenses que recordaron entonces sus logros, pero muy pocos señalaron sus fracasos. Cabe señalar en este sentido un episodio que recogía 'Los Angeles Times' en el artículo sobre su muerte y que refleja tanto la genialidad como el ego del fallecido. En una de las ocasiones en las que Cooley acabó en los tribunales, uno de los abogados le preguntó si pensaba que era el mejor cardiólogo del mundo, a lo que el doctor respondió que sí. "¿No piensa usted que eso es poco modesto?", dijo entonces el letrado, "quizá", contestó Cooley, "pero recuerde que estoy bajo juramento".

Un equipo de especialistas de la Clínica de la Universidad de Navarra ha implantado por primera vez en España un corazón artificial a un paciente de 47 años, una operación que es más compleja que las que se realizaban hasta la fecha con dispositivos artificiales de asistencia ventricular. "Parece un caballo latiendo con fuerza y no me molesta el ruido de la maquina, ya me he hecho", explica Óscar, el hombre que a partir de ahora controlará sus latidos con una consola que llevará a la espalda.