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Qué haces mal con tus calzoncillos (y por qué tu madre lo hace mejor)
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Qué haces mal con tus calzoncillos (y por qué tu madre lo hace mejor)

¿Eres un hombre adulto y sigues sin conocer los secretos de tu ropa interior? ¿Tu madre los deja más suaves y te los compra más duraderos? Prueba estos 5 sencillos consejos

Foto: Ese aspecto de nuevos es difícil de mantener. (iStock)
Ese aspecto de nuevos es difícil de mantener. (iStock)

Parece fácil elegir y cuidar tus calzoncillos. Si no estás muy interesado en la moda coges unos que no te desagraden demasiado o que tengan un dibujo de tu saga friqui favorita y, cuando están sucios -como diría aquel, cada semana, lo necesiten o no- los metes en la lavadora.

Como no se ven por fuera, no te amarga una arruga, pero piénsalo: ¿no te parece que es hora de conseguir unos calzoncillos perfectos, que no se den de sí a los dos meses, que sean la higiene hecha prenda y que te hagan sentir (íntimamente) satisfecho?

Aquí tienes cinco cosas a evitar para conseguirlo publicadas en 'Men's Health', la biblia del estilo y la salud masculina para todos los públicos.

1. Estrenarlos sin lavar

¿Crees que en la tienda no se manchan y que solo un neurótico como tu madre se tomaría el trabajo de lavarlos nada más comprarlos? Eso es porque no sabes que el calzoncillo medio lleva al adquirirlo entre una décima de gramo y un gramo entero de heces. Sí, has leído bien. Es lo que dicen los expertos, entre ellos Philip Tierno, director de microbiología clínica en la Universidad de Nueva York y autor del best seller 'La vida secreta de los gérmenes'.

Si lavas los calzoncillos a menudo en un programa fuerte y con el agua a mucha temperatura se darán de sí y se aflojará el elástico

Gérmenes hay de sobra en casi todas las prendas, por lo que se recomienda el lavado en cuanto lleguemos a casa y probárselas siempre con el precinto protector en perfecto estado o con la ropa interior propia debajo. Solo el contacto de las manos ya puede provocar gastroenteritis, incluso si la persona que se probó la prenda antes que tú se sentía ya recuperada. Además de las heces, facilitan el contagio la flora de la piel y las secreciones respiratorias.

2. Lavarlos y secarlos mal

Sabemos que tienes prisa (y que estudiarse las instrucciones de la lavadora no es divertido), pero si los lavas a menudo en un programa fuerte y con el agua a mucha temperatura se darán de sí y se aflojará el elástico, y también hace perder tiempo tener que comprar ropa cada dos por tres. Un calzoncillo que se lava siempre en estas condiciones agresivas y se seca en secadora se estropea mucho antes, y no hay nada más deprimente que verlos envejecer antes de tiempo.

Otra cosa que afecta es ponerlos al sol directo. Eso viene bien a los blancos, pero en los oscuros va apagándolos.

Tu madre no le pone más cariño, sino que los lava con agua fría o en el programa para prendas delicadas, y, si puede, los tiende sin pinzas que se queden marcadas. El atractivo está en el interior. Traducimos: en la ropa interior aterciopelada y ajustada al cuerpo donde toca.

Despiece

3. Elegir mal el color

Ser clásico y comprar ropa interior blanca hace mucho más visibles los pequeños defectos que van estropeándola. Si tienes los cajones llenos de prendas desteñidas, con apariencia de viejas o irremediablemente sucias, quizá es tan sencillo como empezar a comprarlas de colores oscuros.

Reaccionan mejor al paso del tiempo el azul marino, el gris o el negro, por ejemplo.

En esto sí puedes superar fácilmente a las expertas maduras de la familia. ¡Independencia!

4. Comprar los clásicos slips ceñidos

Ya no se llevan demasiado, y en parte es porque son menos cómodos a la hora del 'mantenimiento'. En cuanto quedan más holgados de lo que deberían dan una imagen pésima, así que si tienes pocos y les das mucha tralla opta mejor por los tipo bermuda.

Si sudas mucho, las microfibras son otra buena opción, porque evitan el exceso de humedad

Otro buen motivo para no pasarse con la presión es la calidad de los espermatozoides. Si la zona está comprimida, aumenta la temperatura de los testículos y se dificulta la espermatogénesis. Esto afecta al tipo de corte y, sobre todo, a la talla. Si te favorecen pero te sientes más apretado de lo normal, pruébate la siguiente.

Si te gusta la sensación de comodidad de los ajustados y no quieres que se estropeen a la mínima, te recomendamos mejor unos 'boxer', donde lo elástico está más repartido.

5. Comprar un mal tejido

El precio no siempre significa calidad (aunque suele funcionar desconfiar de lo muy barato). Si ves un 'pack' que parece una ganga, fíjate en los materiales. Los más cómodos, ligeros y ponibles son los de algodón u otras fibras naturales, los preferidos de tu madre y de todo el que te quiera bien.

Si sudas mucho, para el gimnasio o simplemente para los días duros del verano, las microfibras son otra buena opción, porque evitan el exceso de humedad.

La licra, y en general los tejidos sintéticos, suelen ocasionar más rozaduras y molestias. Tampoco conviene usar calzoncillos de rejilla muchas horas al día, por el mismo motivo. Pueden llegar a causar eccemas e irritaciones y aumentan el sudor, por el roce y porque no lo absorben.

Parece fácil elegir y cuidar tus calzoncillos. Si no estás muy interesado en la moda coges unos que no te desagraden demasiado o que tengan un dibujo de tu saga friqui favorita y, cuando están sucios -como diría aquel, cada semana, lo necesiten o no- los metes en la lavadora.

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