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Adiós a un sueño adolescente: la ciudad maya 'descubierta' por un joven de 15 años no tiene fundamento científico
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"es como decir que descubrieron el agua caliente"

Adiós a un sueño adolescente: la ciudad maya 'descubierta' por un joven de 15 años no tiene fundamento científico

William Gadouri se ha convertido en una estrella mediática después de que se conociera su 'hallazgo'. Los expertos mexicanos no avalan su descubrimiento

Foto: La zona donde William Gadoury supuso que estaría la nueva ciudad maya (CSA)
La zona donde William Gadoury supuso que estaría la nueva ciudad maya (CSA)

Con 15 años, William Gadoury ya es una estrella de la NASA. Dos pasiones que se unen –su amor por la civilización precolombina y la astronomía– además de una hipótesis y algún cálculo matemático que otro. El resultado de esta confluencia es un descubrimiento extraordinario: en una zona impermeable de la península de Yucatán surge una de las ciudades más grandes construidas por los Mayas, hasta el momento desconocida.

Se llama 'K'Aak'Chi', 'Boca de Fuego', y el nombre se lo ha puesto el jovencísimo descubridor, un adolescente de Québec que, basándose únicamente en el estudio de la estrellas y de su intuicición y sin haberse desplazado al campo, en 2014 teorizó sobre la presencia de estos vestigios en esos lugares. Los relieves satelitales de la Agencia Espacial Canadiense parecían darle la razón: una pirámide y una treintena de construcciones de la época de los mayas se elevan en medio de una jungal mexicana. Para William es un sueño que se hace realidad y para la Agencia Espacial es una medalla al mérito del pequeño astrónomo y la promesa de una publicación del descubrimiento en una revista científica.

Sin embargo, todo podía quedar en agua de borrajas. Desde México, los expertos han respondido con cautela y han señalado que no pueden dar por cierto dicho descubrimiento. Una fuente del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dijo a Efe que no pueden "avalar la existencia de esta ciudad, ni la información presentada de este niño". Añadió que "todos los días se registra una nueva zona arqueológica, nuevos sitios que no están abiertos al público". Desde el INAH reconocen que ni siquiera se está "tomando en cuenta" el presunto hallazgo, ya que este "no tiene fundamento científico".

Es como decir que descubrieron el agua caliente

El coordinador nacional de Arqueología del Instituto, Pedro Francisco Sánchez, destacó que la teoría del canadiense carece de seriedad, ya que no se sabe qué escala está empleando para que coincidan las constelaciones con los asentamientos. El adolescente empezó a estudiar imágenes de satélite proporcionadas por la Agencia Espacial Canadiense (CSA, sigla en inglés) hasta que descubrió lo que parecían estructuras humanas en la selva del Yucatán, en el sureste de México. Gadoury, un apasionado de la civilización maya, se dio cuenta de que la situación de estrellas en distintas constelaciones correspondía con el emplazamiento de 117 conocidas ciudades mayas.

El joven percibió que, en el caso de una constelación de tres estrellas, sólo dos astros se correspondían con otras tantas ciudades, por lo que empezó a investigar si la tercera podía ser una urbe todavía no descubierta por los científicos. El presidente de la Sociedad Astronómica de México y académico del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Alejandro Farah, comentó que, efectivamente, los mayas fueron una civilización con un profundo conocimiento astronómico y matemático. Por tanto, desarrollaron un "modo de vida" que giraba alrededor del día y la noche, y también en torno al resto de estrellas y los planetas que alcanzaban a ver a simple vista.

Todas sus ciudades fueron construidas "no nada más por capricho humano, sino que estaban en contacto con la naturaleza, tanto en la tierra como en el cielo", explicó el académico. Aunque muchas veces el emplazamiento de las ciudades coincidan con las constelaciones, este no es un factor "tan sencillo de ver", ya que depende mucho de la ubicación particular dentro de la misma urbe y de las referencias que los propios mayas construían, aseguró. Sobre todo, subrayó Farah, se basaban "en el ciclo del año para definir las orientaciones de los edificios y las dimensiones de las ciudades".

Algunos medios atribuyeron al canadiense el descubrimiento de la relación entre las constelaciones y las ciudades mayas. Pero eso, bromeó el académico, "es como decir que descubrieron el agua caliente", ya que la arqueoastronomía es un campo sobre el cual se han realizado extensivos estudios.

Con 15 años, William Gadoury ya es una estrella de la NASA. Dos pasiones que se unen –su amor por la civilización precolombina y la astronomía– además de una hipótesis y algún cálculo matemático que otro. El resultado de esta confluencia es un descubrimiento extraordinario: en una zona impermeable de la península de Yucatán surge una de las ciudades más grandes construidas por los Mayas, hasta el momento desconocida.

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