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Las preguntas que debes contestar para entrar en Oxford, y las mejores soluciones
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“AQUÍ TIENES UN CACTUS. CUÉNTAME”

Las preguntas que debes contestar para entrar en Oxford, y las mejores soluciones

Cada mes de octubre, la veterana universidad inglesa publica algunas de las preguntas habituales en los procesos de selección de estudiantes para que estos sepan a qué atenerse

placeholder La Cámara de Radcliffe en Oxford, uno de sus edificios más emblemáticos. (Paul Hardy/Corbis)

Cada mes de octubre, Oxford, la universidad más prestigiosa de Gran Bretaña junto a Cambridge, publica en su página web un puñado de las preguntas (y sus correspondientes respuestas) con las que los estudiantes pueden encontrarse durante el proceso de selección. Este año tampoco ha faltado a la cita, con el objetivo de que los 10.000 candidatos sepan qué se van a encontrar en las entrevistas que realizarán el próximo mes de diciembre.

Lo más llamativo de las mismas es que, incluso en las asignaturas más científicas, no se trata de preguntas cerradas que pongan a prueba los conocimientos de los estudiantes, sino cuestiones abiertas que obligan a estos a discurrir y defender con argumentos su punto de vista. “En las entrevistas no se trata de recitar lo que ya sabes, sino que están diseñadas para dar a los candidatos la posibilidad de mostrar su verdadera habilidad y potencial, lo que significa que se les animará a utilizar su conocimiento y aplicar su pensamiento a nuevos problemas que les pongan a prueba y les permitan brillar”, explica Samina Khan, directora de admisiones. Por ello, hay algunas preguntas tan peculiares y autorreflexivas como “¿es esta entrevista un buen método de selección?”

Las entrevistas, realizadas por los tutores del centro, consisten en una charla sobre un tema determinado semejante a las discusiones de primer año que los estudiantes tienen con sus profesores. “Sabemos que hay gran cantidad de mitos sobre las entrevistas de Oxford, así que publicamos tanta información como podemos para que los estudiantes conozcan la verdadera realidad del proceso”, recuerda Khan. En la selección también se tienen en cuenta las notas de los estudiantes, la previsión de sus calificaciones, las referencias personales y su ensayo personal. Aquí están algunas de las preguntas ejemplo, comentadas por los propios tutores de la universidad más antigua de Inglaterra.

Psicología experimental

placeholder (Corbis)

Imagina que 100 personas metieran una libra en una hucha y el dinero total fuese el premio de un juego. En él, cada participante debe elegir un número entre 0 y 100. El premio se lo lleva aquella persona cuyo número esté más cerca de los ⅔ de la media de todos los números seleccionados. ¿Cuáles elegirías, y por qué?

Según Nick Yeung del University College, esta pregunta obliga al candidato a utilizar un gran número de habilidades. A simple vista, parece un problema puramente numérico, pero en realidad también hay una parte de anticipación de los comportamientos psicológicos ajenos, puesto que debemos intentar descubrir cuál será la media de los 100 candidatos que, a su vez, participan en la competición. Por ejemplo, en circunstancias normales, una buena elección sería el 33, ya que son los ⅔ de 50, la media más probable. Pero es fácil llegar a dicha conclusión, lo que puede hacer que la mayoría de candidatos eligiese el 33, y por lo tanto la media fuese ese número. Ante ello, nosotros podríamos elegir 22, los dos tercios de 33, pero podríamos encontrarnos en la misma situación… Y así sucesivamente hasta llegar al número 0, según propone la teoría de juegos, que tiene en cuenta que todos los participantes habrían llevado a cabo el mismo proceso mental. La respuesta, una vez más, no es única, sino que el tutor quiere conocer la capacidad lógica del candidato.

Informática

¿Cómo dividen estos piratas su tesoro?

¿Qué tendrán que ver los corsarios del siglo XVIII con la tecnología de última generación? En realidad, este es un acertijo clásico que pone a prueba la capacidad lógica del candidato. El acertijo plantea la siguiente situación: un grupo de 7 piratas tiene 100 monedas, y deben repartirlas conforme a estas reglas: la división debe estar propuesta por el mayor de ellos para ser sometida a votación; si la mayoría decide que sí, se realiza, si no, no sale adelante; además, los piratas son perfectamente lógicos y su único objetivo es maximizar sus ganancias. La compleja solución al problema puede consultarse aquí. En realidad, el objetivo no es tanto contestar correctamente a la pregunta como mostrar al tutor que se es capaz de discurrir.

Economía

¿Merecen los banqueros el dinero que ganan? ¿Debería el gobierno hacer algo para limitar cuánto obtienen?

Por lo general, la respuesta más previsible nunca es la verdadera: lo peor que uno puede responder es sí o no, en meros términos de justicia. Como señala Brian Bell de Lady Margaret Hall, la contestación más simple es que, en un mercado competitivo, cada institución privada obtiene lo que se merece gracias a su esfuerzo y talento. Sin embargo, el profesor señala que esperaría de un buen estudiante que se plantease si los banqueros no ganan más en comparación que los profesionales de otros trabajos que tienen el mismo talento y se esfuerzan en el mismo grado, o que argumentase que el sector financiero suele obtener más beneficios que los que le correspondería en un mercado perfecto, por lo que quizá sería necesaria la intervención del gobierno.

Biología

Aquí tienes un cactus. Cuéntame cosas sobre él.

Muy pocos estudiantes pensarían encontrarse con una cuestión así en un examen… Y ahí está el truco, como explica Owen Lewis del Brasenose College. El objetivo es que el estudiante sea capaz de describir en profundidad la imagen de un cactus que el profesor le presenta: “Buscamos su capacidad de observación y su atención al detalle tanto a gran como escala como a pequeña”, explica Lewis. No se trata simplemente de explicar que tiene pinchos, sino de razonar para qué le pueden servir en su ambiente. Lo más normal es que, una vez un estudiante haya planteado una respuesta (¿como defensa ante los animales? ¿para soportar temperaturas brutales?), el seleccionador vuelva a preguntarle acerca de esa cuestión, puesto que no hay una única respuesta válida. Es el caso, por ejemplo, de cuáles son los problemas que se suelen encontrar las plantas y animales que viven en hábitats como los desiertos.

Estudios orientales

¿Puede la arqueología “demostrar” o “desmentir” la Biblia?

La tutora Alison Salvesen del Mansfield College señala que con esta pregunta, ella esperaría “una respuesta que mostrase que el candidato puede apreciar que la Biblia es una colección de documentos escritos y transmitidos a lo largo de muchos siglos, en la que se reflejan tradiciones de una gran importancia histórica, pero que el estudio académico de la Biblia debe ser realizado con cuidado para ver cuándo y dónde estas tradiciones surgieron y con qué propósito”. Además de ello, el candidato debe reconocer que los distintos materiales (como la literatura o los restos arqueológicos) pueden proporcionar información contradictoria, por lo que la pregunta está planteada de manera simplista.

Derecho

Si el castigo por aparcar en una doble línea amarilla fuese la muerte, y por lo tanto nadie lo hiciese, ¿sería una ley justa y eficiente?

Los futuros abogados y jueces deben aprender a separar conceptos diferentes, como el de eficiencia y justicia: la clave se encuentra en argumentar sobre cada una de las dos ideas por separado. Por una parte, el estudiante debe preguntarse si el castigo es proporcional a la falta y, por otra, explicar que el propio enunciado de la cuestión ya desvela que se trata de una ley muy eficiente.

Literatura

¿Debería la poesía ser difícil de entender?

Esta pregunta fue planteada por Helen Swift del St. Hilda's College a un estudiante que estaba discutiendo algunos de sus poemas preferidos, y que conocía a la perfección en su estructura, intenciones y figuras literarias. El objetivo de esta cuestión es que el alumno fuese capaz de reflexionar sobre la poesía en sí, a un nivel más abstracto, abandonando el terreno en el que se sentía como pez en el agua. Lo que el examinador quiere averiguar no es si el candidato conoce en profundidad gran número de obras literarias –eso lo debe aprender en el centro–, sino si es capaz de analizarla con rigor, pero también con imaginación.

Ciencia política

Cuando iba al colegio en los años 70, se decía que algún día habría una crisis del sistema de pensiones. Se habló de ello también en los 80 y los 90, y entonces se produjo la crisis, aunque se había hecho muy poco para prepararnos. ¿Hay un defecto en el sistema político inglés que significa que no podemos solucionar problemas a medio y largo plazo en cuanto se identifican?

Ah, la clase de pregunta que podría hacerse cualquier ciudadano español… Esta cuestión tiene como objetivo “pensar sobre las limitaciones de la democracia”, según David Leal del Brasenose College. Algunas de las propuestas más habituales son legislaturas más largas, la creación de una segunda cámara donde se tomasen las decisiones a largo plazo e, incluso, pedir que sólo los políticos con hijos pudiesen presentarse, para que estuviesen obligados a pensar en el futuro. La mayor parte de estas respuestas son incompletas, explica Leal, por lo que los estudiantes se la juegan cuando el profesor les pregunta acerca de las consecuencias de sus elecciones: no basta únicamente con proponer una solución, sino que deben ser conscientes de las implicaciones que puede tener elegir determinado camino.

placeholder La Cámara de Radcliffe en Oxford, uno de sus edificios más emblemáticos. (Paul Hardy/Corbis)

Cada mes de octubre, Oxford, la universidad más prestigiosa de Gran Bretaña junto a Cambridge, publica en su página web un puñado de las preguntas (y sus correspondientes respuestas) con las que los estudiantes pueden encontrarse durante el proceso de selección. Este año tampoco ha faltado a la cita, con el objetivo de que los 10.000 candidatos sepan qué se van a encontrar en las entrevistas que realizarán el próximo mes de diciembre.

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