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Esta es la razón por la que no vas a conseguir un buen trabajo aunque tengas título
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ENCHUFISMO DESDE LA GUARDERÍA

Esta es la razón por la que no vas a conseguir un buen trabajo aunque tengas título

Olvídate de la meritocracia: el mercado laboral sigue rigiéndose por criterios injustos que favorecen a unos pocos. La única diferencia es que ahora no se nota tanto como en el pasado

Foto: Cuando Darth Vader le dijo a Luke Skywalker 'ven conmigo y conquistaremos la Galaxia como padre e hijo', estaba inventando el nepotismo. (iStock)
Cuando Darth Vader le dijo a Luke Skywalker 'ven conmigo y conquistaremos la Galaxia como padre e hijo', estaba inventando el nepotismo. (iStock)

¿Cómo conseguimos los trabajadores nuestros empleos? Nos gusta pensar que o bien se abre un proceso de selección al cual nos presentamos y resultamos los elegidos por nuestra trayectoria y méritos, o bien hacemos tan bien nuestra labor que llamamos la atención de las empresas que nos interesan. La realidad es otra muy distinta. Como señalaba un estudio realizado por Lee Hecht Harrison, división del Grupo Adecco, el 80% de las ofertas de trabajo pertenecen al mercado oculto, es decir, se cubren a través de referencias de personas de confianza u otras fuentes de reclutamiento, como la candidatura espontánea, el networking o, simple y llanamente, el enchufismo.

De todas las vertientes del enchufe, una de las más perniciosas es el nepotismo, es decir, el que se favorece a los miembros de una misma familia. Cuando hablamos sobre él, solemos pensar en el hermano, el cuñado o el primero del directivo de turno, pero en realidad, el nepotismo beneficia en muchísimos casos a los recién licenciados. Es lo que concluye un informe publicado por Debrett's Foundation hace unos meses, en el que afirmaba que siete de cada diez jóvenes británicos utilizaban las conexiones familiares para dar el primer paso en su carrera profesional.

Una tendencia en auge

Si bien las conexiones siempre han sido importantes, recuerda el informe, ahora resulta más preocupante, ya que afectan mucho más a los primeros trabajos, becas y prácticas. Algo que probablemente también ocurra en España, donde la situación laboral de los más jóvenes ha cambiado: si en el pasado relativamente reciente el primer empleo era sencillo de encontrar (las condiciones económicas y laborales son tema aparte), el alto paro juvenil ha provocado que incluso para conseguir tres meses de beca veraniega no remunerada haya una gran competencia.

Mis seis años trabajando en un puesto de 'fish & chips' no pueden competir con los licenciados que trabajan cada verano en la City

No sólo eso, sino que esta selección privilegiada los permite entrar en mejores empresas que sus compañeros. En Wall Street, por ejemplo, haber trabajado en una firma como Goldman Sachs nada más graduarse es una de las mejores cartas de presentación de las que se pueden disponer. Algo que también ocurre con los trabajos en el sector financiero de Inglaterra, como explica en un reportaje de The Guardian un estudiante: “Mis seis años trabajando en un puesto de fish & chips no pueden competir con los licenciados que trabajan cada verano en la City”.

Lo explicamos en un pasado artículo. Si bien nos gusta pensar que vivimos en una sociedad meritocrática en la que son nuestro esfuerzo y logros los que deciden nuestro destino, la realidad es que los procesos de selección personal terminan favoreciendo a los jóvenes trabajadores de entornos más privilegiados, como explicaba Lauren A. Rivera en su libro Pedigree (Princeton University Press).

Como ocurriría con un crimen perfecto, en el que muchas personas conspiran para llevar a cabo pequeños actos completamente legales que en su conjunto acaban con la vida de una persona, aquello que en apariencia parece completamente justo termina convirtiéndose en un sistema pensado para perpetuar los privilegios de las familias más adineradas. “Tomado todo junto, estas decisiones en apariencia económicamente neutrales derivan en un proceso de selección que filtra a los estudiantes basándose en el estatus socioeconómico de sus padres”, explica la autora.

Una solución para la injusticia

Es difícil poner coto a una situación como esta, de igual manera que el nepotismo es difícil de controlar en todos sus niveles, puesto que, salvo que sea muy flagrante, es difícil distinguir aquellos casos en los que se contrata a la persona no adecuada simplemente por hacerle un favor y en los que, circunstancialmente, el trabajador idóneo para un puesto resulta que es al mismo tiempo familia de uno de los trabajadores de la empresa.

Algunas iniciativas intentar ayudar a los jóvenes más desfavorecidos a entrar en el mercado laboral, pero no terminan de solucionar el problema

Joanne Milner, directora ejecutiva de Debrett, propone unas cuantas soluciones. Por ejemplo, que las empresas se vean obligadas a publicar toda la información disponible sobre sus procesos de contratación, especialmente en lo que se refiere a la formación y sexo de los candidatos, para que se lo piensen dos veces antes de favorecer a la familia. Puede ser algo difícil de aplicar, ya que el carácter informal de muchos procesos dificulta esta petición de transparencia, al mismo tiempo que puede entrar en conflicto con la confidencialidad.

El reportaje publicado en The Guardian cita otros ejemplos de la NHS (la Seguridad Social inglesa), el Colegio de Abogados inglés o Ernst & Young, en los cuales se intenta ofrecer oportunidades a los estudiantes que provienen de familias más desfavorecidas. Sin embargo, poco o nada hacen por solucionar el problema, si es que no lo agravan: no se trata tanto de reservar las migajas del pastel a los sectores de la sociedad más pobres (mientras los ricos siguen llevándose los mejores trabajos), sino de cambiar poco a poco un sistema que, tal y como está diseñado, favorece a unos pocos sin que se note demasiado.

¿Cómo conseguimos los trabajadores nuestros empleos? Nos gusta pensar que o bien se abre un proceso de selección al cual nos presentamos y resultamos los elegidos por nuestra trayectoria y méritos, o bien hacemos tan bien nuestra labor que llamamos la atención de las empresas que nos interesan. La realidad es otra muy distinta. Como señalaba un estudio realizado por Lee Hecht Harrison, división del Grupo Adecco, el 80% de las ofertas de trabajo pertenecen al mercado oculto, es decir, se cubren a través de referencias de personas de confianza u otras fuentes de reclutamiento, como la candidatura espontánea, el networking o, simple y llanamente, el enchufismo.

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