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Así son las tribus urbanas del siglo XXI
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ANDREA FERRER EXPLICA LAS TRIBUS URBANAS

Así son las tribus urbanas del siglo XXI

El libro 'Subculturcide' intenta explicar y dar rostro a los nuevos movimientos juveniles que han aparecido en España durante los últimos años y que se encuentran en cambio constante

A finales de los años setenta, y de mano del deshielo cultural que trajo el fin del franquismo, las tribus urbanas empezaron a definir sus rasgos en las calles españolas. Ser heavy, mod, rocker, o nada de ello era una cuestión identitaria, de tal manera que hoy en día se recuerdan todos aquellos grupos entre la ternura y la nostalgia, al mismo tiempo que se menosprecian las nuevas subculturas juveniles.

El proyecto y libro fotográfico Subculturcide. Amar y vivir en el Madrid de los 2010 intenta poner rostro, cuerpo y discurso a la experiencia de los jóvenes de la capital. La editora del volumen, Andrea Ferrer, a la sazón directora de la revista de cultura femenina Ponytale, nos explica las particularidades de una cultura que se define por su liquidez, creatividad y vertiginosa evolución y nos ayuda a entender lo que ocurre en las calles (y móviles) donde viven los jóvenes. Toda la información del proyecto puede consultarse en su páginay página de Facebook.

PREGUNTA. Es frecuente que endeterminadas conversaciones se oiga la tesis de queya no existen tribus urbanas, quizá porque no hay grupos tan claros como heavies, punks, mods, etc. ¿Pero es así o, simplemente, se han transformado en otra cosa? ¿En qué?

RESPUESTA. La tribu urbana como grupo estético sigue existiendo como tal, simplemente los valores que cimentaban la cultura juvenil han dejado de existir. Las tribus urbanas han sufrido una asimilación dentro de la cultura popular. La escena underground ha sido absorbida por el coolismo de la industria cultural dentro de su maquinaria de mercantilización. Ahora casi todos los jóvenes son fashionables, las subculturas han dejado de lado su origen ligado a las clases trabajadoras para convertirse en un estado burgués. Hay que empezar a interpretar a las subculturas ya no como algo contracultural, sino como una construcción estética de la cultura popular y mainstream.

Creo que la verdadera conciencia de las subculturas reside en los suburbios de las ciudades, donde los inmigrantes y los chicos de clase humilde luchan por una supervivencia social y estética, convirtiéndose sin saberlo en verdaderos creadores de las nuevas subculturas.

P. Una de las cualidades de las nuevas expresiones culturales es su cambio perpetuo. Frente a las culturas identitarias del pasado, ¿vivimos en una era de tribus que ya no se distinguen por proporcionar identidades sólidas y de pertenencia, sino que ofrecen una visión más carnavalesca de la vida?

R. Como ya dijo el filósofo Zygmunt Bauman en La Modernidad líquida, “vivimos en una sociedad donde todo se transforma, fluye y cambia constantemente”. No creo que eso sea malo, estamos viviendo una cultura de la performance, centrada en el nuevo yo, en donde todo se hace a corto plazo. El individualismo es lo que impera. La calle se ha convertido en una pasareladonde la gente desea ver y ser vista.

La gentrificación se ha cargado el entorno de las tribus de siempre pero la apropiación de estos espacios por parte de las nuevas está siendo clave

P. Me resulta interesante tu explicación acerca del tipo que se pone unas zapatillas para el trabajo, otras para salir de fiesta y otras para quedar con los amigos, lo que hace que forme parte de culturas muy diferentes en un mismo día. ¿Vivimos en una especie de supermercado de subculturas?

R. Yo no lo llamaría de esa manera, aunque es un poco así tal y como comentas. Estamos ante la “sociedad moda”. La capacidad de las personas reside en saber adoptar el look apropiado en el momento justo, la flexibilidad para cambiar rápidamente de estilo según el orden de las preferencias personales. Para trabajar me pongo el traje y por la noche cuando salgo a tomar unas copas me pongo una gorra New Era con una camiseta de basket.

P. ¿Se han trasladado las subculturas del centro de las ciudades a la periferia y al extrarradio? ¿Es producto de la gentrificación, o de algo más?

R. No creo que se hayan trasladado como tal, lo que ha pasado es que esos grupos, debido a problemas asociados al paro, la crisis y la subida de los alquileres se han visto obligados a desplazarse a los barrios periféricos de las capitales. La gentrificación es la despersonalización que está sufriendo el centro de algunas ciudades. Los pequeños negocios de toda la vida han tenido que cerrar por esta nueva ola global que pretende convertir las ciudades en parques temáticos.

P. ¿De qué manera los barrios obreros, como Carabanchel, se situaron en la vanguardia de las subculturas en los 70 y los 80, y ahora lo hacen las ciudades de extrarradio, como Móstoles? ¿Por qué ahí y no en el centro de las capitales, donde en teoría hay un mayor acceso a la oferta cultural?

R. Carabanchel sigue siendo vanguardia, al igual que Móstoles. A pesar de que algunas tribus se han originado en ciudades del extrarradio, son muchos los grupos de jóvenes que eligen como espacios de ocio algunas zonas de la parte gentrificada. Por ejemplo, el sitio de quedada de la nueva tribu Swagger es la tienda Apple Store de Plaza Cataluña de Barcelona.

La gentrificación se ha cargado el entorno inmediato de las tribus de siempre como mods, indies o rockers pero creo que la apropiación de estos espacios por parte de las nuevas está siendo un elemento clave para su desarrollo.

P. Las redes sociales lo han cambiado todo. Dices que internet es una pasarela. ¿Pero no es una prolongación de lo que siempre ha ocurrido en las calles, o más bien una sustitución?

R. Internet y las redes sociales son un altavoz para los jóvenes. No podríamos hablar de cultura juvenil sin nombrar internet y a la generación 2.0. La manera de sociabilizarse ha cambiado por completo, no creo que haya que plantearlo como “lo que ha ocurrido siempre”. Esta generación, la 2.0, es nativa de la era digital, por lo tanto las TIC representan un instrumento más de sociabilización en su vida cotidiana, no es algo de lo que se puedan desprender porque sin quererlo forma parte de la cultura con la que han crecido.

Kim Kardashian se ha convertido en el ideal de una sociedad que busca iconos capaces de adquirir sin cesar nuevas conductas

P. Tendemos a infravalorar u olvidar el papel de los inmigrantes que, sin embargo, están jugando un rol muy dinamizador. ¿De qué manera están cambiando la cultura juvenil sin que nos demos cuenta?

R. Los inmigrantes son los precursores de la nueva contracultura contemporánea. Tendemos a pensar que los inmigrantes o los chavales de las zonas periféricas son gente alienada sin expectativas de vida pero son más bien todo lo contrario, son muy conscientes de su capacidad creativa. Son chavales que quieren ser vistos, necesitan captar la atención de los que les rodean, para ellos la estética es una cuestión de supervivencia social en sus barrios de origen.

P. Dice en el libro Miguel Roig, director creativo de Saatchi and Saatchi, que "los jóvenes saben que su desarrollo sólo descansa en la capacidad que tengan para generar tantos personajes como les reclame el sistema". ¿Nos hemos terminado convirtiendo todos en estrellas del rock como David Bowie o Madonna, al vernos obligados a reinventarnos continuamente?

R. Las celebrities representan un acelerador de experiencias. Para mí la persona que mejor expresa esto actualmente es Kim Kardashian, de estrella de la telerrealidad a musa del arte contemporáneo. Ella representa muy bien la cultura de la performance actual. Esta chica sabe cómo ingeniárselas para trazar experiencias y cambiar de rol constantemente. Se ha convertido en el ideal de una sociedad que busca iconos capaces de adquirir sin cesar nuevas conductas.

A finales de los años setenta, y de mano del deshielo cultural que trajo el fin del franquismo, las tribus urbanas empezaron a definir sus rasgos en las calles españolas. Ser heavy, mod, rocker, o nada de ello era una cuestión identitaria, de tal manera que hoy en día se recuerdan todos aquellos grupos entre la ternura y la nostalgia, al mismo tiempo que se menosprecian las nuevas subculturas juveniles.

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