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“Somos clientes”: un grupo de pensadores franceses defiende la prostitución
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"¡NO nos toquéis a LAS PUTAS!"

“Somos clientes”: un grupo de pensadores franceses defiende la prostitución

"¡No me toques las putas!" es el nombre del manifiesto firmado por los '343 Bastardos', clientes de la prostitución que quieren seguir siéndolo

Foto: Una prostituta se manifiesta en París contra el proyecto abolicionista de Hollande. (Corbis)
Una prostituta se manifiesta en París contra el proyecto abolicionista de Hollande. (Corbis)

En 1971, Simone de Beauvoir, una de las más grandes figuras del feminismo francés, lideró un movimiento a favor de la legalización del aborto que tuvo su epicentro en el manifiesto de las 343 guarras(salopes, en francés), en el que grandes figuras de la intelectualidad francesa, como Catherine Deneuve o Jeanne Moreau reconocían haber abortado (una confesión que, en aquella época, podía llevarte a la cárcel).

Ahora, 42 años después, un grupo de intelectuales franceses (varones), ha firmado el manifiesto de los “343 bastardos” (salauds, en francés), para pedir una cosa bien distinta: que no se penalice a los clientes de prostitución, como pretende la nueva legislación al respecto que proyecta el gobierno de François Hollande y que se debatirá en breve en el Parlamento.

El manifiesto, publicado en el número de noviembre de la revista Causeur, está firmado, entre otros intelectuales, por el novelista y editor Frederic Beigbeder y el abogado Richard Malka, famoso por haber defendido a Dominique Strauss-Kahn en su periplo judicial. Su mensaje es claro: "¡No nos toquéis a las putas!”

“Hoy es la prostitución, mañana serála pornografía”

“Algunos de nosotros ha ido, va o irá‘de putas’, y no nos avergüenza”, se puede leer en el manifiesto. “Otros, sin ser personalmente clientes (por razones que no vienen al caso) nunca han tenido ni tendrán intención de denunciar a los ciudadanos que pagan por sexo”.

En contra de lo sexualmente correcto, nosotros proponemos vivir como adultos

El texto ataca directamente al colectivo feminista, que ha puesto el grito en el cielo tras leer el manifiesto que considerauna provocación desde el mismo título (que, claramente, busca provocar). “Homosexuales o heterosexuales, monógamos o libertinos, leales o infieles; somos hombres. Esto no nos convierte en personas frustradas, pervertidas o psicópatas como nos describen los defensores de la represión disfrazada de lucha feminista”, aseguran los firmantes.

Los escritores del manifiesto explican que no les gusta la violencia, la explotación o la trata de seres humanos, y esperan “que las autoridades públicas hagan todos los esfuerzos para luchar contra las redes y castigar a los proxenetas”. Pero esto no es óbice, insisten, para prohibir que la gente pueda vender libremente sus encantos para que otros los compren. “Amamos la libertad, la literatura y la intimidad”, explican los firmantes. “Y cuando el Estado se hace cargo de nuestros traseros las tres están en peligro”.

“Hoy en día es la prostitución, mañana será la pornografía: ¿qué será lo siguiente? No cederemos ante la liga de la virtud que persigue a las mujeres (y a los hombres) de escasa virtud. En contra de lo sexualmente correcto, nosotros proponemos vivir como adultos”, concluye el manifiesto.

Un debate abonado para la polémica

Aunque la postura abolicionista respecto a la prostitución ha estado siempre encima de la mesa, pocos son los países europeos que han apostado decididamente por ella (Suecia es la excepción, sus políticas abolicionistas datan de 1999). Por eso la batalla que se librará en Francia en los próximos meses puede ser decisiva y el debate está cada vez más caliente.

Para los editores de Causeur, es “impresionante” que un proyecto de ley pretenda castigar a los clientes de las prostitutas sin prohibir formalmente esta. Para los partidarios de la abolición está claro que las víctimas son casi siempre mujeres y los clientes son siempre hombres, que compran e imponen sus propios deseos.

El manifiesto de los 343 bastardos ha echado más leña al fuego. Para Najat Vallaud-Belkacem, ministra de Igualdadde Hollande, hay una gran diferencia entre el manifiesto que firmó Simone de Beauvoir y el que ahora firman los defensores de la prostitución: “Las 343 guarraspedían poder usar libremente su cuerpo, los 343 bastardos defienden el derecho para usar los cuerpos de otros”.

En 1971, Simone de Beauvoir, una de las más grandes figuras del feminismo francés, lideró un movimiento a favor de la legalización del aborto que tuvo su epicentro en el manifiesto de las 343 guarras(salopes, en francés), en el que grandes figuras de la intelectualidad francesa, como Catherine Deneuve o Jeanne Moreau reconocían haber abortado (una confesión que, en aquella época, podía llevarte a la cárcel).

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