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Los ayuntamientos renovables no apagan la luz
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Los ayuntamientos renovables no apagan la luz

La reforma energética que el Gobierno maneja ahora en fase de anteproyecto dibuja un victimario bien definido: el de los consumidores, que pagarán un 3,2% más

Foto: Los ayuntamientos renovables no apagan la luz
Los ayuntamientos renovables no apagan la luz

La reforma energética que el Gobierno maneja ahora en fase de anteproyecto dibuja un victimario bien definido: el de los consumidores, que pagarán un 3,2% más en su factura, y el de las energías renovables, que ya perdieron casi prácticamente todo el apoyo económico estatal tras la aprobación del Real Decreto-ley de 27 de enero de 2012 que se publicó en el BOE 36 días después de que Mariano Rajoy jurase su cargo.

Pedro Chico es alcalde por el Partido Popular de Bullas, un pueblo murciano muy vinatero que en 2007 inició una decidida apuesta por las renovables, hasta conseguir cubrir con 186.000 metros cuadrados de placas fotovoltaicas el consumo del 42% de los hogares de la villa. “No quiero entrar en los motivos que han inspirado al Gobierno esta reforma”, sugiere en clara alusión a los presuntos vasallajes de la reforma del ministro Soria con las grandes eléctricas tradicionales. “Y la reforma no me parece bien. No tiene sentido ahora dar este corte. Muchos ayuntamientos, muchas empresas y muchas familias han hecho grandes inversiones en renovables. Muchas empresas de aquí, si va a delante el anteproyecto, se van a ir directamente a la quiebra. No acabo de entender a un país que primero hace un discurso animando a la gente a invertir en renovables, y después el contrario, llevando a esa gente a la ruina. ¿Ha sido por indicación de grupos de presión? No quiero entrar en eso. No quiero entrar”, se lamenta.

Enorme reducción de emisiones de CO2

En Bullas incluso las barbacoas públicas funcionan con energía solar, con lo que se evitan incendios. Sólo en este pueblo se ahorran anualmente, gracias a la apuesta ecológica, 2.700 toneladas de emisiones de CO2 a la atmósfera. También trabajan la biomasa, desde hace unos años. Y la ganadería ecológica: los aledaños de los paneles solares los limpian las ovejas a las que se lleva a pastar allí. Hay muchos en el pueblo que preferían llevar cabras, pero las cabras se comen los cables. También se contratan aparceros para limpiar el campo y convertir la mala hierba en biomasa: “Creamos empleo y limpiamos los montes, disminuyendo así también los riesgos de incendio”. El proyecto ecológico que empezó con un alcalde socialista, que consiguió que 70 pequeños inversores murcianos se lanzaran a la aventura fotovoltaica, no se marchitó con el cambio de gobierno

El proyecto ecológico que empezó con un alcalde socialista, que consiguió que 70 pequeños inversores murcianos se lanzaran a la aventura fotovoltaica, no se marchitó con el cambio de gobierno en 2011, cuando Pedro Chico cogió el bastón de mando bajo las siglas conservadoras tras 32 años de hegemonía socialista. Todo lo contrario. Chico no rompió el discurso y continúa impulsando la energía limpia. “Aunque ahora no sabemos cómo nos las vamos a arreglar”.

Todo, en energía 'limpia'

Carmen García Lores, alcaldesa por el PSC del municipio barcelonés de Rubí, sacó a concurso la concesión eléctrica del Ayuntamiento y de todas sus dependencias, como el alumbrado público, con una peculiaridad en el pliego de condiciones: que la concesionaria garantizara bajo recibo que toda la energía vendida al pueblo proviniera de fuentes renovables. Gas Natural tiene que presentarle todos los años un certificado escrito corroborando el origen ecológico de la energía que vende.

“El proyecto del Gobierno es otra vez una maniobra contra las renovables para ayudar a las eléctricas y distribuidoras de combustible fósil. El peso de las subidas del fósil las está pagando el consumidor. Aquí ya hay empresas que están pensando en irse a otros lugares, porque nuestra energía es un 20% más cara. Y cada vez se pone más complicado cumplir los protocolos de Kioto, lo que nos va a suponer una sanción enorme”, relata la alcaldesa. Las renovables todavía no son rentables, reconocen incluso los grupos ecologistas. Pero recuerdan que las nucleares también fueron enormemente subvencionadas en su momento

¿Y ahora, que se acaban las ayudas? “Pues tendremos que adaptarnos. Nosotros, antes que por las renovables, apostamos por la máxima de que la mejor energía es la que no se gasta. Por ejemplo, en cada uno de nuestros colegios hay un alumno delegado que decide cuándo se puede apagar la calefacción o la luz del aula. Lo deciden los propios alumnos. Sólo con esta medida, ahorramos 46.000 euros de consumo el año pasado en los colegios. Y, en colaboración con la Universidad Politécnica, realizamos auditorías a empresas y hogares para ver dónde se puede recortar consumo sin reducir la producción ni el bienestar. En 2012, el ayuntamiento ha ahorrado con estas medidas dos millones de euros”, cuantifica Carmen García Lores.

Las renovables todavía no son rentables, reconocen incluso los grupos ecologistas. Pero recuerdan que las nucleares también fueron enormemente subvencionadas en su momento. Y hay datos que avalan su rentabilidad: sólo en febrero, el viento movió las eólicas y el sol alumbró las fotovoltaicas hasta generar el 47% de la producción total española. Y ante los datos objetivos sólo sirve pronunciar amén.

La reforma energética que el Gobierno maneja ahora en fase de anteproyecto dibuja un victimario bien definido: el de los consumidores, que pagarán un 3,2% más en su factura, y el de las energías renovables, que ya perdieron casi prácticamente todo el apoyo económico estatal tras la aprobación del Real Decreto-ley de 27 de enero de 2012 que se publicó en el BOE 36 días después de que Mariano Rajoy jurase su cargo.

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