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La lucha de una mujer por apellidarse March, el apellido de los 200 millones de euros
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EXHUMAN EL CUERPO DEL BANQUERO MALLORQUÍN PARA COMPROBAR LA PATERNIDAD

La lucha de una mujer por apellidarse March, el apellido de los 200 millones de euros

Hay apellidos que pesan más que otros. Y March es uno de los grandes de España. Remite a una dinastía de millonarios que, más pronto que

Foto: La lucha de una mujer por apellidarse March, el apellido de los 200 millones de euros
La lucha de una mujer por apellidarse March, el apellido de los 200 millones de euros

Hay apellidos que pesan más que otros. Y March es uno de los grandes de España. Remite a una dinastía de millonarios que, más pronto que tarde, podría tener un miembro nuevo. Ana María Gallart, mallorquina de nacimiento y vecina de Valencia, ha conseguido que este jueves se exhumara el cuerpo del patriarca Juan March. Gallart asegura ser hija del banquero mallorquín fallecido hace 51 años. La definitiva prueba de ADN será la que determine si está en lo cierto. El premio por tener la razón superaría los 200 millones de euros. "Es la parte de la herencia que me correspondería, pero no me interesa el dinero. Busco la verdad", asegura.

Para entender esta historia, que podía terminar con un nuevo reparto de la golosa herencia del financiero, hay que remontarse a la infancia de Ana. “Nací en una mentira y voy a terminar con ella”, sentencia. Esta mujer, que hoy tiene 65 años, nació dos veces. El 23 de diciembre de 1948, ella y su hermana gemela vinieron al mundo en Mallorca, dos días después las bautizaron y el 29 de diciembre volvieron a nacer. “Fue el día que llegamos a la inclusa de Mallorca, donde mi hermana murió a los ocho meses y de donde yo salí con dos años y medio cuando mis padres me adoptaron”.

Leí la noticia de una subasta de objetos personales de Juan March por valor de seis millones de euros. “Algo de eso me hubiera pertenecido”

De la mano de un matrimonio mallorquín -él, funcionario y ella, ama de casa- empezó un camino que Ana califica de “feliz y de lo más normal”. “Hasta los 10 años vivimos en Mallorca, después mi padre pidió el traslado a Valencia, donde empecé a trabajar con 14 años de ayudante en un despacho”. Ese viaje, en apariencia por motivos de trabajo, tenía una sombra detrás. “Años más tarde supe que las presiones empujaron a mis padres fuera de la isla”.

Tuvieron que pasar 21 años para que Ana María conociera la parte de la verdad. “En medio de los preparativos de mi boda descubrí la sorpresa. La partida de nacimiento no dejaba lugar a dudas. Padres: desconocidos”. Ana María Gallar era adoptada. Superado el shock, habló con sus padres, que le pidieron que no removiera el asunto mientras ellos estuvieran vivos. Dicho y hecho.

'Documentos Anita'

Ana se olvidó de su adopción hasta que un domingo, con tres hijos y 32 años, acudió a casa de sus padres para una comida familiar. “No recuerdo qué era lo que estaba buscando cuando abrí un cajón y me encontré con una carpeta con la etiqueta Documentos Anita”. A Anita, como la llamaban sus padres, le pudo la curiosidad y la abrió. Dentro encontró informes sobre su adopción y una frase determinante: Juan March es el causante del nacimiento de Ana”.   

¿Mi papa era el traficante de Mallorca? No daba crédito. Jamás me hubiera imaginado encontrarme con semejante apellido”. Pese a la envergadura del hallazgo, Ana dejó los documentos en su sitio y, una vez más, pospuso cualquier movimiento que le acercase a la verdad.

Diez años después, con su padre ya muy mayor, le volvió a preguntar por sus orígenes. “Lo único que pueden hacerte es daño, olvídate de todo”. Gallart respetó el deseo de su padre hasta su muerte. Hace cinco años, leyó en un periódico la noticia de una subasta de objetos personales de Juan March por valor de seis millones de euros. “Algo de eso me hubiera pertenecido”, le dijo a su segundo marido.

Con el apoyo de su familia Ana María empezó un periplo por los juzgados de Mallorca, los servicios sociales y el hospital donde nació. “Lo único que conseguí fue recuperar dos medallas que mi madre biológica nos puso a mi hermana y a mí al nacer”. Pero, paradojas de la vida, cuando Gallart, agotada, ya había decidido olvidarse de todo, descubrió mientras limpiaba la habitación de su madre una carta de dos folios escritos a máquina para ella y firmada por sus padres. “Confesaban todo, pero mi madre la guardó por miedo”.

Una exhumación de 6.000 euros y una herencia de 200 millones

Hace un año, con dos carpetas llenas de documento y varios testigos, Ana María Gallart acudió a los tribunales para que se reconozca la identidad de su padre. Su lucha tuvo recompensa cuando el juez autorizó la exhumación de Juan March, fallecido el 10 de marzo de 1962 tras el accidente de coche que tuvo dos semanas antes.  

El jueves una treintena de periodistas esperaban a las puertas del majestuoso y sobrio mausoleo de la familia March. Al panteón, de estilo neoclásico con dos ángeles guardianes en la puerta y cinco altos cipreses primorosamente cuidados, accedió un equipo de forenses y trabajadores especializados que se encargaron de desmontar la estatua yacente del banquero mallorquín, una pieza en bronce de Pablo Serrano, así como la losa de varias toneladas.

El coste de esta operación alcanzará los 6.000 euros, que correrán a cargo de la parte demandante, gane o pierda. “Vivo de una pensión no contributiva, no me sobra ni un euro. Pero ahora mismo solo pienso en la historia de David y Goliat, he conseguido levantar la tumbar de uno de los grandes de la historia de España”.

En unos meses, cuando se conozcan los resultados de la prueba de ADN, se habrá cerrado un capítulo más de esta historia. Pero el final no estará cerca. “Si gano tendré que sentarme a hablar con la familia March”. En ese momento, Ana María Gallart habrá ganado un ilustre apellido y será el momento de decidir si reclama lo que le correspondería.

Hay apellidos que pesan más que otros. Y March es uno de los grandes de España. Remite a una dinastía de millonarios que, más pronto que tarde, podría tener un miembro nuevo. Ana María Gallart, mallorquina de nacimiento y vecina de Valencia, ha conseguido que este jueves se exhumara el cuerpo del patriarca Juan March. Gallart asegura ser hija del banquero mallorquín fallecido hace 51 años. La definitiva prueba de ADN será la que determine si está en lo cierto. El premio por tener la razón superaría los 200 millones de euros. "Es la parte de la herencia que me correspondería, pero no me interesa el dinero. Busco la verdad", asegura.