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Mejor tener cuidado: los efectos sobre la salud del café mañanero no son buenos
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Mejor tener cuidado: los efectos sobre la salud del café mañanero no son buenos

Que la cafeína no es la mejor de las sustancias que podemos ingerir es una creencia común. Que tiene unos importantes beneficios quizá no esté tan

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Mejor tener cuidado: los efectos sobre la salud del café mañanero no son buenos

Que la cafeína no es la mejor de las sustancias que podemos ingerir es una creencia común. Que tiene unos importantes beneficios quizá no esté tan ampliamente extendido, pero cada vez más gente es consciente de ello. Sin embargo, las nociones que aún mantenemos sobre el café están envueltas en las tinieblas de las dudas y la mitología de la salud. Estas pueden ser peligrosas en cuanto que, en ciertos casos, pueden ser especialmente perjudiciales para personas con problemas clínicos determinados.

Es el caso, por ejemplo, de una historia que presentó recientemente The Daily Mail. Su protagonista, Chris Hermer, relataba de qué manera el consumo de café por las mañanas había afectado negativamente su salud. En concreto, en el efecto de una dolencia conocida como fibrilación atrial, que afecta a millones de personas y que se caracteriza por el latido rápido y arrítmico del corazón. Se trata del tipo más frecuente de arritmia.

Nadie ha sido capaz de concluir que el café sea absolutamente bueno o absolutamente maloHerner tuvo que enfrentarse a un par de problemas ante tal situación. En primer lugar, al tiempo que tardan los síntomas en hacerse perceptibles. En segundo lugar, a las propias dificultades de realizar el diagnóstico (sus médicos consideraron al principio que se trataba de un problema de estrés). En tercer lugar, a la cantidad de cafeína que hay en el café descafeinado que, a pesar de su nombre, contiene entre un 1 y un 2% de cafeína. Se trata solo de una historia más de los miles que nos advierten que debemos conocer los efectos de la cafeína para obrar en consecuencia.

Un estudio publicado el pasado 2012 resumía de manera bastante certera las contradicciones que envuelven a la bebida que llegó de Oriente. “La gente que bebe café tiene más probabilidades de vivir. La gente que bebe café tiene más probabilidades de morir”. Paradójico, ¿verdad? En realidad no lo es tanto. Simplemente, apuntaban los encargados de realizar el estudio, el café puede tener efectos tanto positivos como negativos en sus consumidores, lo que puede provocar que alargue la vida o la acorte, si se tienen en cuenta otros factores como el tabaco. Nadie ha sido aún capaz de afirmar de manera absolutamente positiva o negativa si el café es bueno o es malo.

En lo que no hay duda es de que, ante algunas enfermedades, es preferible mantenerse alerta ante los efectos del café, aunque sigamos sintiendo los beneficios de su estimulación. Al fin y al cabo, se trata del psicoactivo más importante del mundo. Además, la hora a la que la bebida es consumida resulta decisiva, ya que si tenemos el estómago vacío, como por la mañana, sus efectos se dejarán notar mucho más.

  • Hipertensión. La cafeína nos mantiene despiertos y activos, pero al mismo tiempo, nos pone nerviosos, irritables, ansiosos o nos hace sufrir temblores e incluso taquicardias. No es aconsejable que se consuma si se tienen problemas de tensión alta, aunque se trata de una concepción que se ha puesto cada vez más en tela de juicio. En 2011, un estudio de la Universidad de Michigan State señaló que, en contra de lo pensado, no hay ninguna conexión definitiva entre la hipertensión y el consumo de café.
  • Migrañas. La cantidad de café consumida es un factor importantísimo en la aparición de dolores de cabeza. Si consumimos altos niveles de cafeína (más de 400 mg al día), es más probable que suframos dolores de cabeza de tipo crónico –es decir, más de 14 días al mes–, como señalaba una investigación noruega publicada en el Journal of Headache Pain. Sin embargo, bajos niveles de cafeína pueden ser beneficiosos, ya que una investigación realizada por la clínica Diamond Headache de Chicago señaló que el 58% de los pacientes que sufrían dolor de cabeza mejoraban tras tomar una taza de café. Además, es frecuente que el café acompañe los tratamientos con analgésicos, ya que potencia sus efectos.
  • Desórdenes del sueño. No sorprenderá a nadie descubrir que el café quita el sueño, especialmente si lo tomamos por la tarde (ya no digamos por la noche). El insomnio viene ocasionado en gran número de casos por la cafeína, un poderoso estimulante. Con una salvedad: está demostrado que a ciertas personas, el café las mantiene dormidas de manera más profunda. La genética juega un papel clave en este punto.
  • Afecta al sistema cardiovascular. En determinados casos, el café puede actuar positivamente sobre el sistema cardiovascular, si se toma con moderación y no se tiene ningún problema de salud previo. Un estudio realizado por el doctor James Greenberg del Brooklyn College señaló en 2007 que beber cuatro tazas de café al día puede prolongar tu vida, al reducir las posibilidades de sufrir una enfermedad cardiaca. Sin embargo, debido a que aumenta el ritmo del corazón y la presión de la sangre, los consumidores con problemas cardiacos deben tener cuidado con la cantidad de cafeína que consumen.
  • Provoca el SPI (Síndrome de las piernas inquietas). Debido a que el café estimula el sistema nervioso, favorece la posibilidad de que el SPI aparezca. Se trata del síndrome que provoca que necesitemos mover continuamente las piernas (en un mayor grado por la tarde y por la noche) y que también influye en el insomnio. Es una enfermedad poco común, aunque hay quien afirma que hasta el 10% de españoles puede padecerla, que ocasiona dolores o sensaciones de calor o frío en las piernas.
  • Aumenta el colesterol. Una sustancia contenida por el café, el cafestol, es la responsable de elevar los niveles de colesterol en nuestro cuerpo, como puso de manifiesto en 2007 un grupo de investigadores del Colegio Médico de Baylor en Houston (Texas). Según los datos proporcionados por dicho estudio, consumir cinco tazas de café al día durante un período de cuatro semanas ocasionaba que el colesterol en la sangre aumentase de un seis a un ocho por ciento. Sin embargo, algunos filtros de café permitirían eliminar los aceites que contienen este cafestol.
  • Adicción. Abandonar el café puede ser en ciertos casos un proceso complicado y doloroso. No hace falta ingerir diez tazas al día para notar los efectos secundarios de la abstinencia de la cafeína. Un estudio puso de manifiesto que incluso los que ingerían 100 ml., una cantidad mínima, notaban las consecuencias del abandono de la bebida. Algunos de los síntomas que aparecen cuando uno abandona el café de la noche a la mañana son dolores de cabeza, ansiedad, fatiga, sueño, dificultad para concentrarse…
  • Tiene efectos diuréticos. El café estimula la producción de orina, lo cual provoca que evacuemos con mayor frecuencia, pero también que aumente el riesgo de deshidratación, debido al agua y sodio que se eliminan. Ello nos recuerda también por qué nunca deberíamos beber café si estamos de resaca, algo que se hace habitualmente gracias al efecto de bienestar inmediato que causa, pero que a la larga sólo es perjudicial. Sin embargo, cada vez más médicos relativizan la importancia de estos efectos diuréticos del café.

Que la cafeína no es la mejor de las sustancias que podemos ingerir es una creencia común. Que tiene unos importantes beneficios quizá no esté tan ampliamente extendido, pero cada vez más gente es consciente de ello. Sin embargo, las nociones que aún mantenemos sobre el café están envueltas en las tinieblas de las dudas y la mitología de la salud. Estas pueden ser peligrosas en cuanto que, en ciertos casos, pueden ser especialmente perjudiciales para personas con problemas clínicos determinados.