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Siete alimentos (y varios hábitos) a evitar para no sufrir acidez
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Siete alimentos (y varios hábitos) a evitar para no sufrir acidez

A todos nos ha ocurrido alguna que otra vez. Tras una noche de borrachera, una cena copiosa, o ambas cosas al mismo tiempo, nuestros estómagos se

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Siete alimentos (y varios hábitos) a evitar para no sufrir acidez

A todos nos ha ocurrido alguna que otra vez. Tras una noche de borrachera, una cena copiosa, o ambas cosas al mismo tiempo, nuestros estómagos se rebelan y la acidez sube con violencia por nuestro esófago. Una sensación muy desagradable, tolerable si ocurre de vez en cuando, pero muy peligrosa si nos sucede a menudo.

Por suerte, la mayoría de la gente sufre acidez de forma pasajera, pero si se tiene a menudo puede acabar irritando de forma irreversible el esófago, provocando la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE). Se trata de una acidez crónica que va acompañada de síntomas muy desagradables como pirosis, tos crónica, falta de aire, dificultad para tragar y, en los casos más graves, dolor al ingerir alimentos. Además, si no se trata con brevedad, existe el riesgo de desarrollar cáncer de esófago. Y eso son palabras mayores.

La buena noticia es que la acidez es muy fácilmente evitable si se sigue una dieta adecuada. La mala, que cada vez tenemos una alimentación más propensa a provocarla, como atestigua un estudio elaborado por científicos noruegos que aseguran que la gente que la sufre al menos una vez a la semana ha aumentado cerca de un 50% en los últimos 10 años. La investigación, publicada el año pasado en la revista científica Gut, asegura, además, que la prevalencia del ERGE ha aumentado en un 30% en la última década.

Por todo esto, si se sufre a menudo acidez, es conveniente seguir una dieta en la que se eviten ciertos alimentos y se practiquen ciertos hábitos saludables.

Alimentos que provocan acidez

- Café: la cafeína no sólo estimula la producción de ácido en el estómago, además facilita la apertura del esfínter esofágico inferior.

- Chocolate: el chocolate no tiene de por sí mucho contenido ácido –sobre todo si es con leche, que reduce su presencia– pero estimula la producción de serotonina, un neurotransmisor que regula el apetito y equilibra el deseo sexual, pero, además, relaja el esfínter esofágico, dejando la puerta abierta a que el ácido camine sin ataduras camino a la boca.

- Alcohol: el alcohol es quizás el mayor causante de la acidez. No sólo hace que se incremente su presencia en el estómago, sino que además contiene otras sustancias difíciles de metabolizar que irritan el revestimiento de éste. 

- Menta: aunque los chicles y otros preparados de menta o hierbabuena parezcan refrescar nuestro estómago, hacen lo contrario, aumentando la producción de ácido. Esto probablemente explique también por qué el Almax sabe a rayos.  

- Tomates: el tomate es uno de los vegetales con mayor contenido ácido, por eso en las salsas se echa siempre azúcar. Por desgracia, esto no basta. Si se tiene mucha acidez es mejor no tomar mucho tomate, ni al natural, ni procesado (el kétchup es una bomba, pues no sólo lleva el ácido del tomate, sino también el del vinagre, otro alimento a evitar).

- Ajo y cebolla: Ambos vegetales aumentan la producción de acidez en el estómago. Su efecto se mitiga un poco si se cocinan bien, y que no son tan indigestos como en estado crudo. Aún así es mejor no abusar de ellos.

- Cítricos: si sabe ácido es que provoca acidez. ¿Qué decir de las frutas ácidas por excelencia? Mejor evitarlas.

Los alimentos más recomendables son los lácteos, las legumbres, los huevos, la carne baja en grasa, los cereales, y el agua y las infusiones. Cualquier comida pesada, picante, excesivamente condimentada, o frita debe evitarse también.

Cuida tu estilo de vida

La acidez no sólo aparece debido a una mala alimentación, también es fruto de unos hábitos poco saludables. Para empezar, es necesario evitar las comidas copiosas, aunque no sean fuertes en ácido, pues las digestiones pesadas siempre lo provocan. Por otro lado hay que facilitar una digestión reposada, evitando hacer ejercicio nada más terminar de comer, así como cenar justo antes de acostarse: hacer la digestión en posición horizontal hace que el contenido del estómago haga una mayor presión sobre el esfínter esofágico inferior.

Fumar también provoca acidez, pues los químicos que contiene el humo de un cigarrillo debilitan el esfínter esofágico. Y si se combina con cualquiera de los alimentos expuestos anteriormente se produce una combinación explosiva. 

A todos nos ha ocurrido alguna que otra vez. Tras una noche de borrachera, una cena copiosa, o ambas cosas al mismo tiempo, nuestros estómagos se rebelan y la acidez sube con violencia por nuestro esófago. Una sensación muy desagradable, tolerable si ocurre de vez en cuando, pero muy peligrosa si nos sucede a menudo.