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Veinte años buscando a Anglés
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EL PRESUNTO ASESINO DE LAS NIÑAS DE ALCASSER SIGUE EN PARADERO DESCONOCIDO

Veinte años buscando a Anglés

El pasado 25 de septiembre Antonio Anglés, alias Asukiki, alias Sugar, cumplió 46 años. Si sigue vivo. Su nombre continúa colgado en el listado de los

Foto: Veinte años buscando a Anglés
Veinte años buscando a Anglés

El pasado 25 de septiembre Antonio Anglés, alias Asukiki, alias Sugar, cumplió 46 años. Si sigue vivo. Su nombre continúa colgado en el listado de los criminales más buscados por la Interpol. Con un círculo rojo en la esquina inferior derecha de su fotografía. Pero seguramente ese retrato ya sirve de poco. Han pasado casi 20 años desde la última vez que alguien lo vio, y en 20 años la gente cambia mucho.

¿Quién es Antonio Anglés? El autor de uno de los crímenes menos olvidados de la historia negra de España. El crimen de Alcasser (Valencia). Hechos probados: la noche del 13 de noviembre de 1992, Anglés y su amigo Miguel Ricart recogieron en su coche a Desirée Hernández (14 años),  Miriam García (14) y Antonia Gómez (15). Las condujeron a una cabaña en el paraje montañoso de La Romana y allí las violaron, las torturaron, las asesinaron y las enterraron.

Ricart cumple condena hasta 2023. Le cayeron 170 años. Ahora que se cumplen 20 años del triple crimen, la Asociación Clara Campoamor, que asesora a los padres de las víctimas, pide en nombre de estos que se “reactive la investigación del paradero de Anglés. Mientras no haya cadáver, hay que seguir buscando”.

Concretamente, han solicitado de manera formal al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que comparezca ante los medios de comunicación y haga una presentación pública de un nuevo cartel de busca. Un cartel que estuvo hasta hace siete años en todas las terminales españolas y las más importantes europeas. Un cartel con una foto de un asesino de 26 años que hoy tiene 46.

Los últimos que vieron al prófugo fueron los tripulantes del City of Plymouth, un carguero en el que embarcó como polizón desde Lisboa en enero de 1993, y desde el que se arrojó frente a la costa irlandesa el 23 de marzo. El 11 de septiembre de 1995 se halló un cráneo humano en un condado de la playa de Cork. Se intentaron atribuir estos restos a Anglés y cerrar el caso, pero la Asociación Clara Campoamor consiguió traer el cráneo a España, realizar pruebas genéticas y descartar que fuera del asesino.

Blanca Estrella Ruiz, presidenta de esta asociación, está convencida de que sigue vivo: “Está tapado, aunque no protegido. Hay gente que sabe la verdad, una verdad que no se puede saber, que no se quiere saber”. ¿Y cuál es esa verdad? “Si te la digo y la publicas, nos llueven las demandas”.

El triple crimen de Alcasser y la evaporación de Anglés es uno de los episodios de nuestra historia reciente que más fantasías, hipótesis, emasculaciones intelectuales y sospechas de trasfondo turbio ha desatado jamás. En decenas de foros de la red aun se siguen discutiendo versiones. Una de las que más popularidad obtuvo durante años, fue que el crimen realmente fue perpetrado por extraterrestres, dada la inhumanidad de las torturas, pero finalmente los expertos desecharon tal posibilidad.

También se especuló mucho con la posibilidad de que Rafael Vera, entonces secretario de Estado para la Seguridad, diera carta blanca a la Guardia Civil local para que “desapareciera discretamente” a Anglés. Ciertamente, es propia de Rocambole la versión de que el criminal huyó de la Benemérita saltando desde un cuarto piso por una ventana.

¿Cuándo prescribe el crimen? Según Blanca Estrella Ruiz, dentro de 10 años. Al llegarse a 30. Después, Anglés podrá reaparecer, ofrecer su producto y hacerse rico en las televisiones. Porque su producto, según parece, no tiene fecha de caducidad en España.

El pasado 25 de septiembre Antonio Anglés, alias Asukiki, alias Sugar, cumplió 46 años. Si sigue vivo. Su nombre continúa colgado en el listado de los criminales más buscados por la Interpol. Con un círculo rojo en la esquina inferior derecha de su fotografía. Pero seguramente ese retrato ya sirve de poco. Han pasado casi 20 años desde la última vez que alguien lo vio, y en 20 años la gente cambia mucho.