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Cómo aceptar lo inesperado: el verano y los accidentes de tráfico
  1. Alma, Corazón, Vida
LA IMPORTANCIA DE DAR UN SENTIDO AL DOLOR

Cómo aceptar lo inesperado: el verano y los accidentes de tráfico

Quizás les sorprenda que en este tiempo estival que puebla nuestro imaginario de multitud de escenas felices de disfrute en familia, de juegos infantiles, de días

Quizás les sorprenda que en este tiempo estival que puebla nuestro imaginario de multitud de escenas felices de disfrute en familia, de juegos infantiles, de días de asueto y  diversión rodeados de aquellos a quienes más amamos, les sorprenda que elija el tema de la muerte para reflexionar. Y lo hago porque me interesa especialmente saber cómo ayudar a aquellas familias que se enfrentan a la experiencia de la muerte. Lamentablemente, en estas fechas ocurren muchos accidentes infortunados de tráfico que sesgan la vida de personas a las que amamos. Esto nos arroja frente a la realidad de la muerte como el acontecimiento final de nuestra vida. Una circunstancia que todos debemos afrontar en algún momento, la nuestra y la de nuestros seres más queridos.

No hace mucho llegó a mi consulta una madre desgarrada por la pérdida de su hija pequeña en uno de estos accidentes. Experimentaba una y otra vez las escenas dolorosas que sucedieron en los momentos posteriores a su muerte, cuando ella sabía que no podía hacer nada por revivir a su hija. Toda ayuda sanitaria sería en balde.

Resulta una tarea muy difícil ayudar a alguien a aceptar lo ocurrido y hay numerosas etapas dolorosas por las que una persona puede transitar antes de llegar a la aceptación. Los psicólogos tratamos de ayudar a la comprensión profunda como camino de aceptación de la pérdida de la presencia física del ser amado.

El proceso a seguir en la elaboración de un duelo por cada persona puede ser muy distinto y variado e influyen elementos de diversa índole. Cómo nos enfrentamos a la muerte dependerá entre otros factores de nuestra manera de ser, nuestra visión del mundo, nuestras creencias religiosas o espirituales, nuestra vinculación con aquellos a quienes perdemos y lo que para cada uno de nosotros representan.  

Tres aspectos para la reflexión

Como verán, la naturaleza del tema es compleja y llevaría más de un breve artículo abordarlo en profundidad. De ahí que me gustaría mencionar esta vez tres aspectos y abrir así la posibilidad de una reflexión.

En primer lugar, subrayaría las circunstancias en que la muerte es sobrevenida. Si la persona que sufre la pérdida se siente responsable en algún grado, será un hecho importantísimo a considerar porque está relacionado con cuán culpable puede sentirse respecto a lo que sucedió.

En los momentos de gran dolor nos enfrentamos a la tarea de transformar una experiencia desgarradora en una oportunidad para el crecimiento personal

Hay que comenzar por aceptar que en la vida ocurren acontecimientos inesperados que la cambian. Todos hemos leído noticias desgarradoras en los periódicos. Todos, por lo tanto, tenemos el conocimiento de que existen y todos sabemos de la existencia de la muerte. Sin embargo, sólo cuando estos hechos alcanzan nuestra vida o la de aquellos a quien amamos pasamos a otro nivel de conciencia: “sabemos de otra manera”. Adquirimos un conocimiento más profundo y real. Esto es así porque nos confronta sin veladuras con nuestra humanidad, es decir, con un saber enraizado dentro de nuestra existencia física limitada. De ésta todos tenemos conciencia, pero muchas veces no queremos pensar en ello porque la muerte asusta y genera angustia.

En los momentos de gran sufrimiento y dolor nos enfrentamos a la tarea  de trasformar una experiencia desgarradora en una oportunidad para el crecimiento personal, para profundizar en nuestra dimensión humana.

La necesidad de comprender

La Dra. Elisabeth Kübler-Ross, que dedicó entera y generosamente su vida a ayudar a personas moribundas y a quienes habían perdido a sus seres amados, demostró a través de numerosas investigaciones que alcanzar cierto grado de aceptación permite a las personas salir del hondo sufrimiento que les genera la pérdida y encontrar una salida mental y espiritual para la paz.

Ser infeliz y sufrir es la ocasión que nos es dada para crecer y la única razón de nuestra existencia

Ya Victor Frankl en su famosísima obra El hombre en busca de sentido habla de la importancia de dar un significado a la existencia y a los acontecimientos que la pueblan. Pues bien, cuando alguien experimenta un hecho así puede “necesitar” comprender, asimilar el horror y transformar el dolor en una experiencia regeneradora y sanadora que le permita aprender algo. Las creencias religiosas y espirituales contribuyen positivamente a este propósito porque otorgan un sentido al sufrimiento. Pero éste se puede alcanzar comprendiendo que todo sufrimiento genera crecimiento. Tenemos que ser capaces de encontrarlo y ver las cosas desde el otro reverso de la moneda, ¿qué estoy aprendiendo? ¿Qué aspectos de mí misma me revela como persona?

Me gustaría, para acabar, reproducir las palabras exactas y reveladoras de la Dra. Elisabeth Kübler-Ross porque muestran el camino cuando uno se enfrenta al dolor, la agonía, la soledad y el sufrimiento máximo: “Todos los sufrimientos y pruebas, incluso las pérdidas más importantes, así como todos los acontecimientos ante los que decimos ‘si lo hubiese sabido antes, no lo habría podido tolerar, son siempre regalos. Ser infeliz y sufrir es como forjar el hierro candente, es la ocasión que nos es dada para crecer y la única razón de nuestra existencia”.

*Raquel Tomé es psicóloga y psicoterapeuta clínica del Centro Guía de Psicoterapia.                                                                                                                                      

Quizás les sorprenda que en este tiempo estival que puebla nuestro imaginario de multitud de escenas felices de disfrute en familia, de juegos infantiles, de días de asueto y  diversión rodeados de aquellos a quienes más amamos, les sorprenda que elija el tema de la muerte para reflexionar. Y lo hago porque me interesa especialmente saber cómo ayudar a aquellas familias que se enfrentan a la experiencia de la muerte. Lamentablemente, en estas fechas ocurren muchos accidentes infortunados de tráfico que sesgan la vida de personas a las que amamos. Esto nos arroja frente a la realidad de la muerte como el acontecimiento final de nuestra vida. Una circunstancia que todos debemos afrontar en algún momento, la nuestra y la de nuestros seres más queridos.