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Escuchar música ‘chill out’ durante la comida, la mejor ayuda para adelgazar
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EL CONSUMO CALÓRICO SE REDUCE EN UN 18%

Escuchar música ‘chill out’ durante la comida, la mejor ayuda para adelgazar

El estado de ánimo influye directamente en los procesos digestivos. Las emociones determinan la calidad y cantidad de la saliva, la formación de ácidos estomacales o

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Escuchar música ‘chill out’ durante la comida, la mejor ayuda para adelgazar

El estado de ánimo influye directamente en los procesos digestivos. Las emociones determinan la calidad y cantidad de la saliva, la formación de ácidos estomacales o la presión sanguínea, contribuyendo así a una mejor o peor digestión. No sólo eso, sino que al comer de forma relajada se ingiere alrededor de un 18% menos de alimentos, según un estudio de la Universidad de Cornell publicado en la revista Psychological Reports. Por el contrario, los nervios nos llevan a comer casi una quinta parte más de lo que el organismo necesita y la satisfacción es mucho menor, por lo que contribuirá a aumentar el deseo de picar entre comidas.

El estudio dirigido por el profesor Brian Wansink, director del laboratorio Food and Brand de la universidad norteamericana, concluye que los comensales ingieren unas 175 calorías menos de promedio por cada comida si se encuentran en un contexto agradable y tranquilo. Los mejores resultados se obtuvieron en aquellos ambientes poco iluminados, pero sobre todo, en los que la comida se acompañaba de música de relajación tipo chill out.

Uno de los investigadores que participaron en el estudio, el profesor Koert Van Ittersum del Georgia Institute of Technology, explica que las condiciones ambientales en la que se encuentran los comensales no influye en el tipo de alimentos que les apetezca comer, es decir “no se asocia a la ingesta de comida más saludable, pero sí reduce la cantidad de alimentos ingeridos de un promedio de 949 calorías a 775”.

Recomendaciones para el diseño de los restaurantes

Unos resultados que contradicen la creencia popular de que al encontrarse en un ambiente agradable y relajado se tiende a comer más. Nada más lejos de las conclusiones de este estudio, en las que se afirma que se tiende a comer más lentamente, lo que aumenta así la sensación de saciedad.Los nervios nos llevan a comer casi una quinta parte más de lo que el organismo necesita

Uno de los objetivos de los investigadores es contribuir al diseño de los restaurantes, principalmente los de comida rápida, para que adopten alguna de estas técnicas (luz tenue, música relajante, etc). Los lugares en los que se vende comida basura están en el punto de mira de los departamentos públicos que luchan contra la obesidad, apunta Wansik. “Hacer unas reformas sencillas y baratas, como eliminar los focos de colores o las superficies reflectantes, contribuye a que no se coma en exceso y, al mismo tiempo, se aumenta la satisfacción de los clientes”.

Mayor sensación de saciedad

Comer de forma apresurada o con cierto grado de estrés provoca que al poco rato se vuelva a tener apetito, pues se libera menos cantidad de unas hormonas intestinales responsables de generar una sensación de saciedad en el cerebro, denominadas secretina y colecistocina. Un grupo de científicos de la Universidad de Atenas, en colaboración con investigadores del Laiko Hospital General, demostraron en un estudio que cuanto más rápido se coma más alimentos se ingerirán.

Para demostrarlo se utilizó a un grupo de voluntarios a los que se les hizo comer una misma cantidad de helado a ritmos distintos. Posteriormente, se midieron sus niveles en sangre de glucosa, insulina, lípidos y hormonas intestinales. El resultado fue que los participantes que más lento comieron segregaron una mayor cantidad de hormonas intestinales y dijeron sentirse más saciados. Como conclusión, los investigadores advirtieron sobre la relación directa que existe entre el frenético ritmo de vida de la sociedad contemporánea y el aumento de las personas con sobrepeso y obesidad. 

El estado de ánimo influye directamente en los procesos digestivos. Las emociones determinan la calidad y cantidad de la saliva, la formación de ácidos estomacales o la presión sanguínea, contribuyendo así a una mejor o peor digestión. No sólo eso, sino que al comer de forma relajada se ingiere alrededor de un 18% menos de alimentos, según un estudio de la Universidad de Cornell publicado en la revista Psychological Reports. Por el contrario, los nervios nos llevan a comer casi una quinta parte más de lo que el organismo necesita y la satisfacción es mucho menor, por lo que contribuirá a aumentar el deseo de picar entre comidas.