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"El fracaso escolar se debe a la educación no diferenciada"
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SEPARAR POR ETNIAS HA SIDO ÚTIL EN EE.UU.

"El fracaso escolar se debe a la educación no diferenciada"

El ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha reabierto el debate sobre la enseñanza diferenciada al manifestar que estaba dispuesto a reformar la ley educativa aprobada

Foto: "El fracaso escolar se debe a la educación no diferenciada"
"El fracaso escolar se debe a la educación no diferenciada"

El ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha reabierto el debate sobre la enseñanza diferenciada al manifestar que estaba dispuesto a reformar la ley educativa aprobada en 2006 para que los centros que separan al alumnado por sexo puedan recibir subvenciones del Estado. Unas declaraciones que realizó tras conocerse dos sentencias del Tribunal Supremo en las que se negaba esta posibilidad a un colegio de Andalucía y a otro de Cantabria. María Calvo, profesora de Derecho Administrativo en la Universidad Carlos III de Madrid y una de las mayores expertas internacionales en educación diferenciada, explica a El Confidencial que “la escolarización de todos los niños bajo un mismo modelo educativo es una medida totalitaria e ideológica” fruto del desconocimiento de las diferencias biológicas entre ambos sexos. Si partimos del punto de vista de que los niños son neutros y el método docente no se adapta a sus necesidades, explica Calvo, no se lograrán corregir ni el fracaso académico ni los desequilibrios emocionales que, asegura, provoca la educación mixta. Unos argumentos en los que ahonda con más profundidad en sus ensayos Los niños con los niños y las niñas con la niñas; Iguales pero diferentes; Guía para una educación diferenciada y Hombres y mujeres, cerebro y educación, que ha reeditado la editorial Alfmuzara.

En Estados Unidos, coincidiendo con la llegada de Barack Obama al Gobierno, cada vez son más los colegios públicos que separan por sexo. Calvo ha conocido de cerca de estas experiencias como presidenta de la Asociación Europea de Centros de Educación Diferenciada (EASSE), cuyos resultados define como impresionantes: “Al separar por sexos, e introducir técnicas docentes especiales, ya se está apostando claramente por la formación académica, lo que potencia sus virtudes y facilita la superación de sus dificultades particulares, que son distintas en niños o niñas”.

Si no se discrimina no hay igualdad de oportunidades

Para los defensores de la educación diferenciada, la igualdad de género se alcanza favoreciendo la discriminación por sexos del alumnado en las escuelas. Calvo explica que se deben tratar de diferente forma porque, según demuestra la neurociencia y la propia experiencia, los niños tienen más dificultades en comprensión lectora que las niñas y, a su vez, estas últimas son peores en matemáticas por cuestiones relacionadas con la psicomotricidad.Las diferencias entre sexos son biológicas, pero también emocionales

Para que tanto niños como niñas puedan desarrollar estas aptitudes, “es necesaria una educación separada para que, con esfuerzo, se encaucen esas diferencias naturales y, por ejemplo, las niñas puedan ser buenas en carreras técnicas y los niños en las humanas. Si no se hace así, la educación mixta acaba generando frustración y desencanto” incrementando así las diferencias de género, añade la especialista.

Se trata, añade, “de que ambos sexos puedan llegar igual de lejos en la vida al contar con las mismas oportunidades y no calificar simplemente de vago a un niño porque tenga menos habilidades lingüísticas, por ejemplo, que una niña”. De hecho, según el último informe Pisa, los chicos obtienen una puntuación media en compresión lingüística de 39 puntos por debajo que el de las chicas. La profesora también advierte que tres de cada cuatro expedientes disciplinarios abiertos en España son de niños, un fracaso escolar que estaría motivado por la enseñanza mixta. “Una circunstancia que puede acabar desembocando en problemas graves e incluso introduciéndolos en ambientes delictivos”, advierte la profesora.

La educación mixta degenera en falta de respeto hacia el otro sexo

La inteligencia emocional es clave entre los que justifican la educación diferenciada. Citando al padre de estas teorías, el psicólogo norteamericano Daniel Golleman, el éxito en las relaciones personales y profesionales se debe en un 8% al coeficiente y en un 92% al manejo de las emociones. Esto quiere decir, según explica Clavo, “que lo importante es incentivar las emociones porque cuanto mejor se conozcan mayores posibilidades para triunfar en la vida. Sin embargo, apenas se le da importancia en los centros mixtos y por eso hay tanto fracaso escolar y, más tarde, conflictos en las relaciones de pareja. Digamos que la máxima de Descartes debería ser matizada por ‘siento, luego existo’”.Tres de cada cuatro expedientes disciplinarios abiertos en colegios españoles son de niños

Las emociones marcan las diferencias de género e ignorarlas “sólo nos lleva a exigirle al sexo opuesto que vea el mundo bajo nuestro mismo prisma. Los hombres tienen un estilo masculino de ver las cosas y las mujeres, uno femenino. Lo esencial es conocer estas diferencias para evitar posibles conflictos y comprendernos mutuamente”.

La coeducación ahonda en estas diferencias que, según sus defensores, son básicas para acabar con la violencia de género. La relación con el sexo opuesto, apunta Calvo, debe trabajarse desde el respeto y la tolerancia. “El concepto de caballerosidad está más implantado en los centros de educación diferenciada que en los mixtos, donde la relación con el sexo opuesto es demasiado distendida y, en ocasiones, puede degenerar en una falta de respeto”, lamenta Calvo. Sin embargo, defiende que el respecto y la convivencia sana es algo que se debe aprender en el núcleo familiar.

Un modelo ni de izquierdas ni de derechas, sino “una opción más”

La postura de Calvo choca frontalmente con el discurso que vincula la educación diferenciada con los valores católicos y los principios de la derecha. Un mito, entiende, “construido porque en España todos los colegios que diferencian por sexo son católicos, pero esto es por culpa de los gobiernos, que no han tenido el valor suficiente de abrir los centros públicos a este modelo. No se trata de una cuestión de creencia ni de ética, sino de una opción pedagógica. Lo ideal sería que hubiese centros laicos con educación diferenciada. Si no sólo los católicos y los que puedan pagarlo podrán beneficiarse de sus ventajas”.

Como ejemplo de que este modelo no responde a dictados ideológicos, Calvo cita a la demócrata norteamericana y actual secretaria de Estado Hillary Clinton, que estudió en el Wesley college en una clase sólo de mujeres. Lo absurdo, dice, es que “los gobiernos supuestamente de izquierdas aboguen por quitar las subvenciones a los centros de educación diferenciada, arrebatando la posibilidad de progresar académica y emocionalmente a las familias que económicamente no puedan permitírselo”.

El ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha reabierto el debate sobre la enseñanza diferenciada al manifestar que estaba dispuesto a reformar la ley educativa aprobada en 2006 para que los centros que separan al alumnado por sexo puedan recibir subvenciones del Estado. Unas declaraciones que realizó tras conocerse dos sentencias del Tribunal Supremo en las que se negaba esta posibilidad a un colegio de Andalucía y a otro de Cantabria. María Calvo, profesora de Derecho Administrativo en la Universidad Carlos III de Madrid y una de las mayores expertas internacionales en educación diferenciada, explica a El Confidencial que “la escolarización de todos los niños bajo un mismo modelo educativo es una medida totalitaria e ideológica” fruto del desconocimiento de las diferencias biológicas entre ambos sexos. Si partimos del punto de vista de que los niños son neutros y el método docente no se adapta a sus necesidades, explica Calvo, no se lograrán corregir ni el fracaso académico ni los desequilibrios emocionales que, asegura, provoca la educación mixta. Unos argumentos en los que ahonda con más profundidad en sus ensayos Los niños con los niños y las niñas con la niñas; Iguales pero diferentes; Guía para una educación diferenciada y Hombres y mujeres, cerebro y educación, que ha reeditado la editorial Alfmuzara.