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La censura de 'Men In Black III' y la incorrección conservadora
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La censura de 'Men In Black III' y la incorrección conservadora

Trece minutos de Men in Black III han desaparecido de la versión que se proyecta en los cines chinos, censurados por un gobierno que trata de

Foto: La censura de 'Men In Black III' y la incorrección conservadora
La censura de 'Men In Black III' y la incorrección conservadora

Trece minutos de Men in Black III han desaparecido de la versión que se proyecta en los cines chinos, censurados por un gobierno que trata de mantener un control férreo sobre las ideas que recibe su pueblo. Según el diario chino Southern Daily, un pasaje de la película en que los hombres de negro “borran” la memoria de varios ciudadanos chinos habría sido entendido por las autoridades como un mensaje velado sobre la censura que ejercen en Internet, por lo que habrían procedido a eliminarla. Tal explicación, que es la recogida por los diarios occidentales, puede entenderse como una versión reducida de un fenómeno más extenso.

Como recordaba recientemente la revista New Yorker, las creaciones culturales suelen potenciar el subtexto cuando tienen que referirse a hechos incómodos. En el caso de la serie Men in Black, esos extraterreres friquis que viven entre nosotros y que son perseguidos sin piedad por los burócratas de negro no son más que una forma aceptable de referirse a los inmigrantes.

Y ciertamente, mucho de eso hay. Los primeros minutos de la película sugieren que esa interpretación no es incorrecta. El malo tiene nombre ruso y rasgos esteparios, los hombres de negro se mofan de los kebabs y de quienes los consumen, los chistes sobre los otros son frecuentes, y sí, se meten con los chinos. La escena que ha irritado a las autoridades asiáticas recoge una idea habitual en las sociedades occidentales según la cual los chinos son seres taimados que regentan restaurantes dudosos en cuya comida se mezclan toda clase de ingredientes extraños en sus comida (“Vete a saber qué clase de carne es eso que llaman pollo”). Men in Black III recoge todos esos estereotipos (el propietario del restaurante habla perfecto inglés, pero chapurrea una versión chop-suey cuando tiene que engañar a los incautos clientes) y les da un toque cómico. 

Pero sería un error ver Men in Black III como un simple ataque a los inmigrantes. En realidad, trata de mofarse de todo lo que suene a otro, es decir, todo lo que no sea WASP. Así, Los negros que conducen un coche caro es porque lo han robado, los hippies son obviamente idiotas, todos los artistas son en realidad extraterrestres (salvo Andy Warhol, que es un hombre de negro infiltrado) y el único tipo raro (es decir, diferente) bueno es el tipo raro muerto.

Toda la comicidad de Men in black III gira alrededor de esas angustias Tea Party de la población estadounidense, a las que da estatuto de chiste. Su argumento parece extraído de una película del Charles Bronson más radical de los 70, fuera interpretada en clave jocosa, con el objetivo de evitar los reproches de la corrección política.

Esta peculiar versión de blockbuster como instrumento de crítica cultural utiliza en provecho propio aquella creencia según la cual si vas a decir algo que moleste, mejor que hagas reír. Men in Black III exhibe una visión del mundo profundamente incorrecta que se esconde bajo el mando del chiste. Pero, claro, eso sirve para los públicos occidentales. Las autoridades chinas tienen otro sentido del humor…

Trece minutos de Men in Black III han desaparecido de la versión que se proyecta en los cines chinos, censurados por un gobierno que trata de mantener un control férreo sobre las ideas que recibe su pueblo. Según el diario chino Southern Daily, un pasaje de la película en que los hombres de negro “borran” la memoria de varios ciudadanos chinos habría sido entendido por las autoridades como un mensaje velado sobre la censura que ejercen en Internet, por lo que habrían procedido a eliminarla. Tal explicación, que es la recogida por los diarios occidentales, puede entenderse como una versión reducida de un fenómeno más extenso.