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Más de cuatro meses encerrados para salvar al 'cole' Magerit
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TERMINAN LAS PROTESTAS CONTRA EL CIERRE DE TRES CENTROS DE DISCAPACITADOS

Más de cuatro meses encerrados para salvar al 'cole' Magerit

"Que quiten las cadenas que quiero volver al cole, por favor”. Así, un día tras otro, Caridad le pide a su hermano que haga lo posible

Foto: Más de cuatro meses encerrados para salvar al 'cole' Magerit
Más de cuatro meses encerrados para salvar al 'cole' Magerit

"Que quiten las cadenas que quiero volver al cole, por favor”. Así, un día tras otro, Caridad le pide a su hermano que haga lo posible para que ella pueda volver con sus amigos, de los que lleva ya 135 días separada. Y, sobre todo, con sus profesores y cuidadores. Les echa de menos, y no comprende por qué ha tenido que mudarse a este nuevo centro en el que no conoce a la gente y hay poco espacio para todos los que son, y al que tarda más de una hora en llegar, cuando antes sólo tardaba 20 minutos.

Las cadenas de las que habla rodean el patio de un centro de asistencia social y Caridad, a sus 53 años, quiere romperlas. Tiene síndrome de Down y según su hermano, Luis, “es un encanto de persona” pero desde hace unos meses está “cabreada”. Y es que Caridad acudía todos los días al centro de día Magerit, en Carabanchel, hasta que el pasado 10 de marzo fueron repentinamente desalojados usuarios y trabajadores. “Si vieras cómo se marchaban todos, sabiendo que al día siguiente tendrían que ir a otros centros, aquello parecía un valle de lágrimas”, recuerda Magdalena, una trabajadora del centro.

Ese mismo día la Comunidad de Madrid avisó también del cierre inminente de otros dos centros de discapacitados intelectuales (los de Fray Bernardino y Arganda) y de una residencia de mayores (la de Carabanchel), aduciendo amenaza de ruina. Pero los trabajadores y los familiares de los usuarios sospechaban que la verdadera intención de las autoridades era liberar espacios e instalaciones para acoger una universidad privada norteamericana (NewYork University).

Los desalojos se produjeron de forma precipitada y, en algunos casos, dramática. “Apenas sin tiempo para limpiar ni adecentar las habitaciones, de noche, en pijama y con la ropa en bolsas de basura hacían el traslado de los internos discapacitados del centro Fray Bernardino Álvarez, tan crudo y patético como irracional”, recuerda otra trabajadora del Magerit.

Tras abandonar sus centros, los usuarios y los trabajadores fueron repartidos por varios centros de la Comunidad, algunos ya llenos, con el consiguiente trastorno. “Son gente que no tolera demasiado bien los cambios, y además se les separó de sus cuidadores, de sus amigos, e incluso se dividieron parejas”, explica Luis. El hermano de Caridad, al verla a ella tan abatida, se implicó tanto que se convirtió en el representante oficial de la Plataforma Magerit, una asociación de  afectados por los cierres de centros de personas con discapacidad intelectual, y participó en el encierro que se organizó en el centro de día de Carabanchel.

Cuatro meses y medio para alcanzar el acuerdo

Ese encierro se levanta por fin este sábado a las 00:00 horas después de cuatro meses y medio, o lo que es lo mismo, 135 días. Los trabajadores y familiares tomaron la decisión de regresar a sus casas después de que en la tarde del pasado jueves se alcanzara un acuerdo con la consejería de Asuntos Sociales de la Comunidad. Según ese pacto ambas partes aceptarán lo que exponga el informe técnico que está realizando la empresa CEDEX sobre el estado real del edificio.

Si el informe dice que se puede habitar, los usuarios que quieran podrán volver al Magerit y todos los trabajadores regresarán al centro. Si, por el contrario, es desfavorable, se irán a otro centro ubicado en Leganés, pero todos juntos.

“El centro de Leganés es una maravilla pero todos queremos quedarnos en Magerit, es como nuestra segunda casa”, asegura Magdalena, que se ha pasado 11 años de su vida trabajando allí. Aunque ya está jubilada, continúa visitando el centro con frecuencia y ha participado activamente en el encierro que comenzó el día 8. Desde allí, mientras recoge sus bártulos, explica emocionada a El Confidencial  cómo algunos chicos que antes rechazaban el contacto directo, ahora, cuando se encuentran con sus cuidadores “se tiran a sus brazos”. “Son muy especiales, son personas capaces de verte por dentro, tú te ves fea en el espejo pero ellos siempre te dicen ‘qué guapa estás’”.

Afortunadamente, dentro de no mucho tiempo Magdalena podrá volver a reunirse con “sus chicos”. Se prevé que el informe sea emitido en la primera quincena de agosto y cuando se conozca los usuarios se trasladarán, o bien a su antiguo ‘cole’, o bien al centro de Leganés.

Pero, en cualquier caso, podrán hacerlo juntos si así lo desean. “Estamos muy contentos de que después de más de cuatro meses de sentirnos engañados, estafados y apabullados, se reconozca lo que pedíamos desde un principio”, se alegra Luis. Su hermana Caridad podrá, por fin, atravesar esas metafóricas cadenas del centro al que la han trasladado y volver a reencontrarse con Magdalena y todos los demás.

"Que quiten las cadenas que quiero volver al cole, por favor”. Así, un día tras otro, Caridad le pide a su hermano que haga lo posible para que ella pueda volver con sus amigos, de los que lleva ya 135 días separada. Y, sobre todo, con sus profesores y cuidadores. Les echa de menos, y no comprende por qué ha tenido que mudarse a este nuevo centro en el que no conoce a la gente y hay poco espacio para todos los que son, y al que tarda más de una hora en llegar, cuando antes sólo tardaba 20 minutos.