La rinoplastia es más segura con anestesia local

5Es una de las intervenciones de cirugía plástica más demandadas en España. El doctor Alfonso Castro Sierra las hace por cientos en la Clínica Ruber de Madrid. Una de las innovaciones más importantes es que ahora se realizan con anestesia local y sedación. "Así es más seguro y más cómodo para el paciente, ya que además se convierte en una intervención de tipo ambulatorio y no tienen que quedarse ingresados. Hasta ahora era necesaria la anestesia general con las consecuencias e incomodidades que ello conlleva (estancia prolongada en clínica, situación de malestar general, recuperación más lenta…)”.

Gracias a esta técnica el proceso post-operatorio es indoloro y no precisa analgésicos. El paciente tiene sólo una sensación de “congestión nasal”. Según Castro Sierra, que fue pionero en la realización de rinoplastias estéticas, “la operación de nariz es sin duda una de las más demandas pero hay que tener en cuenta que los resultados dependen de una serie de factores en los que tanto el médico y su equipo como el propio paciente están involucrados. Algunos de los factores que pueden provocar una rinoplastia secundaria dependen de si el paciente sigue o no las indicaciones postoperatorias”.

Para establecer la indicación de rinoplastia es necesaria una primera consulta donde se describe al paciente la técnica con anestesia local y en régimen ambulatorio (no precisa ingreso). Se evalúa qué aspectos se deben corregir y qué detalles se mantendrán para lograr un resultado óptimo.

La intervención, cuya duración viene determinada por las necesidades de cada caso, termina con una inmovilización de la nariz durante diez días y la colocación de un pequeño taponamiento durante dos días. Terminada la intervención, el paciente regresa a su domicilio, ya que no requiere ningún ingreso ni estancia hospitalaria, si bien debe seguir unas pautas de tratamiento. Posteriormente, al retirar la escayola, el paciente puede continuar con su vida normal pero con la nariz, nueva, corregida.

Sin seguridad no hay técnica

Las rinoplastias comienzan en el siglo XIX, heredando técnicas hindúes e italianas milenarias que respondían a la necesidad de mejorar el rasgo más característico del rostro. De esta forma, podemos hablar de un tipo de intervención con una larga Historia en la que la innovación es constante pero lenta. “Nosotros no aplicamos ninguna técnica sin estar seguros de que es adecuada para el paciente. Realizamos cientos de pruebas antes de introducir nuevos tratamientos porque el hecho de que se haya convertido en algo habitual no debe confundirse con el hecho de que se trata de medicina y en esto cada paciente requiere un tiempo de estudio, atención e investigación que no todas las clínicas cumplen”.