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'Comprar experiencias' aumenta la sensación de bienestar, vitalidad y conexión social
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'Comprar experiencias' aumenta la sensación de bienestar, vitalidad y conexión social

Un nuevo estudio sugiere que el dinero nos podría hacer felices si lo gastamos adecuadamente. Según parece, "comprar" experiencias, como una cena en un restaurante o

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'Comprar experiencias' aumenta la sensación de bienestar, vitalidad y conexión social

Un nuevo estudio sugiere que el dinero nos podría hacer felices si lo gastamos adecuadamente. Según parece, "comprar" experiencias, como una cena en un restaurante o una obra de teatro, en lugar de posesiones materiales, como un bolso de diseñador, da mayor felicidad tanto al comprador como a quienes lo rodean.

"El estudio estima que quienes gastan más sus ingresos en experiencias de vida serán más felices que el resto por la experiencia en sí y que los otros (quizás los que la comparten) también serán felices", afirma Ryan Howell profesor asistente de psicología de la San Francisco State University.

¿Por qué? Porque comprar experiencias, a diferencia de objetos, aumenta la sensación de bienestar, vitalidad y conexión social. "Estos resultados respaldan una extensión de la teoría de las necesidades básicas, que indica que las compras que aumentan la satisfacción de las necesidades psicológicas producirán el mayor bienestar", declaró Howell, quien comenzó a pensar en la relación entre la felicidad y el ingreso en el 2003, cuando con su esposa pudieron entrevistar a granjeros pobres de Malasia sobre la riqueza, el ingreso y la satisfacción con la vida.

"Tras hallar evidencias de que la relación entre la riqueza y la satisfacción con la vida era más fuerte en esa cohorte que en la típicamente estadounidense, quizás porque el dinero satisfacía las necesidades fisiológicas, propuse que cuando las personas logran la riqueza, necesitan gastar el ingreso en compras que satisfagan sus necesidades psicológicas para ser más felices", explicó Howell.

Para investigar esa teoría, Howell y un graduado de la San Francisco State University, Graham Hill, reunió a 154 adultos de ambas etnias para conocer con qué se identificarían más: la compra de un objeto o de una experiencia. "A ambos grupos se les pidió recordar un momento en los últimos tres meses en el que habían utilizado dinero para comprar una experiencia o un objeto, y se les pidió que escribieran un párrafo corto para describir esa compra, sus sentimientos y el ambiente en que la habían realizado", explicó Howell.

Los participantes calificaron las compras de experiencias como "dinero bien gastado" para sentirse felices y darles felicidad a otros. Los resultados demostraron también que comprar una experiencia hacía más feliz a la gente, independientemente de la cantidad de dinero gastado o el ingreso del comprador.

La adquisición de experiencias también generó mayor satisfacción. "Proporcionan un capital para los recuerdos. No tendemos a aburrirnos de los recuerdos, pero sí de los objetos", opinó Howell, que presentó estos resultados en la reunión anual de la Sociedad de Psicopatología Social y de la Personalidad, que se realizó en Tampa, Forida.

Un nuevo estudio sugiere que el dinero nos podría hacer felices si lo gastamos adecuadamente. Según parece, "comprar" experiencias, como una cena en un restaurante o una obra de teatro, en lugar de posesiones materiales, como un bolso de diseñador, da mayor felicidad tanto al comprador como a quienes lo rodean.