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Las células de la piel también entran en campaña
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Las células de la piel también entran en campaña

A los investigadores españoles de la biomedicina que profesan el catolicismo y, en consecuencia, lo apliquen a su trabajo, diga lo que diga la Ciencia (están

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Las células de la piel también entran en campaña

A los investigadores españoles de la biomedicina que profesan el catolicismo y, en consecuencia, lo apliquen a su trabajo, diga lo que diga la Ciencia (están en su derecho), todavía no han abierto la boca desde que se sabe que es posible obtener células madres de la piel sin tocar las de los embriones. El Vaticano, por lo menos, se ha alegrado -a su manera- de la noticia.

Células 'embrionarias' sin embriones. No está mal. En teoría, menos tensión habrá entre quienes dicen defender la vida y aseguran que un embrión es una persona, y quienes sostienen que también defienden la vida pero se niegan a ponerle puertas al amplio mundo de la investigación.

Así que el ministro de Sanidad, Bernat Soria, excelente conocedor del asunto, anda estos días con la palabra paz en la boca. Lo último que desean en su negociado es que, viendo venir la campaña electoral, a Soria lo metan los de la oposición en un debate ético virulento que pueda quemar al ministro.

El PP, de momento, calla. Aunque el silencio no signifique que en Génova los tambores de guerra no estén afinados para la batalla venidera. Saben los asesores de Rajoy (no me refiero, por supuesto, a ningún primo suyo) que España tiene en este momento varios grupos que trabajan con células madre, incluso en comunidades 'populares' como Valencia o Castilla y León. Y que por ahí lo van a tener crudo.

Aunque no hay que olvidar que este hallazgo científico "no se hubiera hecho nunca en España durante el Gobierno del PP, porque estaba prohibido". Palabra de ministro. Así que a Rajoy no le quedará otra que volver a insistir en la clonación terapéutica como paso previo, según él y sus seguidores, a la clonación de humanos. Y para defender semejante locura tiene a Ana Pastor, doctora en medicina y en su día ministra de Sanidad.

Lo que quizás deberían saber los ciudadanos es que todavía está por ver lo que puede dar de sí este descubrimiento, si las células madre de la piel tienen la misma capacidad de regenerar tejidos que las del embrión, como se pregunta la mayoría de los especialistas. Todo lo demás, hoy, son campanas al vuelo. No hay que olvidar que estamos en época de promesas. Escuchen, sino, a Bernat Soria. No da abasto.

Ilustración de Julio Cebrián.

A los investigadores españoles de la biomedicina que profesan el catolicismo y, en consecuencia, lo apliquen a su trabajo, diga lo que diga la Ciencia (están en su derecho), todavía no han abierto la boca desde que se sabe que es posible obtener células madres de la piel sin tocar las de los embriones. El Vaticano, por lo menos, se ha alegrado -a su manera- de la noticia.