Nuevos aires para Tata

Los cambios son cada día más notables en la marca india Tata. Primero fue el Vista, un pequeño coche urbano y ahora llega al mercado el segundo exponente de la nueva Tata, el Aria, un monovolumen de 7 plazas y con posibilidad de tracción 4x4, que además está bastante bien terminado. Es la nueva Tata que se abre paso.

Se trata de un vehículo de siete plazas, con una configuración de tipo monovolumen pero que aporta la posibilidad de tracción 4x4. Un vehículo con muchas posibilidades de utilización, por su habitáculo muy amplio y versátil que ofrece unos precios muy ajustados para el tipo de coche de que se trata.

Si uno se sube al Aria sin mirar el coche que es, pensará que es un buen monovolumen de siete plazas de los de siempre. Sus calidades de terminación son sorprendentemente buenas para lo que era la marca hasta ahora y nada tiene que ver con modelos anteriores de Tata.

Tata es un gran conglomerado industrial que cada año obtiene grandes beneficios de todos sus negocios. Además, la marca vive unos momentos muy buenos por lo que a las marcas Jaguar y Land Rover se refiere. Tata compró hace cinco años ambas marcas y desde entonces la progresión ha sido espectacular con la llegada, sobre todo del Evoque y del recién aterrizado F-Type.

Sin embargo, en el mercado doméstico, su principal baza desde hace años, las ventas que durante años eran muy estables y han sido la base de su gran negocio, han ido bajando. Si antes el mercado indio estaba claramente dominado por la propia Tata y por su rival Mahindra, ahora han llegado nuevos y difíciles rivales. Por ejemplo Suzuki y Hyundai que han montado plantas de producción en aquel país. Además, fabrican coches modernos, eficientes y con una terminación propia del mercado europeo. Y eso es algo que cada día gusta más en India.

Y es por esta razón por la que la marca Tata se ha puesto las pilas para retomar su posición en el mercado doméstico y al mismo tiempo luchar por una buena posicionamiento en el europeo. Y esa es la situación actual, que Tata empieza ya a competir con modelos similares a los europeos por su calidad de producción.

Ese ha sido el caso del Tata Vista lanzado al mercado hace unos meses y ahora ocurre con el nuevo Aria. Como les decía es un concepto de coche que se sitúa a mitad de camino entre un monovolumen y un todocamino. Del primero toma su versatilidad interior, y sus siete generosas plazas.

En principio las dos plazas de la tercera fila van plegadas en el suelo del maletero, pero se pueden sacar fácilmente cuando se hace necesario. La operación no es tan sencilla como en algunos de sus rivales, mucho más sofisticados, pero esta maniobra es bastante sencilla. Igualmente se pueden plegar las plazas centrales, con lo que se consigue un espacio de carga hasta el techo de más de 1.700 litros.

Que es un vehículo de la nueva Tata queda claro en su equipamiento. La gama ofrece tan solo dos versiones con un equipamiento cerrado para el mercado español. La primera es la que ofrece tracción a dos ruedas, cuyo precio es de 19.975 euros, y por encima la versión más completa con la tracción 4x4 cuyo precio sube hasta los 23. 960 euros. Y estos precios con una garantía de 3 años o 100.000 kilómetros.

Les decía lo de la demostración de la mejora del vehículo. La versión tope de gama incluye de serie entre otros elementos equipos como el navegador, pero es que desde la versión de acceso tiene salidas de climatización en todas las plazas del vehículo, luces de cortesía en la parte inferior de las puertas o parasoles con extensión hacia el centro para tapar el hueco del retrovisor cuando el sol molesta de frente.

O los asientos de la segunda fila que se desplazan longitudinalmente para ofrecer más o menos espacio a sus ocupantes en función de las necesidades. O equipamientos como el apagado y encendido automático de luces y limpiaparabrisas, o la cámara trasera que se ve sobre la pantalla del navegador o el climatizador automático. 

Pero también los cambios se aprecian en su aspecto mecánico. El motor es un turbodiésel de 2,2 litros con 150 caballos, con turbo de geometría variable que proporciona un par motor de 320 Nm  desde 1.500 hasta 3.000 vueltas. Un motor más que razonable dentro de la marca Tata, sobre todo si lo comparamos con las generaciones anteriores de los modelos indios. Su consumo homologado es de 7,2 litros, mientras que su velocidad máxima se sitúa en los 170 km/h.

La dirección es de cremallera con asistencia hidráulica, lo que le proporciona a la dirección un tacto muy agradable, dispone seis airbags y por supuesto ESP y control de tracción.

En cuanto a su estabilidad, es razonablemente buena. El tacto de su volante es bueno, pero el bastidor de largueros y travesaños no transmite unas sensaciones demasiado buenas cuando circulamos rápido, su carrocería se mueve bastante, pero si lo que buscamos es un coche para un uso normal, familiar, su comportamiento es más que suficiente. Además, la presencia del ESP es una garantía adicional.

Algo en lo que todavía debe mejorar un poco más es en la rumorosidad de su motor y en ciertas vibraciones que se transmiten al conductor a través de su volante o de la palanca de cambios.              

Sin duda este Tata Aria es una buena alternativa dentro del mercado para los usuarios que buscan un coche grande y robusto, con siete plazas pero con tracción 4x4 y una mayor altura libre al suelo que permita alguna salida fuera del asfalto sin problemas. Es una alternativa, de dimensiones más contenidas, al Ssangyong Rodius que ha dominado durante años el mercado de los monovolúmenes grandes con siete plazas a lo que aportaba como valor añadido su tracción 4x4.