Es noticia
Un buen capricho
  1. Motor
CONTACTO/MINI ROADSTER

Un buen capricho

Mini pone a la venta en el mercado español la sexta variante de su gama, el Roadster, un vehículo de dos plazas, de enfoque deportivo y

Mini pone a la venta en el mercado español la sexta variante de su gama, el Roadster, un vehículo de dos plazas, de enfoque deportivo y cuya principal característica es que se trata de un descapotable muy divertido de conducir. Un buen capricho con un precio de partida de 23.700 euros.

Ya se han vendido más de dos millones de unidades del Mini y no parece que su éxito vaya a parar pronto. El concepto del coche pequeño pero divertido de conducir, con motores potentes, buena tecnología y, sobre todo, con un toque Premium ha calado muy hondo en la sociedad.

El Mini ya tenía cinco versiones: descapotable, cerrada, larga, todocamino con tracción a las cuatro ruedas y una versión coupé de enfoque más deportivo y dos plazas. Y ahora llega una nueva variante que aporta un nuevo estilo y otra forma de entender el automóvil. Se trata del concepto Roadster.

Este tipo de vehículo representa el concepto de un dos plazas, descapotable en el que por encima de todo tiene que haber un componente de diversión para sus ocupantes. No se trata de un coche excesivamente útil, no tiene un maletero muy amplio, tampoco su habitáculo es muy generoso, pero si  es un coche muy divertido. Y es, por ello, un capricho.

Pues bien, el Mini Roadster hace suyos todos y cada uno de los elementos de este concepto de coche que en los años cincuenta y sesenta tuvo una gran cantidad de seguidores. Modelos como los MG, los Triumph, los Jaguar XK fueron un buen ejemplo de ello.

Pero el nuevo modelo de Mini es algo especial. Es un coche muy divertido, con la clase de sus hermanos de gama, pero aportando ese concepto de vehículo de dos plazas, y con todos los argumentos necesarios para permitir que triunfe en el mercado.

Su gama de motores ofrece cuatro alternativas. El punto de partida es el Cooper de 122 caballos, por encima el Cooper S de 184 caballos y como tope de gama en gasolina la versión John Cooper Works y su motor de 211 caballos. Y también existe una variante diesel de 143 caballos.

Se trata de unos motores perfectamente probados ya en el resto de la gama Mini en los que se ha hecho solo un pequeño ajuste de la gestión para conseguir esa deportividad buscada.

Todos ellos llevan un cambio manual de seis marchas y opcionalmente, en todos menos en el JCW, está disponible un cambio automático igualmente de seis marchas.

El Mini representa el concepto más purista del vehículo roadster. Por ello, su capota es de lona y el plegado de la misma se realiza de forma manual, aunque para los que  buscan el máximo de comodidad se ofrece una de accionamiento semiautomático por un sobreprecio de unos 700 euros. La capota siempre es de color negro.

En la versión manual su accionamiento es muy sencillo. Solo hay que sacar y girar una palanca situada en la parte superior del techo y una vez soltados los anclajes se mueve hacia atrás hasta que se oculta en su hueco correspondiente. Luego hay que cerrar bien dicha compuerta y comprobar que está bien cerrada para evitar algún incidente. Esta operación es sencilla y no requiere mucha fuerza.  

Esta versión Roadster del Mini lleva el parabrisas más inclinado que en el Cabrio del que deriva. En concreto es 13 grados más inclinada, lo que proporciona una mayor protección en el habitáculo contra las turbulencias. Eso lo hemos podido comprobar en esta primera toma de contacto realizada por carreteras de la costa de Almería.

A velocidades de hasta 120 km/h e incluso algo más, las turbulencias no afectan apenas a sus ocupantes. Eso sí, nuestra unidad de pruebas llevaba el derivabrisas trasero, una sencilla pieza que se instala entre ambos arcos de seguridad. Una opción interesante que cuesta 100 euros.

El habitáculo está muy bien pensado y dispone de un maletero bastante razonable para este tipo de vehículo. Son 240 litros, con lo que caben dos maletas. Tiene una buena boca de carga gracias a la forma de su parte trasera y cuenta con una trampilla que da acceso al interior del habitáculo, algo que es muy de agradecer para poder sacar el bolso o algún objeto pequeño sin tener que abrir el maletero y mostrar lo que llevamos dentro.

Otro detalle diferenciador es el spoiler trasero. Este se levanta de forma automática al superar los 80 km/h para ofrecer un mayor apoyo aerodinámico a alta velocidad. Por el contrario, cuando se baja de 60 km/h  este se repliega nuevamente. Además, hay un botón que permite subir o bajar el alerón de forma manual. 

Nuestra toma de contacto la hicimos con el Roadster equipado con el motor diesel y con el cambio automático. Pese a tratarse de un diesel el coche funciona con una buena deportividad, sube de vueltas con bastante alegría y permite rodar muy deprisa con el sin problemas.

Además, el cambio de marchas automático facilita aún más su buena agilidad e incluso en el modo Drive normal se muestra muy reactivo ante el menor pisotón sobre el acelerador para aumentar la velocidad. Y para los que quieran algo más está el modo Sport.

Este cambio ofrece unas levas en el volante que resultan bastante cómodas y rápidas. Lleva una a cada lado situadas por encima del diámetro del volante. Ambas sirven igualmente para subir y bajar de marcha. Cuando apretamos la leva hacia el salpicadero se reducen marchas y cuando presionamos en la parte de detrás la leva subimos marchas. Funciona muy bien con estas levas.

Divertido como un kart

Y su estabilidad es igualmente muy buena. Tiene unas suspensiones muy rígidas lo que nos hace recordar al funcionamiento de un kart, tanto por su escasa altura sobre el suelo como por su rigidez. Y su dirección muy rápida también ayuda a esa sensación de conducción. Por supuesto tiene control de tracción y de estabilidad de última generación que siempre está para solucionar cualquier problema que pudiera presentarse en la conducción.

Solo un detalle más, sus prestaciones. El hecho de que el Roadster que hemos probado sea el de gasóleo no significa que no tenga unas prestaciones propias de un buen roadster. En concreto hace el 0 a 100 km/h en 8,1 segundos mientras que su velocidad máxima es de 212 km/h, según los valores homologados. Y su consumo, igualmente homologado, es de 4,5 litros, lo que deja sus emisiones en 118 gr/km lo que le deja exento del pago del Impuesto de Matriculación.  

Como todos los Mini, este nuevo Roadster se presta a la personalización. Hasta nueve colores disponibles, tiras en color negro o plata  para el capó y la parte trasera (y de color rojo en las variantes JCW), posibilidad de un maletero exterior trasero, o llantas en color negro. Y por supuesto todos los elementos de decoración interiores.

La gama del Mini Roadster ya disponible en la red de concesionarios es la siguiente:

Mini Roadster Cooper  122 CV ,   23.700 euros    

Mini Roadster Cooper  184 CV ,   28.750 euros    

Mini Roadster Cooper  143 CV ,    28.750 euros    

Mini Roadster Cooper  211 CV ,    35.265 euros    

Mini pone a la venta en el mercado español la sexta variante de su gama, el Roadster, un vehículo de dos plazas, de enfoque deportivo y cuya principal característica es que se trata de un descapotable muy divertido de conducir. Un buen capricho con un precio de partida de 23.700 euros.