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La juventud vasca no se independiza... de casa: seis años más tarde de lo deseado
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fracasa El III plan joven del gobierno vasco

La juventud vasca no se independiza... de casa: seis años más tarde de lo deseado

La dificultad para acceder a un empleo y la carestía de la vivienda llevan a los jóvenes a retrasar el abandono de la casa de sus padres hasta los 30 años, de las edades más tardías en Europa

Foto: Dos jóvenes miran los carteles de viviendas en venta de una inmobiliaria. (EFE)
Dos jóvenes miran los carteles de viviendas en venta de una inmobiliaria. (EFE)

El deseo de los jóvenes vascos es emanciparse a los 24 años. La realidad, esa que no sabe de anhelos, retrasa esta edad hasta los 30 años, una de las más tardías de Europa. La aspiración de la juventud es lograr un empleo y, además, de calidad. La realidad dice que el paro juvenil sigue siendo un hecho en el País Vasco, con mayor predominio de la temporalidad. Los últimos años han dibujado un escenario preocupante para la juventud vasca: cada vez se independiza más tarde y las puertas para acceder a un puesto de trabajo siguen estando cerradas.

Esta radiografía de la juventud vasca de entre 18 y 34 años se desprende del balance del III Plan Joven del Gobierno vasco 2014-2016, que ha fracasado en sus dos grandes pilares, el empleo y la emancipación, al registrarse un retroceso de estos indicadores en esta década.

La tasa de emancipación es del 40,9%, por debajo del 43,7% de 2010 y lejos del objetivo del 47% para 2016 que se había marcado el III Plan Joven

El abandono del domicilio de los progenitores está condicionado en gran medida por el acceso al empleo y el precio de la vivienda. Y la realidad de estos dos factores no facilita la emancipación de los jóvenes vascos. La tasa de desempleo entre las personas de 16 y 29 años en 2016 se situaba en el 23,7%, frente al 13,4% de media de paro general en el País Vasco. El salario medio de la juventud ocupada es de unos 1.000 euros mensuales, el 57% de los asalariados tiene un contrato temporal, solo la mitad de quienes trabajan lo hacen en algo relacionado con su formación, el trabajo por cuenta propia es “escaso”, y la disposición al autoempleo es “minoritaria”.

Los datos relativos al empleo, y que ejercen de freno a la independencia del hogar paterno, son significativos. Un tercio de los jóvenes tiene ingresos menores de 600 euros mensuales, más de la mitad solo recibe dinero de sus familias y el 15% debe complementar sus ingresos propios con la ayuda económica de familiares.

Un tercio de los jóvenes vascos tiene ingresos menores de 600 euros mensuales y más de la mitad solo recibe dinero de sus familias

La carestía de la vivienda agrava aún más las dificultades para desvincularse del hogar paterno. Uno de cada cinco jóvenes vascos que abandonan la vivienda de sus progenitores tiene que afrontar un “sobreesfuerzo económico” para poder afrontar la hipoteca o el alquiler. Más en concreto, el 21% dedica más del 40% de sus ingresos a afrontar este gasto, mientras que el 24,4% admite tener dificultades para hacer frente a todos los gastos asociados a una vivienda.

¿Conclusión? La juventud vasca cada vez tiene más problemas para emanciparse, hasta el punto de que se ve obligada a demorar hasta en seis años su deseo de dejar de vivir con sus progenitores. La edad media se sitúa en los 30 años, cuatro años después de los 26 años de media en Europa. La situación ha ido a peor en los últimos años. La actual tasa de emancipación entre los jóvenes vascos es del 40,9%, cuando en 2010 era del 43,7%. Esta cifra está muy lejos del 47% que se había marcado el Gobierno vasco para 2016 dentro del III Plan Joven.

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Este plan de acción, que ya solo el pasado año supuso en su conjunto una inversión de 164 millones de euros para poner en marcha 248 actuaciones, tampoco ha cumplido con el objetivo de reducir la tasa de paro juvenil hasta el 15%, ya que en 2016 el desempleo alcanzaba casi nueve puntos más. La actual tasa de paro es casi 10 puntos menor que la de España, pero todavía es “superior” a la media de la Unión Europea, según incide la consejera de Empleo y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, que atribuye a la crisis vivida en los últimos años el retroceso experimentado en materia de empleo y emancipación. En todo caso, la responsable del área pone en valor que la mitad de los indicadores establecidos en el Plan Joven ha superado el objetivo previsto para 2016 y que otro 25%, aun sin cumplir los objetivos, presenta una "tendencia positiva".

A la hora de encontrar empleo, existe una correlación entre el nivel de estudios y la posibilidad de acceder al mercado laboral. Así, entre quienes tienen 25 y 34 años y cuentan con estudios superiores, el 73,2% trabaja como ocupación principal, mientras que el 59,3% de los que tienen estudios secundarios posobligatorios dispone de un empleo. El porcentaje cae hasta el 47,6% entre quienes cuentan con estudios obligatorios. En todo caso, un aspecto “remarcable” es que entre los jóvenes vascos el desempleo es menor entre las mujeres (21,9%) que entre los hombres (25,5%).

Este diagnóstico de la situación de la juventud en el País Vasco servirá de base al Gobierno autonómico para elaborar el IV Plan Joven 2017-2020, que contemplará medidas para incidir en el precio de la vivienda y el acceso al empleo con vistas a reducir la edad de emancipación, según anuncia Artolazabal. El plan se encuentra en estos momentos en la fase de aportaciones para que los jóvenes planteen sus “inquietudes” e “ideas”, y no será hasta finales de año cuando vea la luz, si bien la consejera de Empleo avanza que recogerá “políticas activas” para “influir” en los que son dos factores “determinantes” para que la juventud abandone el hogar de los progenitores a edades más tempranas y “cree su propio proyecto de vida”.

El nuevo Plan Joven recogerá "políticas activas" para "influir" en los dos factores "determinantes" para la emancipación: la vivienda y el empleo

En todo caso, en su comparecencia en el Parlamento vasco para presentar las líneas maestras del próximo plan de acción, no aporta mayor concreción sobre cómo se piensa influir en estos dos factores. Sí deja constancia de la apuesta por “reforzar la formación dual como concepto” para que la juventud “se forme a la vez en empresas y universidades o centros politécnicos” y activar las políticas que faciliten el acceso a la vivienda de alquiler.

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Aunque el precio de la vivienda ha “descendido” en los últimos años, Artolazabal pone de manifiesto que en el País Vasco es el “principal problema” para la emancipación que aprecian los jóvenes, que se decantan de forma mayoritaria por el alquiler. Por tramos de edad, apenas el 5,5% de los menores de 25 años se emancipa, por el 39,5% de quienes tienen entre 25 y 29 años y el 75,3% en el tramo comprendido entre 30 y 34 años.

El Gobierno de Iñigo Urkullu se ha propuesto “sumar al menos 20.000 jóvenes a una primera experiencia laboral a lo largo de la legislatura” mediante un programa marco por el empleo y la reactivación económica 2017-2020, que incluye una línea específica de apoyo al empleo juvenil dotada con 99 millones de euros. Todo para lograr el “objetivo general” de lograr una tasa de paro por debajo del 10% durante este mandato. “Sin un empleo, y un empleo de calidad, es imposible que nuestros jóvenes se emancipen y aumente la natalidad”, asevera Artolazabal.

El deseo de los jóvenes vascos es emanciparse a los 24 años. La realidad, esa que no sabe de anhelos, retrasa esta edad hasta los 30 años, una de las más tardías de Europa. La aspiración de la juventud es lograr un empleo y, además, de calidad. La realidad dice que el paro juvenil sigue siendo un hecho en el País Vasco, con mayor predominio de la temporalidad. Los últimos años han dibujado un escenario preocupante para la juventud vasca: cada vez se independiza más tarde y las puertas para acceder a un puesto de trabajo siguen estando cerradas.

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