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CiU acusa al PP de envolverse en una guerra de banderas para tapar Método 3
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NO RETIRARÁ LAS ‘ESTELADAS’

CiU acusa al PP de envolverse en una guerra de banderas para tapar Método 3

PP y CiU han vuelto a enzarzarse en una guerra de banderas como consecuencia de la presencia de enseñas independentistas en algunos colegios públicos y en

Foto: CiU acusa al PP de envolverse en una guerra de banderas para tapar Método 3
CiU acusa al PP de envolverse en una guerra de banderas para tapar Método 3

PP y CiU han vuelto a enzarzarse en una guerra de banderas como consecuencia de la presencia de enseñas independentistas en algunos colegios públicos y en un parque de bomberos. Un trozo de tela se convierte, así, otra vez, en protagonista de la política catalana, aunque en esta ocasión hay matices que convierten el rifirrafe en algo mucho más importante que la simple anécdota de colgar o no una bandera.

Los populares han denunciado varias veces en los últimos días que el Gobierno catalán busca adoctrinar a los niños desde las escuelas y ha pedido incluso la intervención del Gobierno central en este conflicto para que haga retirar las esteladas. Pero, para CiU, lo que pretende el PP con estas escenificaciones de la nueva guerra de banderas “es levantar una cortina de humo para evitar que Alicia Sánchez-Camacho [presidenta del PP catalán] dé explicaciones por sus responsabilidades en el caso del espionaje de Método 3”.

La líder popular comía en un reservado del restaurante La Camarga, en julio del 2010, con Victoria Álvarez, exnovia de Jordi Pujol Ferrusola. Cuando trascendió que la comida había sido grabada, Sánchez-Camacho se apresuró a denunciar a la agencia en el juzgado por espionaje, aunque en realidad conocía desde hacía tiempo la existencia de la cinta en cuestión. Los responsables y trabajadores de esta agencia de detectives manifestaron ante el juez que la presidenta popular sabía que su conversación con Álvarez estaba siendo grabada, aseveración que la líder popular rechaza. Sin embargo, sorprendió hace pocos días que la dirigente política llegase a un acuerdo con Método 3, por el que esta agencia la indemnizaba con 80.000 euros y ella le perdonaba y retiraba la denuncia. Y eso que la propia dirigente política había prometido que llegaría hasta el final para saber quién la había ordenado espiar.

Fuentes de la cúpula de CiU afirmaron a El Confidencial que “Alicia Sánchez-Camacho está haciendo todo lo posible para desviar la atención del caso Método 3, en lugar de dar explicaciones. Si es verdad lo que contaba en esa comida, que sabía antes que nadie si iban a detener a alguien en el caso Pretoria, y que pasaba esa información a la cúpula del PP, entre ellos a Mariano Rajoy, es muy grave, lo mismo que el comentario de que tenía un fiscal de su confianza”, afirman las fuentes consultadas. Y son contundentes cuando subrayan: “Si se confirman las filtraciones que ha habido, se podría pensar incluso en pedir responsabilidades jurídicas contra ella”.

CiU critica también que “el PP se ha mostrado muy contundente pidiendo la comparecencia parlamentaria de Artur Mas  por el caso Palau. Y, aunque no tiene nada que ver, el president comparecerá en sede parlamentaria el 31 de julio. En cambio, Alicia Sánchez-Camacho se hace la sueca cuando le pedimos que comparezca ella para dar explicaciones sobre el espionaje de Método 3”.

Precisamente, en el momento en que existen más dudas sobre el papel de Alicia Sánchez-Camacho en el escándalo del espionaje es cuando resurge de nuevo el conflicto con las banderas.

Rifirrafe en el Parlamento

Las pasadas semanas, tanto PP como Ciutadans pidieron al Gobierno de Artur Mas que hiciese retirar las esteladas (banderas independentistas) de varios colegios. Ciutadans incluso reunió imágenes de tres escuelas de la provincia de Barcelona (de las localidades de Navàs, Vic y Gurb) con enseñas independentistas ondeando dentro de su recinto. Este miércoles, ambos partidos mantuvieron una dura diatriba con la consejera de Enseñanza, Irene Rigau, sobre el particular. Y ayer fue el diputado Sergio Santamaría el que se peleó con el consejero de Agricultura, Josep Maria Pelegrí, porque una bandera independentista ondea en el parque de bomberos de Gerona.

La discusión fue muy agria, hasta el punto de llegar a reproches personales entre ambos. Al final, el consejero afirmó que no hará retirar la estelada porque, si bien un parque “debe poner las banderas institucionales que marca la ley, debe ser legítimo que puedan poner algún otro elemento de identificación”.

Fuentes populares señalaron a El Confidencial que “lo que está haciendo el Gobierno catalán es adoctrinando a los niños desde las escuelas. Pero tanto las escuelas como los parques de bomberos son edificios públicos y han de tener los símbolos reglamentarios, no enseñas que ni siquiera están reconocidas oficialmente”.

Fuentes de la cúpula de CiU, por su parte, explicaron a este diario que los edificios mencionados no son sedes institucionales.”Nosotros no controlamos una por una todas las escuelas de Cataluña para saber si en una se cuelga o no una bandera determinada. Los casos que han sido denunciados pueden haber sido a iniciativa de alguna persona. Pero, además, de la misma manera que no retiramos las pancartas que cuelgan pidiendo que no haya más recortes, tampoco pensamos retirar las banderas. En tal caso, deberían hacerlo las Ampas de cada colegio”. Y subrayan que si se desata una guerra por una estelada en un puñado de colegios de pequeños pueblos y otra en un parque de bomberos, de entre los cientos de edificios públicos que existen “es que hay interés en levantar una cortina de humo para tapar otros temas que son muy graves y que afectan a la presidenta del PP”.

Pero los populares no están dispuestos a quedarse con los brazos cruzados y el miércoles por la tarde, el portavoz popular parlamentario, Enric Millo, junto con la diputada María José García, se reunieron con la delegada del Gobierno en Cataluña, Llanos de Luna, a la que entregaron una carta que también firmaba Alicia Sánchez-Camacho.

En la misiva, se pedía a De Luna que “proceda a adoptar las medidas necesarias para garantizar la objetividad, neutralidad e imparcialidad política y partidista de los edificios y espacios públicos de Cataluña dedicados a la educación”. También le adjuntaban dos fotografías de un colegio de Porqueres con la estelada en la puerta. Según fuentes del PP, en la reunión también se habló del caso del parque de bomberos de Gerona. Pero todo esto, afirman en CiU, son “escenificaciones políticas e interesadas” para desviar la atención de Alicia Sánchez-Camacho. 

PP y CiU han vuelto a enzarzarse en una guerra de banderas como consecuencia de la presencia de enseñas independentistas en algunos colegios públicos y en un parque de bomberos. Un trozo de tela se convierte, así, otra vez, en protagonista de la política catalana, aunque en esta ocasión hay matices que convierten el rifirrafe en algo mucho más importante que la simple anécdota de colgar o no una bandera.