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El gran negocio del independentismo toma las calles de Barcelona
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TRAS LA POLÍTICA, LA MÁQUINA DE HACER DINERO

El gran negocio del independentismo toma las calles de Barcelona

La Diada Nacional de Cataluña de este año es más reivindicativa que la de otros años, pero a la vez más festiva. La gran carga ideológica

Foto: El gran negocio del independentismo toma las calles de Barcelona
El gran negocio del independentismo toma las calles de Barcelona

La Diada Nacional de Cataluña de este año es más reivindicativa que la de otros años, pero a la vez más festiva. La gran carga ideológica radical de que se han impregnado los actos de este año se traslada a todos los niveles. Por la mañana, se realizaron las tradicionales ofertas florales al monumento de Rafael Casanova, sin incidentes destacables.

Después, a media mañana, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, advirtió, poco antes de comenzar los actos oficiales en el parque de Ciutadella en el que se congregaron 10.000 personal, al presidente catalán Artur Mas sobre las “claras consecuencias” que puede tener para su Gobierno el apoyo del Ejecutivo a la gran manifestación de esta tarde (que desfilará bajo el lema Cataluña, nuevo Estado de Europa) y al tono empleado en el discurso oficial de ayer.

En otras palabras, Sánchez-Camacho se quejó de que el Gobierno catalán da alas a los independentistas y transmite “una imagen de ruptura que perjudica gravemente la economía catalana”. Ello traerá como consecuencia una situación de tensión tal que el PP podría plantearse dejar de apoyar las medidas de recortes de Artur Mas, como ha hecho hasta ahora. Los nacionalistas, no obstante, ya cuentan con el casi incondicional apoyo de Esquerra Republicana (ERC).

Y así, Mas insistió en su rumbo. Tras las actuaciones en el parque de Ciutadella, advirtió que “un no al pacto fiscal dejará abierta la puerta a la libertad de Cataluña”. O, en otras palabras, el Gobierno central accede a sus pretensiones o la Generalitat tirará de la cuerda hacia el secesionismo.

El acto oficial también adoleció de las mismas consignas que todos los actos de la jornada. La presentadora del mismo, la directora de TV3 Mònica Terribas, lo dejó claro: ”Los catalanes hace 300 años que somos imbéciles. ¿Hemos de dejar de ser catalanes? No. Hemos de dejar de ser imbéciles”. Y se solidarizó con los ciudadanos de Valencia y de Baleares porque allí “la lengua común recibe sistemáticamente ataques de instancias políticas y judiciales”. Hubo aplausos y gritos de Independencia, aunque poca bronca. Sólo un reducidísimo grupo de descerebrados pasaron a los ataques personales a Sánchez-Camacho y al líder socialista, Pere Navarro, a su llegada a los actos.

El negocio de la secesión

Porque, en Cataluña, la independencia es una opción política como otra cualquiera. Para algunos, la única. Pero también es un gran negocio. Han pasado algunos años desde que un avispado empresario abriese un portal bajo el sugerente nombre de Independencia que no era más que una tienda virtual. Para más inri, alojó la web en el servidor de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), no en vano era militante de este partido.

Pero a aquella primitiva iniciativa se han ido sumando un sinfín de negocios que sacan partido de la identidad catalana. Por eso no es de extrañar que el centro de Barcelona sea hoy un gran mercado independentista: casi dos centenares de estands conforman este zoco que se aloja en pleno paseo Lluís Companys, al lado de la Ciutadella, y que gira en torno a un gran estand de òmnium Cultural, la entidad soberanista con más peso de Cataluña.

òmnium es la organizadora de este acto, bajo el lema Festa de la Llibertat 2012 y que culminará a las 19.30 horas, tras la manifestación, con un concierto a cargo de Pastora, Txarango y Brams. Muriel Casals, la presidenta de òmnium, declaró a primera hora a los medios que confía en que la jornada de hoy sea un “paso importante” para que los catalanes decidan su futuro. Y lanzó un aviso al resto de España: “Es mejor ser un buen vecino que un mal convecino”.

Mientras, su zoco en Lluís Companys se revela cada año más nutrido, más compacto y más visitado. El espacio cuenta con escenarios y con juegos para pequeños,además de espectáculos de entretenimiento. Pero eso es lo menudo. El gran mercado independentista tiene mucho textil: camisetas, banderas, toallas, gorras, banderas, pañuelos, bordados, paños de cocina... incluso pulseras, chapas, pegatinas, pins, relojes, y libros, muchos libros. O arte, complementos o menaje del hogar y de la cocina.

Licores patrióticos

Pero ha ido ampliando el abanico de productos hasta límites inimaginables. La Xarxa d’Establiments amb Consciència Nacional (Xecna) puso ayer al alcance de los ciudadanos desde el whisky Jaume I hasta el ron Cristòfor Colom pasando por el cava Sant Jordi o el 2014, el vino Tot Pagat, el Novell o el Tèrbol Català (Turbio Catalán), el vermut Murcarols, el moscatel General Moragues, el licor Càtar,  la leche La Mamella Catalana, la Tònica Catalana, la cerveza Almogàver o la Cap d’Ona, la ratafía Pau Claris o la Alter Cola. Y eso sin olvidar su producto estrella, la bebida de la “joventut catalana”, llamada Desperta Ferro. Todo muy patriótico.

Mucha identidad vende también Rauxa Catalana, la llamada tienda del nacionalismo radical catalán. Su producto más característico es el dominó de l’estelada [bandera independentista], a un precio que tira de espaldas: 30 euros. Pero también tiene Cartas Catalanas o juegos de la Oca Catalana o el Parchís Negro.

Entre los estands no faltaban los de las principales asociaciones independentistas, como la Plataforma per la Llengua o el Ciemen. Ni tampoco los que recogen firmas a favor de iniciativas legislativas populares (ILP) a favor de la dación en pago y para convocar un referéndum independentista inmediatamente. Incluso cualquier ciudadano puede hacerse el simbólico DNI catalán (8 euros) o el pasaporte de esta comunidad autónoma (10 euros). Su finalidad es intentar “dotar a los ciudadanos de los Països Catalans de las herramientas que nos permitan vivir con normalidad nacional, aunque de momento sea de manera simbólica”. El 20% de su recaudación es destinado a la entidad Asociación Cultural del País Valenciano, que controla el controvertido empresario valenciano Eliseu Climent.

También están presentes en este mercado identitario los Motards Independentistas, que a las 9 de la mañana iniciaron una marcha desde Manresa hasta Barcelona, con la intención de sumarse a la gran manifestación de la tarde. O los Deportistas por la Independencia, una sectorial de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), la entidad organizadora de la mani. O la Plataforma Pro Seleccions Catalanes. Una de las piezas textiles más celebradas es una camiseta con un lema inequívoco: Tengo dos selecciones: Cataluña y Cualquiera que juegue contra España.

República Catalana, otro sugerente negocio, diferencia sus productos textiles: los polos con el sencillo lema de República catalana a modo de logo en el pectoral izquierdo a 15 euros (tres por 30 euros) y los polos “made in China” a 5 euros (tres por 10 euros, una ganga). Y en medio de todos, la Agencia del Censo Nacional del Pueblo Catalán, que pretende realizar un censo de ciudadanos al margen de las instituciones oficiales.

La Diada Nacional de Cataluña de este año es más reivindicativa que la de otros años, pero a la vez más festiva. La gran carga ideológica radical de que se han impregnado los actos de este año se traslada a todos los niveles. Por la mañana, se realizaron las tradicionales ofertas florales al monumento de Rafael Casanova, sin incidentes destacables.