Cataluña aprovecha la crisis para pedir su Hacienda independiente en el Pacto Fiscal

El Parlamento de Cataluña aprobará hoy un nuevo sistema de financiación para que la Agencia Tributaria de Cataluña, bajo la tutela de la Generalitat, tenga el control absoluto en la gestión de los impuestos que pagan los catalanes. "La gestión tributaria (exacción, gestión, recaudación, liquidación, revisión, sanción e inspección) de todos los tributos soportados en Cataluña tiene que corresponder a la Agencia Tributaria de Cataluña, que será la única administración responsable", reza el documento.

El documento final contempla que la agencia tributaria "tendría que colaborar administrativamente con otras administraciones" --como el Estado--, un redactado que sustituye al "podrá colaborar" que contenía el documento original del Gobierno de Cataluña. Falta por saber la postura que adoptará el PSC en la votación. Aunque a última hora los dirigentes socialistas catalanes dejaban entrever la posibilidad de apoyar el texto final, al menos en varios de los 7 puntos del texto, la dirección del PSOE ha sido muy crítica. Por boca de Elena Valenciano han asegurado que "Cataluña exprime la crisis para tener su propia Hacienda"

Ni crisis ni intervención. El principal problema de Cataluña es la financiación. Así lo ve Convergència i Unió (CiU), que lo tiene claro: la comunidad se ve abocada a escoger entre pacto fiscal o independencia. “Ése es nuestro dilema. El pacto fiscal es la última tentativa, el último tren que le queda a España para salir de la crisis. El ministro Cristóbal Montoro parece que quiere echar gasolina al fuego. Pero se equivocan los que quieren ahogar y humillar a Cataluña. Si tenemos una mejor financiación, seremos una de las locomotoras que saque a España del agujero. Han de hacer un ejercicio de pragmatismo y reconocer que el pacto fiscal solidario que planteamos tirará del resto del Estado”, dice a El Confidencial Josep Rull, secretario de Organización de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC).

La situación actual fue examinada con lupa por la cúpula convergente este lunes. Hoy mismo se celebra el pleno del Parlamento autonómico que trata de unificar posturas entre los partidos catalanes para consensuar un pacto fiscal que presentar en Madrid. Nadie apuesta un euro por el éxito de ese consenso. Incluso el portavoz del Gobierno, Francesc Homs, dejó caer ayer, tras la reunión del Ejecutivo de Artur Mas, que el acuerdo “es difícil”.

Los socialistas no han cerrado la puerta a un pacto a pesar del pesimismo del Gobierno. Pero las posturas están alejadas, ya que Mas quiere “la llave de la caja” y no una “llave compartida” como propone el PSC. La propuesta de éste es que, tal y como prevé el Estatuto, los impuestos catalanes se recauden y gestionen por un consorcio formado por el Estado y la Generalitat, mientras que los nacionalistas reclaman que sea sólo el Gobierno autonómico quien controle los dineros. El PP, por su parte, se alinea más con las tesis del PSC y presentará su propia propuesta de pacto fiscal en el pleno de hoy, según adelantó ayer Alicia Sánchez-Camacho, presidenta del PP de Cataluña. Las negociaciones a múltiples bandas entre los partidos se han acelerado estos días y continuarán esta mañana para intentar cerrar un acuerdo amplio. Pero desde las filas de CiU argumentan que “si no tenemos el control de la economía, seguiremos igual”.

“Nosotros habremos hecho alguna cosa mal, en eso hacemos autocrítica. Pero el déficit estructural es tan evidente que lo importante no es si tenemos liquidez ahora. Lo verdaderamente importante es cambiar la financiación”, subraya Rull.

CDC ha formado durante dos meses a 4.500 militantes para que expliquen por todo el territorio en qué consiste su pacto fiscal. “Muchos de ellos, cuando les explicábamos que existe un capítulo de solidaridad con el resto de las autonomías, preguntaban por qué. Pero les hemos dicho que la solidaridad es necesaria. Aún así, también es necesario acotar esta solidaridad al 4%. En la actualidad, Cataluña da el 8% de su PIB a las demás autonomías. Y ni siquiera en Alemania los länder dan al Estado federal ese porcentaje, sino que se quedan en la mitad. Además, queremos introducir un elemento cualitativo en esa cuota: que sea destinada a elementos básicos del estado del bienestar”.

La senda de las encuestas

CiU sigue con lupa la evolución de las encuestas y ha detectado que “incluso la generación de los inmigrantes de los años 60 y 70 han cogido la bandera de la independencia para poder mantener el estado del bienestar. Y es que ven la injusticia que se comete con Cataluña,por lo que la ven como el único camino posible”. La estrategia de los nacionalistas, por tanto, seguirá esa estela y contemplará cada vez con mayor contundencia la posibilidad de mirar hacia un Estado independiente del resto de España. “Si ahora no sale el pacto fiscal, ya no habrá nada que hacer”, advierte Rull. Lo que quiere decir que Convergència se sentirá con las manos libres para tensar más la cuerda.

Los nacionalistas catalanes son conscientes de que la actual configuración del Estado es “insostenible”. Y la culpa, dicen, es del “café para todos”, que convirtió a España en una maraña de administraciones absurdas. Por ello, no verían mal una racionalización de las estructuras del Estado.

En este sentido, el líder de Unió Democràtica (UDC), Josep Antoni Duran i Lleida ya lo dejó caer en alguna ocasión: quizás ahora sería el momento de abordar cómo ha de ser el Estado. Y los nacionalistas catalanes apoyarían una reestructuración donde se articulasen tres autonomías y el resto de los territorios funcionasen de manera descentralizada.

Esos tres territorios serían las autonomías históricas: Cataluña, País Vasco y Galicia. “Reconocemos que ésa es una opción, pero no nos toca a nosotros liderarla desde Cataluña”, señala Josep Rull. Lo que tiene claro el dirigente nacionalista es que “el ‘café para todos’ es lo que desestabilizó el modelo español”.