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El PP avisa a CiU: investigará a los ‘amigos’ que reciben subvenciones ideológicas
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CATALUÑA DESTINA 453 MILLONES A SUBVENCIONES Y ESTUDIOS

El PP avisa a CiU: investigará a los ‘amigos’ que reciben subvenciones ideológicas

El Partido Popular (PP) está dispuesto a tumbar los presupuestos de la Generalitat de Cataluña en el último trámite si el Gobierno de Artur Mas sigue

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El PP avisa a CiU: investigará a los ‘amigos’ que reciben subvenciones ideológicas

El Partido Popular (PP) está dispuesto a tumbar los presupuestos de la Generalitat de Cataluña en el último trámite si el Gobierno de Artur Mas sigue concediendo subvenciones “ideológicas” mientras recorta en servicios esenciales como la sanidad o la educación. La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, se lo dejó meridianamente claro ayer al jefe del Ejecutivo: “No pida sacrificios a los catalanes cuando todavía puede ajustar el presupuesto. No nos encontrará cuando usted no da transparencia a las subvenciones y ayudas, como las realizadas a empresas privadas por más de 453 millones de euros en subvenciones, estudios o procesos electorales”.

Un alto cargo del PP explica a El Confidencial que “lo que Alicia hizo es una advertencia, un aviso a navegantes, no una amenaza. Lo que pedimos es transparencia no sólo a la Administración, sino respecto al dinero público que se va a entidades privadas o a empresas. Sólo queremos que se conozca a dónde va el dinero y qué se hace con él. Es lo normal en un país democrático. Y si hace falta una auditoría, pues que se haga”.

Pero eso no será todo: el PP está dispuesto a realizar una criba de todas las organizaciones que han recibido “subvenciones ideológicas” durante el último año. “Sabemos los nombres de algunas, pero esperamos a que el propio Gobierno publique la lista de subvenciones para empezar a estudiar caso por caso todo el dinero entregado”, añaden las mismas fuentes.

Los populares iniciaron el pasado lunes un agrio debate con òmnium Cultural, la principal institución cívica de Cataluña. Y el Gobierno respondió al día siguiente anunciando una subvención de 1,4 millones de euros a esa entidad. Fue una forma de decir que Artur Mas no sigue dictados del PP. Se da la circunstancia, también, de que el jefe de la Oficina del presidente catalán, Joan Vidal, fue general manager de òmnium de marzo del 2003 a abril del 2007. Una simple coincidencia, pero que, a la vista de la reacción del Gobierno, levanta suspicacias.

El reto público, sin embargo, no ha caído en saco roto. “En marzo conoceremos adónde han ido los fondos públicos del año pasado. Y a mediados de mes, irá al Parlamento la ley de acompañamiento. Entonces, hablaremos”, advierten desde las filas populares.

El encontronazo y la alineación activa del Gobierno catalán al lado de òmnium Cultural han sentado mal en el PP. Pero como la venganza es un plato que se sirve frío no se quiere escenificar ahora mismo el desencuentro de populares y nacionalistas. De momento, òmnium Cultural está en el centro de la diana y ha comenzado a reunir documentación sobre las subvenciones que ha recibido y, lo que es más importante, la justificación de los gastos, es decir, en qué se ha invertido el dinero salido de las arcas públicas, puesto que estos fondos no pueden destinarse a otra finalidad que no sea la alegada en el pliego de adjudicación.

Recelos contra Sánchez-Camacho

Detrás de la advertencia de Sánchez-Camacho, sin embargo, se esconde otra alerta no menos importante: la posibilidad de que el PP vote en contra de la ley de acompañamiento de los presupuestos. Esta ley no pudo votarse junto a los presupuestos porque ICV, Ciutadans y Solidaritat Catalana per la Independència (SI) la llevaron al Consejo de Garantías Estatutarias al entender que podía tener aspectos inconstitucionales, por lo que retrasaron su votación un mes. De lo contrario, ya hubiera pasado la prueba de fuego, puesto que los populares y Convergència i Unió (CiU) firmaron un acuerdo la pasada semana con una ristra de compromisos para que los números de Mas pasasen el filtro parlamentario y que el presidente de la Generalitat no se vea obligado a convocar elecciones anticipadas.

Pero a los pocos días, ese acuerdo puede ser papel mojado e incluso peligra el apoyo del PP a la ley de acompañamiento. En las filas de CiU existe un malestar profundo por el protagonismo que ha tenido Alicia Sánchez-Camacho en todo el proceso y desde algunos sectores se presiona incluso para romper con el PP y buscar otro socio, que podría ser ERC o incluso el PSC. Sin embargo, el pragmatismo manda en las filas nacionalistas: con quien más coinciden, especialmente en los aspectos económicos, es con el PP. Y en época de crisis, prima la estrategia de los números. Por tanto, no es una alianza contra natura.

Esta hoja de ruta puede irse al traste si las relaciones siguen agriándose. Además del recelo por el protagonismo de Sánchez-Camacho, los nacionalistas quieren parar los pies a los populares en el terreno de la acción de Gobierno. Es decir, no quieren ni siquiera dar la impresión de que Artur Mas es rehén de la estrategia del PP. “Ya vivió esa situación en el último Gobierno de Jordi Pujol y no está dispuesto a pasar por lo mismo y a sentirse prisionero”, dice un destacado dirigente de CiU a este diario.

En esta tesitura, la Generalitat quiere tener las manos libres para hacer y deshacer, es decir, para gobernar. Bien es cierto que el PP puso como condición rebajar el tono soberanista de la acción de Gobierno y ahondar más en aspectos sociales. Pero eso no significa que CiU no vaya a mimar a los suyos. De ahí que el Gobierno quiera hacer oídos sordos al recorte de las ”subvenciones ideológicas” que denuncia el PP.

El Partido Popular (PP) está dispuesto a tumbar los presupuestos de la Generalitat de Cataluña en el último trámite si el Gobierno de Artur Mas sigue concediendo subvenciones “ideológicas” mientras recorta en servicios esenciales como la sanidad o la educación. La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, se lo dejó meridianamente claro ayer al jefe del Ejecutivo: “No pida sacrificios a los catalanes cuando todavía puede ajustar el presupuesto. No nos encontrará cuando usted no da transparencia a las subvenciones y ayudas, como las realizadas a empresas privadas por más de 453 millones de euros en subvenciones, estudios o procesos electorales”.