"Siempre tuve el visto bueno de la dirección del PSOE para apoyar la moción de censura contra Julián Muñoz"

El magistrado José Godino, que juzga el caso Malaya, puso este miércoles frente a frente a dos de los pesos pesados del proceso: a la dama de hierro del Ayuntamiento marbellí, Isabel García Marcos, y a Juan Antonio Roca. Durante un par de minutos, ambos compartieron el banquillo de los acusados. Fue muy breve, pero ilustrativo. Ni se rozaron las miradas.

Mientras el cerebro de la trama insistía en que entregaba cantidades de dinero a los portavoces de los grupos, la exedil lo negaba. Roca aseguraba que estaba "totalmente seguro" de que ese pago fue así y ella, ignorándole, precisaba al juez que “nunca he cobrado sobornos y nunca supe que Roca solicitara dinero a los empresarios para su lucro personal”.

Tampoco se calló sobre su antiguo partido. De hecho, afirmó haber tenido la aprobación de la dirección del PSOE para apoyar la moción de censura contra Julián Muñoz en 2003. Con todo detalle, relató que un día antes de que se firmara la moción, se puso en contacto con Salvador Pendón para decirle que debería desplazarse a Marbella, que era un acto "de mucha importancia" y que "todos los dirigentes del PA estaban allí", por lo que "sería muy interesante que él o doña Mar Moreno se presentaran".

"Él me dijo, y están de testigos las personas que formaban el grupo municipal, que siguiera adelante, que no se podía desplazar porque en ese momento tenía un alto cargo en la Diputación y que Mar Moreno ese día se iba de vacaciones, porque era el 1 de agosto, y que no podía desplazarse tampoco". "No se puede entender cómo hasta el 1 de agosto estaban de acuerdo con la moción de censura y, una vez presentada, ya no estaban de acuerdo", se defendía Isabel García Marcos.

También señala al PP

Una de las bazas que siempre ha esgrimido el PP en Marbella es que fue el único partido que no pactó la “famosa moción de censura”. Pues bien, García Marcos ha abierto la caja de los truenos indicando que el PP "también formó parte de las negociaciones" y ha precisado que el entonces presidente provincial, Joaquín Ramírez, "tuvo conocimiento en todo momento y manifestó el apoyo del PP".

"Lo que ocurrió es que Ángeles Muñoz, la que hoy es la alcaldesa de Marbella, se encontraba en Suecia. Si no, seguramente hubieran formado parte de ese gobierno". En este sentido, Marcos defendió su postura explicando que "si la moción la hubiera promovido Gil, no lo hubiera hecho conmigo, eso lo sabe España entera. El deseo de cambiar los últimos acontecimientos en Marbella es lo que hizo al grupo municipal socialista sumarse a la moción”.

Pinchazos telefónicos

Tras despacharse bien con las diferentes formaciones políticas, la dama de hierro reiteró su inocencia. Dice que no cobró ni un “duro” por apoyar la moción que desbancaba al gobierno municipal de Julián Muñoz. Sin embargo, la fiscalía atribuye a García Marcos haber recibido 312.100 euros, según la contabilidad de Roca, entre 2004 y 2006. Mientras la acusación relataba el reparto de sobres que el propio Roca admitió, ella no paraba de interrumpirle: “Perdón, yo no he recibido ni esa ni ninguna cantidad”. 

De esta manera se pasó al capítulo de las grabaciones policiales. Sin hacer ninguna concesión, ella insistía: “No voy a responder a ninguna pregunta sobre pinchazos telefónicos o sobre los registros a mi domicilio”. Y eso hizo. Las conversaciones que se escucharon la comprometían enormemente. En una de ellas se oía a la exedil negociar claramente con el empresario que lleva la grúa municipal el pliego de condiciones que tiene que aprobar el Ayuntamiento.

En todo momento, García Marcos ha negado que pactara con el empresario Ismael Pérez Peña los precios del servicio de grúas. Pese a todo, defendió la legalidad y la manera de actuar en la concesión del servicio municipal de grúas. "Las tarifas no las puedo poner yo. Eso no se puede hacer, está altamente regulado. Nunca he participado en sacar bases de concurso, ni he dado decretos. Lo único que he hecho es escuchar al empresario. Jamás se ha hecho nada contrario a la legalidad. Se dio la adjudicación de manera legal". Justificó estar ahí por "escuchar a un empresario que tenía un cabreo monumental".