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El Grupo Vértice ejecutó un ERE encubierto de 300 personas en sólo seis meses
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RECOLOCABA A EMPLEADOS FIJOS YA DESPEDIDOS

El Grupo Vértice ejecutó un ERE encubierto de 300 personas en sólo seis meses

El presidente del grupo, Juan Cruzado, despidió al grueso de la plantilla fija de la compañía para volver a contratarlos como temporales con menos sueldo

Foto: Página web de la empresa.
Página web de la empresa.

La crisis ya era galopante y empezó a caer en picado el negocio de los cursos de formación. El Grupo Vértice, que fue líder nacional de su sector, decidió despedir en masa a su plantilla en 2011. En apenas seis meses realizó un ERE encubierto que afectó al menos a 300 personas. “Aunque en algunos casos oficialmente les correspondían 20 días por año la empresa les pagó una pasta, 45 días por año a todos, para callar a la gente y que no se generara un conflicto laboral que se hiciera público”, apunta a El Confidencial un exdirectivo del grupo, con base en Málaga y que en Madrid compartía oficinas con Comisiones Obreras en la zona de Conde Duque.

“Vértice siempre indemnizaba con 45 días por año, incluso cuando cambió la legislación laboral. Lo apañaban mediante una denuncia por presunto despido improcedente, que en realidad era un paripé, y finalmente llegaban a un acuerdo en el acto de conciliación”, cuenta un trabajador que hace varios años dejó la empresa. Y añade: “Querían evitar a toda costa la mala prensa; les daba pánico que se hablara mal de ellos”. Llegó a tener 15.000 empresas como clientes en toda España y un millón de alumnos en los cinco continentes.

placeholder Juan Cruzado (derecha).

El presidente del grupo, Juan Cruzado, que mantiene un largo litigio judicial con su exsocio y examigo Jesús Gallardo, despidió al grueso de la plantilla fija de la compañía para volver a contratarlos como temporales con menos sueldo tras la publicación de las ofertas de empleo en portales como Infojobs y en su agencia de colocación online llamada Empleo y Empresa, “autorizada el 28 de noviembre de 2011 por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social a través del Servicio Público de Empleo Estatal” para tramitar ofertas y demandas de empleo por Internet, según consta en su web.

“Cuando la vida te ha sonreído…”

Esta agencia la controla la Fundación Vértice Emprende dirigida por Carlos Mejía, gerente de Fundación Objetivo 1 y cuñado de Alfonso Ochoa Oliva, sobrino de Francisco Oliva, consejero de Trabajo de la Junta de Andalucía con Manuel Chaves entre 1990 y 1993. Ochoa Oliva fue promocionado por Cruzado como alto directivo de Vértice, el grupo que consiguió 150 millones de euros en contratos-programa concedidos por Comisiones Obreras durante 16 años, como adelantó El Confidencial el pasado miércoles.

En una entrevista concedida al diario Málaga Hoy en enero de 2012, Cruzado declaró: “Quienes tenemos la suerte de que la crisis nos afecta menos, tenemos la obligación de arrimar el hombro. Si cuando a una empresa le va bien no reparte beneficios, cuando le va mal hay que procurar que no solo los trabajadores se lleven la culpa”. Siempre ocultaba en sus intervenciones públicas que despedía de modo masivo y se promocionaba sin tapujos como un ciudadano ejemplar a través de la Fundación Vértice. “Cuando la vida te ha sonreído, lo importante no es que te sonría más, sino hacer algo por los demás”.

placeholder Cruzado entrega el importe recaudado en un torneo a Biberódromo.
Cruzado entrega el importe recaudado en un torneo a Biberódromo.

Conexión con el PSOE y los torneos de golf

Juan Cruzado cuenta con dos mujeres de extrema confianza en su equipo directivo. Se llaman Marina Zambrana, encargada de captar clientes, sobre todo sindicatos y asociaciones, y su hija Cristina, número 2 del grupo. Cristina Cruzado está casada con Juan Fernández, exsecretario general de Juventudes Socialistas de Torremolinos. Fernández también trabajó en Vértice en Uniempresa, la asesoría legal y contable del grupo.

El presidente de la compañía, confeso amante del golf (fundador de la Ryder Málaga, un lobby de este deporte en la Costa del Sol), organizaba los Vértice Business Cup en el que participaban Tomás Valencia, exsecretario de Formación de la Federación de Hostelería y Comercio de Comisiones Obreras, y Ochoa Oliva. El campeonato era gratuito para los participantes. Vértice les pagaba el Green fee y el almuerzo y había dos equipos: el de clientes del grupo y el del proveedores. Valencia siempre participaba como cliente. Raúl Valencia, el hijo de Tomás Valencia, que trabajó en la sede en Madrid del grupo, también participaba como invitado en torneos como este de junio de 2012 organizado en el Parador de Golf de Málaga.

La crisis ya era galopante y empezó a caer en picado el negocio de los cursos de formación. El Grupo Vértice, que fue líder nacional de su sector, decidió despedir en masa a su plantilla en 2011. En apenas seis meses realizó un ERE encubierto que afectó al menos a 300 personas. “Aunque en algunos casos oficialmente les correspondían 20 días por año la empresa les pagó una pasta, 45 días por año a todos, para callar a la gente y que no se generara un conflicto laboral que se hiciera público”, apunta a El Confidencial un exdirectivo del grupo, con base en Málaga y que en Madrid compartía oficinas con Comisiones Obreras en la zona de Conde Duque.

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