El PP no subirá a 21 años la edad para beber alcohol, pero aboga por una ley restrictiva

El Partido Popular no propondrá que se eleve la edad mínima para el consumo de alcohol de los 18 a los 21 años, tal y como ayer se difundió en algunos medios de comunicación y se hicieron eco, rápidamente, las redes sociales. El desmentido del partido y del Gobierno es categórico: “Ni se plantea”, explicaron ayer fuentes oficiales del Ministerio de Sanidad. El PP, al igual que el resto de las formaciones políticas, sí aboga, sin embargo, por una regulación mucho más estricta que podría ir en la línea de lo que supuso la ley del tabaco del anterior Gobierno socialista.

Esta idea forma parte de las 27 conclusiones que integran el informe aprobado por la Comisión mixta Congreso-Senado sobre el Problema de las Drogas, que alerta de la escasa alarma social que existe ante los abusos y adicciones ligadas al ocio, sobre todo entre los adolescentes. El portavoz adjunto del PP en esa comisión, Joaquín Villanova, aclaró ayer que su partido no ha propuesto, en ninguno de los trabajos de la comisión ni en sus conclusiones, una medida como la de subir la edad mínima. Entre otras cosas, según explicó, porque excede a las propias competencias de las Cámaras. “No se está estudiando porque es un tema que afecta a la Constitución, es un tema de palabras mayores”.

El diputado popular admitió, eso sí, que “algunas medidas se tendrán que adoptar” por parte del Ejecutivo, aunque estas sean “impopulares” para paliar el elevado consumo de alcohol de los jóvenes. Entre otras ideas, sugirió que, al igual que se ha hecho con el tabaco, se regule la publicidad del resto de “actividades que generen comportamientos adictivos” porque la “percepción que tienen los jóvenes del alcohol es que no les produce tanto daño como otro tipo de drogas”.

Es en ese ámbito de medidas donde no se descarta una ley específica sobre la materia. Así al menos lo propone el citado informe, que plantea la posibilidad de impulsar un amplio debate social sobre los riesgos que entraña el consumo de alcohol entre los menores, “siguiendo el modelo de sensibilización que ha permitido la aceptación social de las leyes de prevención del tabaquismo, con la participación de las entidades sociales y las sociedades científicas”.

De hecho, esta idea fue expuesta por varios de los expertos que han comparecido a lo largo de los últimos meses en el parlamento, que abogaron por fomentar un consumo racional del alcohol “teniendo en cuenta modelos como la Ley 25/2005 sobre tabaco, pues el debate social en torno a esta norma y, finalmente, la aprobación y aplicación de la misma han generado un aumento de la percepción del riesgo, así como una disminución de su consumo”.

El informe cita, en este sentido, que partiendo de la baja percepción social del riesgo que se corre con el consumo de alcohol y de la falta de sensibilización de dicho problema asociado a otras drogas, “medidas como el aumento del precio de las bebidas alcohólicas, la reducción de los lugares y horarios de venta de alcohol, o la tasa de alcoholemia cero (sujeta a estudios técnicos de viabilidad), han sido sugeridas ante la Ponencia”.

En España, según el último Informe del Observatorio Español sobre las Drogas y las Toxicomanías (OED), el alcohol y el cannabis son las sustancias psicoactivas más consumidas. El alcohol es también la sustancia que se percibe como menos peligrosa: menos de la mitad de los encuestados (según los datos de la encuesta EDADES 2011/2012) considera que tomar 5 o 6 copas en un fin de semana puede producir problemas.