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El Rey potencia al Príncipe en el mensaje ante el desafío independentista
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AMPLÍA INVOLUNTARIAMENTE LA POLÉMICA POR LAS DECLARACIONES DEl MINISTRO WERT

El Rey potencia al Príncipe en el mensaje ante el desafío independentista

Su Majestad el Rey ha aprovechado las celebraciones de la Fiesta Nacional para potenciar la figura del Príncipe de Asturias y para cambiar el protocolo de

Foto: El Rey potencia al Príncipe en el mensaje ante el desafío independentista
El Rey potencia al Príncipe en el mensaje ante el desafío independentista

Su Majestad el Rey ha aprovechado las celebraciones de la Fiesta Nacional para potenciar la figura del Príncipe de Asturias y para cambiar el protocolo de la representación de la Familia Real en los actos institucionales. Don Juan Carlos se limitó ayer a las labores 'internas' al ampliar involuntariamente el lío organizado por el ministro de Educación con su idea de 'españolizar' a los escolares catalanes, mientras Don Felipe se encargaba de lanzar en público el tradicional mensaje positivo de llamamiento a la unidad, en este caso a reconducir el desafío independentista en Cataluña.

En el desfile militar quedó claro que el Monarca aplicaba a la Familia Real un nuevo orden de representación. La Infanta doña Elena no estuvo en la tribuna presidencial del acto por primera vez y pasó a las gradas de las autoridades. Nace lo que en fuentes de La Zarzuela llaman el 'núcleo' de la misma, compuesto, como es obvio, por los Reyes y sin más acompañamiento que los Príncipes de Asturias. Don Felipe es el heredero y sus hijas le siguen en la línea de sucesión.

La decisión era lógica y esperada desde que nació la Infanta Leonor, pero en la Casa del Rey han esperado a este año, con la Infanta doña Cristina apartada de los actos oficiales por el llamado 'caso Nóos', para llevarla a la práctica. Se aplicará en el resto de los actos solemnes como la apertura de las Cortes o la Pascua Militar, a los que las hijas de Don Juan Carlos no acudían siempre ni estaba claro que tuvieran que asistir.

Doña Elena asumió su nuevo papel con toda naturalidad. En el Palacio Real reconoció que "este día tenía que llegar". En el desfile se sentó en primera línea de autoridades, departió con su vecino en la grada, Alfredo Pérez Rubalcaba, y cuando terminó la parada militar bajó de la tribuna de autoridades para saludar, con inclinación de rodilla incluida, a Don Juan Carlos y conversar con el resto de la Familia Real.

La casa de Su Majestad el Rey cambió el protocolo con suma discreción. En el Ministerio de Defensa no sabían nada y señalaron a Presidencia del Gobierno, responsable de repartir a las autoridades en las tribunas, para dar explicaciones. Hasta que la propia Zarzuela informó que el cambio era decisión suya.

Cesión de papeles

El reparto de papeles, aquí cesión, entre Don Juan Carlos y Don Felipe llegó después del desfile, en el Palacio Real. Mientras el Rey eludía referirse a sus conversaciones informales, antes y después del acto, con el presidente del Gobierno y con el ministro de Educación, José Ignacio Wert, y menos aún sobre la amenaza separatista de los nacionalistas catalanes, el Príncipe de Asturias despachaba sobre el asunto con soltura y palabras medidas.

Don Felipe negó que Cataluña sea un problema, insistió en los responsables políticos están obligados a rebajar la tensión, destacó que él confía más en la "Cataluña real" que en lo que reflejan estos días "la espuma" de imágenes y declaraciones que dan la idea de un territorio distanciado del resto de España. En resumen, que en Cataluña hay una sociedad muy plural que no puede quedar representada sólo por esas imágenes y que es obligación de los políticos reconducir la situación.

Era el mensaje conciliador y de llamada a la unidad que el Rey suele prodigar en los actos institucionales. En esa ocasión le tocó hacerlo a Don Felipe mientras Don Juan Carlos advertía a la prensa: "No me vais a sacar nada".

Lo que distorsionó el 'programa' de cambios organizado desde la Zarzuela fueron las imágenes y posteriores interpretaciones (no hay sonido real) captadas por una cadena de televisión. En directo, lo que se vio es que Don Juan Carlos se paraba ante José Ignacio Wert cuando saludaba a todos los miembros del Gobierno. El ministro de Educación asintió y sonrió ante lo que le decía el Rey. Después, terminado el desfile, el Monarca departió unos tres minutos con el presidente del Gobierno. Es en ese momento cuando, por las imágenes de televisión, parecen hablar sobre lo de españolizar a los alumnos catalanes".

No hubo más testigos directos, y por breve tiempo, que la Reina y el ministro de Defensa, Pedro Morenés, que se apartaron inmediatamente. Al fondo, seguían firmes los jefes de las hermandades de veteranos que habían desfilado previamente. El Rey se extiende en la conversación y Rajoy replica con gestos del tipo "qué le vamos a hacer". Lo demás son interpretaciones.

Su Majestad el Rey ha aprovechado las celebraciones de la Fiesta Nacional para potenciar la figura del Príncipe de Asturias y para cambiar el protocolo de la representación de la Familia Real en los actos institucionales. Don Juan Carlos se limitó ayer a las labores 'internas' al ampliar involuntariamente el lío organizado por el ministro de Educación con su idea de 'españolizar' a los escolares catalanes, mientras Don Felipe se encargaba de lanzar en público el tradicional mensaje positivo de llamamiento a la unidad, en este caso a reconducir el desafío independentista en Cataluña.