Nuevo varapalo a Interior: el juez no halla indicios para enviar a prisión a los dos rusos

Nuevo varapalo de la Audiencia Nacional al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. Después de anunciar a bombo y platillo la detención de tres peligrosos miembros de Al Qaeda que planeaban atentar en España o fuera del territorio nacional, el juez Pablo Ruz no ha podido enviar a prisión a dos de ellos por falta de pruebas.

Tal y como solicitaron los fiscales del caso, y después de los interrogatorios de los tres detenidos, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 decretó la prórroga de la detención hasta el domingo. Ni siquiera al detenido de origen turco, Cengiz Yalzin, le ha podido imputar el delito de pertenencia a organización terrorista tal y como solicitaba la Fiscalía. Ordenó su ingreso en prisión únicamente por tenencia de sustancias y aparatos explosivos con finalidad terrorista, según fuentes jurídicas.

Precisamente, éste era el menos peligroso, según el ministro, de los tres. Era el mero ‘facilitador’ para los otros dos miembros de Al Qaeda. Fue en el domicilio de su mujer, en la localidad gaditana de La Línea de la Concepción, donde apareció un frasco con unos cien gramos de pólvora. Fuentes presentes en el interrogatorio explicaron que negó en todo momento la tenencia de explosivos y explicó que ésa era el domicilio donde vive su mujer. Él es residente legal de Gran Bretaña y trabaja desde hace siete años en Gibraltar como ingeniero de una empresa multinacional.

Según su versión de los hechos, con los otros dos detenidos mantiene una relación de amistad desde que se conocieron en Turquía. Vinieron a España en busca de asilo político y en el momento de su detención iban de camino a Francia después de que le rechazaran la residencia. Por esa razón, en el interrogatorio estaba presente, aunque de mera oyente, la juez de enlace entre España y Francia, al sospechar que podían desplazarse al país galo para cometer un atentado.

Del zulo aparecido en el domicilio gaditano, Yalzin aseguró al juez que ya estaba cuando se compró la vivienda y desconoce lo que hay dentro. Algunos datos ofrecidos no cuadran a los investigadores, como que quiso enseñar a los dos chechenos a montar en parapente por simple afición.

Durante los días de prórroga de detención, el juez -junto a los investigadores- practicará nuevas diligencias y buscará nuevas pruebas que hagan más fuertes los indicios contra los dos ciudadanos chechenos, como el volcado de los datos de sus teléfonos móviles.

Según Fernández Díaz, uno de ellos es "un operativo muy importante dentro de la estructura internacional" de la organización terrorista. Ambos eran personas muy buscadas por los servicios de espionaje de varios países europeos. Incluso, los investigadores sospechan que uno de ellos había pasado por los campos de entrenamiento de Lashkar e Tayiba, grupo terrorista paquistaní responsable de los atentados en Bombay en 2008 en los que murieron 170 personas.

Hace tan solo unos días, otro juez de la Audiencia Nacional, Javier Gómez Bérmudez, tiró por tierra hace unos días otra investigación anunciada con luz y taquígrafo por el titular de Interior por el secuestro del empresario zaragozano Publio Cordón hace 17 años. La Guardia Civil detuvo a cuatro presuntos autores materiales del rapto y el magistrado dejó en libertad a dos de ellos precisamente por falta de pruebas.