El Rey consigue evitar su foto con Dívar viajando a Arabia Saudí por la muerte del heredero Nayef

La foto que Carlos Dívar buscaba para despedirse con mayor dignidad de la presidencia del CGPJ, su instantánea con el Rey Don Juan Carlos, finalmente nunca se tomará. El Rey acudirá a Yeda Arabia Saudí para expresar personalmente sus condolencias a la familia real saudí por el fallecimiento del príncipe heredero y ministro del Interior de Arabia Saudí durante casi cuatro décadas, Nayef bin Abdelaziz, que falleció este sábado a los 78 años a causa de una enfermedad, lo que deja abierta la línea sucesoria al trono de este país.

El pleno del Consejo se extendió por espacio de tres horas. El tiempo que fue necesario para conseguir un acuerdo por unanimidad que deja en manos de Dívar la iniciativa de dimitir en lugar de haber sido reprobado ayer mismo. Catorce de los veinte vocales hicieron uso de la palabra para trasladar al presidente el deterioro de la imagen de la institución y de la Justicia que habían provocado sus viajes a Marbella con cargo al erario público, que aún hoy no ha explicado con detalle. Dívar tuvo que escuchar como los vocales le trasladaron la pérdida de confianza en su persona.

Finalmente, el presidente tomó la palabra para trasladar a todos que compartía con ellos la situación insostenible que vive la institución. “Participo del criterio de todos los que han hablado y comparto que la situación en insostenible. Está bastante claro lo que quiero decir, y la próxima semana anunciaré una postura rotunda y contundente”.

Éste es el único párrafo entrecomillado que recoge la nota que el CGPJ hizo público al concluir el pleno. No se cita ni una sola vez la palabra dimisión, como tampoco la mencionó la portavoz del Consejo, Gabriela Bravo, en una disparatada rueda de prensa que no aportó más que confusión (vídeo de su comparecencia realizado por el CGPJ).

Varios vocales manifestaron a este diario que el pleno buscó una fórmula de consenso para salvar la cara a Dívar con una salida digna que no deteriore aún más la imagen de la institución y de la Justicia en general. Para ello, será el propio presidente quien el próximo jueves presente la dimisión por iniciativa propia.

La dimisión diferida queda también recogida en la propia nota del CGPJ, que informa de la presentación de un voto particular recurrente de los vocales Félix Azón, Inmaculada Montalbán, Margarita Robles, Carles Cruz y Margarita Uría, “quienes consideran que se debería haber materializado la dimisión del Presidente en el día de hoy por las razones contenidas en la propuesta que formaba parte como punto número uno del Orden del Día”.

Los primeros cuatro vocales, el núcleo duro de la oposición junto a José Manuel Gómez Benítez, que denunció los hechos al TS y pedía directamente la remoción sin darle siquiera oportunidad de dimitir, repartieron un texto cuando el pleno ya llevaba una hora reunido, en el que explican sus razones.

Abuso y arbitrariedad

El texto dice que “los hechos acaecidos (los viajes a Marbella) son incompatibles con los principios de transparencia y austeridad exigibles a todo responsable público”, además de o tener nada que ver “con las funciones que el señor Dívar tiene encomendadas”. Unos hechos que, en su opinión, “han acarreado la percepción pública de abuso y arbitrariedad en la utilización de recursos públicos y ha menoscabado la imagen pública de la Justicia ante la ciudadanía”.

Dívar había participado con especial interés en la preparación de los actos del Bicentenario, y no quería dimitir antes de que hubiesen concluido el próximo miércoles, un día antes del pleno en el que presentará su renuncia. Será el anfitrión del Rey y de los presidentes de las Cortes Supremas Iberoamericanas, a los que ha invitado al acto. También estarán presentes varios miembros del Gobierno y numerosos representantes de la judicatura.

Los actos concluirán el próximo miércoles en Cádiz con un homenaje a la Constitución de 1812 que creó el Tribunal Supremo del Reino de España y de las Américas. Ese mismo se reunirá en la capital gaditana la Sala de Gobierno del TS, en el que será el último oficial de su presidente.