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El Gobierno da oxígeno a Rubalcaba para aparentar unidad de cara a la UE
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DE GUINDOS CEDIÓ PARA QUE EL PSOE NO VOTARA CONTRA LA REFORMA

El Gobierno da oxígeno a Rubalcaba para aparentar unidad de cara a la UE

El Gobierno se ha conformado con la abstención del PSOE en la primera votación parlamentaria sobre el decreto de la reforma financiera para salvar el pacto

Foto: El Gobierno da oxígeno a Rubalcaba para aparentar unidad de cara a la UE
El Gobierno da oxígeno a Rubalcaba para aparentar unidad de cara a la UE

El Gobierno se ha conformado con la abstención del PSOE en la primera votación parlamentaria sobre el decreto de la reforma financiera para salvar el pacto de mínimos alcanzado entre Rajoy y Rubalcaba frente a la crisis de la deuda y la amenaza de intervención. “Se trata de dar margen al secretario general ante los problemas internos de su partido para ver si, al final, puede haber un acuerdo en la reestructuración del sistema bancario, vital para estabilizar la economía”, dicen en fuentes gubernamentales. La consigna de los populares es no quejarse en público en ese punto en beneficio de la imagen exterior de la banca española.

El Gobierno buscó el apoyo de los socialistas hasta el último momento. Antes de que Valeriano Gómez subiera a la tribuna del Congreso a las nueve de la mañana para rechazar el decreto ley con palabras gruesa, fue invitado por el ministro de Economía, Luis de Guindos, a que hiciera recapacitar a su grupo y a su jefe, Pérez Rubalcaba.

El Ejecutivo cedió en la primera exigencia del PSOE, que se tramitara como proyecto de ley para poder incluir enmiendas, y en abrir una negociación posterior sobre los asuntos técnicos, como el procedimiento para que las entidades nacionalizadas vuelvan a sector privado.

Pese a esas ofertas de última hora, los socialistas insistieron en plantear exigencias ajenas a la materia, como la convocatoria de una conferencia de presidentes autonómicos para hablar de Sanidad y Educación, para saltarse las buenas palabras que Rubalcaba dio a Rajoy el viernes anterior sobre la conveniencia de apoyar la reforma del sistema financiero. Gómez hizo público el rechazo al texto desde la tribuna pero, al mismo tiempo, la dirección del grupo socialista, por orden de Rubalcaba, dio otro bandazo medido para no votar ‘no’. Explicó ‘en positivo’ su abstención. No le interesaba dar una imagen de opositor cerrado al diálogo en momento tan delicado para la nación.

Valeriano Gómez había hecho llegar la decisión última al Gobierno, que dio por bueno que era mejor la abstención que el ‘no’, al menos de momento. Luis de Guindos dejó a los socialistas las bazas de seguir negociando en posteriores trámites parlamentarios de la ley nuevas cautelas que garanticen que al final de las nacionalizaciones de bancos y cajas y posteriores privatizaciones ‘no se pierda un euro’ de las arcas públicas. También se queda o se apunta el PSOE el protagonismo en la defensa de los ciudadanos particulares afectados por cuestiones como las participaciones preferentes, las pymes con necesidades urgentes de crédito o las personas con más dificultades para hacer frente a los créditos hipotecarios.

‘Hay que aprovechar el espacio de diálogo que el Gobierno ha abierto’, dijo ayer Rubalcaba. Los dirigentes del PP no le replicaron ni recordaron en público, como sí habían transmitido a los socialistas, que el mejor modo de salir en defensa del sistema bancario español (que miran con lupa en Bruselas y Berlín) era un apoyo sin fisuras y con todos los cambios técnicos que quisieran aportar a un texto que hubiera salido aprobado casi por unanimidad.

Los populares culpan en privado a Rubalcaba de haber sembrado unas expectativas de apoyo a la reestructuración bancaria y mesura en la crítica a la nacionalización de Bankia que luego no ha querido o no ha podido hacer realidad por presiones internas de su partido o puro tacticismo. Pero de cualquier forma, se conforman con una abstención que permita seguir el diálogo Gobierno-PSOE en las próximas semanas sobre el que ahora es el principal problema económico: la solvencia del sistema bancario.

El Gobierno se ha conformado con la abstención del PSOE en la primera votación parlamentaria sobre el decreto de la reforma financiera para salvar el pacto de mínimos alcanzado entre Rajoy y Rubalcaba frente a la crisis de la deuda y la amenaza de intervención. “Se trata de dar margen al secretario general ante los problemas internos de su partido para ver si, al final, puede haber un acuerdo en la reestructuración del sistema bancario, vital para estabilizar la economía”, dicen en fuentes gubernamentales. La consigna de los populares es no quejarse en público en ese punto en beneficio de la imagen exterior de la banca española.

Alfredo Pérez Rubalcaba