Segunda jornada de protestas en Sol tras una madrugada de desalojos

La Puerta del Sol de Madrid comienza ya a recibir a los primeros manifestantes de la segunda jornada de protestas convocadas por los simpatizantes del movimiento 15M. Los 'indignados' se empezaron a congregar a partir de las 17:00 bajo la estatua de Carlos III, después de los desalojos policiales con los que se saldaban de madrugada las concentraciones de ayer y de que la emblemática plaza madrileña amaneciera este domingo con total normalidad. 

Segunda jornada de protestas

Por el momento, los manifestantes congregados en la Puerta del Sol son muchos menos de los que ayer se fueron, muy entrada la noche, al grito de "mañana volvemos". Los indignados, que han ido llegando a la céntrica plaza por grupos y muy poco a poco, apenas llenaban los alrededores de la estatua de Carlos III pasadas las cinco de la tarde. Los primeros gritos reclamaban la libertad de los 18 compañeros que esta madrugada han sido detenidos, a los que han dedicado un minuto de silencio. Una asamblea general queda convocada para las diez de la noche, hora límite que la Delegación del Gobierno ha impuesto para que termine la manifestación.

La máxima preocupación en el segundo día de las protestas por el primer aniversario del 15M es conocer la situación de los arrestados y denunciar la brutalidad con la que la policía desalojó Sol de madrugada. A las seis de la tarde, la única muestra que queda de la feroz movilización que se vivió ayer en los alrededores del Kilómetro Cero es un manto de papel que cubre la estatua de Carlos III. Los indignados han escrito de su puño y letra sus impresiones sobre el pasado, el presente y el futuro del movimiento. En esos escasos metros hay recuerdos y recortes de periódicos que reviven aquellos días de 2011, las asambleas de los barrios, el 15-O o los desahucios parados, y dejan un hueco para el futuro. En este espacio, hay quien ya se imagina la portada de un periódico nacional el 15 de mayo de 2050: "Se instala en la Casa de Correos una placa en honor del pueblo y de los héroes del 15M".

Frente a la Real Casa de Correos permanecen siete furgonetas de la Policías para controlar la zona, en el supuesto de que el movimiento vuelva a tomar la plaza y se mantiene instalado un pasillo de vallas. La Delegación del Gobierno en Madrid ha permitido concentraciones en la Puerta del Sol durante diez horas consecutivas hoy, desde las 12.00 hasta las 22.00 horas, el mismo horario autorizado para mañana lunes y el martes 15 de mayo.

Durante la mañana de hoy, el enclave presentaba su habitual tránsito de ciudadanos y turistas mientras. Las actividades del 15M se desarrollan en distintas plazas de la capital, como en la de Santa Ana, en la que cerca de medio millar de 'indignados' ha asistido a una breve obra de teatro protagonizada por varios miembros de la asamblea del barrio de Lucero. Posteriormente, han debatido sobre la sanidad pública y entre los que se encontraba el doctor Luis Montes, quien ha asegurado que el 15M es un movimiento "necesario" que "claramente" va a cambiar la cultura política de España.

El 15M vuelve a las plazas ‘indignado’ con los recortes del Gobierno

Una situación que contrasta con la de ayer, cuando se registraba lleno total en la Puerta del Sol mientras decenas de miles de manifestantes retomaban otras plazas de las principales ciudades de España para celebrar el primer aniversario del 15M y mostrar su rechazo a los recortes puestos en marcha por el Gobierno de Mariano Rajoy. Los indignados reaparecieron con la misma fuerza que hace un año para reivindicar una alternativa real a la crisis económica, política y social que asola al país.

Más de 80 ciudades españolas y 50 países se sumaron a una convocatoria que se prolonga hasta el próximo martes, día del aniversario. Madrid (30.000 manifestantes, según la Policía, y "decenas de miles" según los organizadores) y Barcelona (40.000, según Interior) capitalizaron las protestas, que tuvieron un seguimiento internacional mucho más débil. La crisis económica alimentó las manifestaciones, en las que se exigió más democracia, más justicia social y dureza contra la corrupción política. “Menos policía, más educación”, “Tranquilos, hay dinero para Rato" o “Salgan de sus casas, igual se las quitan” fueron algunos de los mensajes en las pancartas para un Gobierno, que, insisten, "no les representa".

El 15-M demostró que sigue vivo, pero también que todavía no sabe hacia dónde se dirige. Su intención es seguir en la Puerta del Sol hasta el martes, pero los indignados intentarán volver si los expulsan antes. "Hay más motivos que nunca para salir a la calle", dice Pedro, un jubilado zamorano afincado en Madrid que "pelea por el futuro de su nieta", presente en la manifestación. Todos los manifestantes consultados por El Confidencial aseguran tener más razones que nunca para el descontento, pero nadie predice qué va a pasar el 16 de mayo, el día después de las protestas. “Venimos para canalizar toda esta energía de indignación que sentimos”, subraya Elena, trabajadora social (35 años) en paro. Los manifestantes quieren seguir alimentando el espíritu reivindicativo, pero nada de intentar que el Gobierno o algún representante político se hagan con ellas. “Esta ha sido nuestra particular manera de hacer política y no la vamos a cambiar”, justifica Pablo, un estudiante de quinto curso de Arquitectura.

Un ambiente mucho más festivo

En la Puerta del Sol, convertida ya en un símbolo del movimiento, la noche transcurrió con absoluta normalidad: la Policía miraba mientras los manifestantes charlaban. La máxima tensión se mascó a las diez de la noche, hora en la que la Delegación del Gobierno prohibía que continuaran las protestas. Con la plaza llena y las calles aledañas a rebosar, los agentes no se movieron de sus puestos y los manifestantes recibieron el toque de queda con pitidos y aplausos. A la una de la madrugada, el número de personas había descendido considerablemente, aunque la plaza seguía llena de jóvenes que debatían por grupos y bailaban al ritmo de un grupo de tambores que convirtieron a la plaza en un lugar más festivo que reivindicativo.

Emilio, un trabajador de 26 años del Canal de Isabel II, fue el primer acampado oficial en Sol. Colocó su tienda verde cerca de la esquina de la calle Arenal ya entrada la madrugada, y esperó a que sus compañeros le copiasen la idea. “A ver si esto se anima”. Los policías adviertieron de que no iban a  desalojar por estar en las plazas, pero tenían órdenes expresas desde la Delegación del Gobierno de no permitir una acampada que pueda desembocar en lo sucedido el año pasado.

El kilómetro cero recordó ayer a aquellos días de mayo de 2011: las mismas imágenes, cánticos y reivindicaciones. Pero ya ha pasado un año y el 15-M sigue sin marcar objetivos. Sus organizadores saben que la utopía no sirve para cambiar el sistema y que falta una organización real para que el movimiento no se apague, pero siguen sin consensuar alternativas justas y representativas para todos. El único punto a su favor es que mantienen más vivo que nunca el espíritu del 15-M 363 días después de su nacimiento.