El 15-M advierte: "El límite horario de la concentración es un brindis al sol"

Los indignados, en teoría, tienen permiso para manifestarse intermitentemente durante 35 horas del 12 al 15 de mayo. En la práctica, que sea una concentración ininterrumpida de 96 horas dependerá del éxito o del fracaso de la convocatoria. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha inadimitido un recurso que redactó a título personal Roberto Moncho en el que solicitaba poder reunirse en la plaza desde el sábado hasta el día 15, así que nada de instalarse con las tiendas de campaña en la Puerta del Sol como se hizo el año pasado.

La Delegación del Gobierno ha marcado el tiempo que podrán permanecer en el Paseo del Prado, la Puerta del Sol y la Plaza de Tirso de Molina: cinco horas consecutivas el sábado y diez horas, entre las 12 y las 22 horas, los días 13, 14 y 15 de mayo. La presidenta de la Comunidad y la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, han avalado la decisión de la delegada Cifuentes. Esperanza Aguirre ha asegurado que acampar en Sol es “ilegal” porque supone una “privatización del espacio público” y las 35 horas que les deja Cifuentes “ya es suficiente”. Los indignados recuerdan que ellos no tienen “ninguna intención” de enfrentarse con los antidisturbios. Dicen que solo quieren retomar las plazas, volver a reunirse con todos aquellos que han dejado de creer en este sistema que los representa.

El Sindicado Unificado de Policía (SUP) asegura que la Policía no cuenta con ningún protocolo escrito ni ningún reglamento interno que les indique cuáles son las pautas que deben seguir. Todo dependerá de la resistencia de los manifestantes. Agotado el plazo otorgado por la Delegación del Gobierno, los policías informarán de que ya se ha superado el tiempo y que se debe desalojar la plaza. Si los manifestantes hacen oídos sordos a las advertencias, los policías esperarán hasta dar tres avisos. Si la Puerta del Sol sigue ocupada, y solo como último recurso, vendrá la carga policial.  

Los manifestantes insisten en que su objetivo no es llenar las plazas, ni desafiar la prohibición de Interior, ni atrincherarse en una acampada. “Son la policía, los medios de comunicación y los políticos quienes nos los atribuyen como objetivos, pero solo son nuestros medios”, asegura una manifestante. Para Kike Castelló, portavoz de Democracia Real Ya, la limitación horaria es un brindis al sol y una medida claramente injusta. “En realidad, la Policía no puede hacer nada si hay mucha gente. Esperemos que no creen un problema donde no lo hay”, añade.

"Sin excusa para quedarnos en casa"

Los indignados que mañana saldrán a la calle pretenden ser el primer paso de muchos más “en busca de la consecución de los objetivos que venimos pidiendo desde el año pasado”. Si entonces sirvió para comprobar que la sociedad española “no está dormida”, este año quieren convertirlo en el que comiencen a recogerse los frutos de la indignación. “Desde luego, si en el 15-M vimos motivos para salir a la calle, hoy no tenemos excusa para quedarnos en casa, con los recortes tan brutales que estamos sufriendo”, añade Castelló.

Ayer, el hashtag #YoVoy12M, que anima a las manifestaciones del 15M de mañana, se convirtió en una tendencia mundial. El Movimiento se siente fuerte y más que indignado, desesperado. Durante la jornada previa a que se inauguren las conmemoraciones del primer aniversario, las redes sociales hierven. El apoyo al sector financiero por parte de un Gobierno que ha quitado 10.000 millones en Sanidad y Educación ha sido el último argumento de los manifestantes para convencer a los ciudadanos de que este fin de semana tomen las calles. Todos sueñan con revivir mañana el aspecto de las plazas de aquellos días de mayo de 2011.