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Posada quiere pactar un protocolo anti preguntas incómodas sobre la Casa Real
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TRAS LAS ÚLTIMAS INICIATIVAS PLANTEADAS POR IU Y ERC

Posada quiere pactar un protocolo anti preguntas incómodas sobre la Casa Real

El presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada, quiere pactar con la Mesa de la Cámara un protocolo por el que se regule de una

Foto: Posada quiere pactar un protocolo anti preguntas incómodas sobre la Casa Real
Posada quiere pactar un protocolo anti preguntas incómodas sobre la Casa Real

El presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada, quiere pactar con la Mesa de la Cámara un protocolo por el que se regule de una vez por todas los criterios que debe seguir el Congreso con las preguntas formuladas al Gobierno sobre terceras instituciones ajenas a su competencia como la Corona. El objetivo es acordar una serie de normas que creen algo parecido a una jurisprudencia parlamentaria y que sirvan para vetar determinadas cuestiones incómodas como las planteadas en los últimos meses por Izquierda Unida y ERC, dos partidos que de forma tenaz intentan romper el techo de cristal que existe sobre la Jefatura del Estado.

Posada ha planteado a PP, PSOE y CIU, con representación en la Mesa cedida por el PP, la necesidad de cerrar un acuerdo al respecto en la reunión que celebrarán este martes. Un asunto que el presidente del Congreso ve necesario abordar cuanto antes para evitar más acusaciones de veto a determinadas preguntas, tal y como ha ocurrido en los últimos días con las que IU dirigió al Gobierno sobre el papel del Rey en el 23-F. La Mesa las ha rechazado en dos ocasiones por “versar sobre materia ajena a la competencia del Gobierno”.  

A principios de febrero, Izquierda Unida registró una iniciativa en el Congreso por la que instaba al Gobierno del PP a “desclasificar todos los documentos y grabaciones de conversaciones telefónicas en poder del Estado” relacionadas con el 23-F, incluidos los servicios de inteligencia y las llamadas “entre el Palacio de la Zarzuela y el exterior”. Llamazares pretendía con ello aclarar el papel del Rey durante el golpe de Estado a raíz de la difusión de un despacho del entonces embajador alemán en Madrid, Lothar Lahn, en el que el diplomático informaba a sus superiores de la “comprensión, si es que no incluso simpatía” que el monarca había mostrado por los militares.

Llamazares acompañaba la iniciativa con una batería de ocho preguntas al Gobierno en las que pedía información sobre dónde están y quién custodia las grabaciones que pudieron realizarse, si el Ejecutivo tiene voluntad de desclasificar todos los documentos del juicio a los golpistas o si tiene alguna fecha prevista para proceder a desclasificar documentos, grabaciones e informes relacionados con el Golpe de Estado.

PP y CIU votaron a favor de vetar las preguntas y el PSOE se limitó a indicar que el texto debía ser reformulado. Llamazares recurrió y la Mesa volvió a señalar que no las puede admitir porque se refieren a “supuestas actuaciones de terceros no sometidos al control parlamentario”.

ERC rompe el veto

El protocolo de Posada serviría también para evitar que la Mesa tenga que pronunciarse, de forma individual, sobre cada una de las preguntas que recibe sobre este tipo de cuestiones por parte de los diputados, como tuvo que hacer, a principios de año, con las 100 cuestiones planteadas por Joan Tardá, el único diputado que, gracias a su tesón, ha conseguido pasar, aunque sea parcialmente, la exigente criba de la Mesa del Congreso. 

La Cámara aceptó en enero tramitar 60 de las 100 preguntas que el diputado de ERC registró en diciembre de 2011, después de que la Casa del Rey diera cuenta del destino de la asignación pública que recibe. Otras 40, sin embargo, no pasaron el filtro. Fue, de todos modos, un premio a la constancia de Tardá, que en 2007 ya planteó otra batería de preguntas muy similares y que, entonces, como suele suceder casi siempre, fueron rechazadas en bloque. Un veto que ERC llevó incluso al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, que aún no ha fallado al respecto.

Tardá aún no ha recibido la contestación por escrito del Gobierno, que deberá llegar al Congreso en breve. Llamazares, en cambio, ha anunciado que, como último recurso, enviará directamente sus cuestiones a la Zarzuela por si la institución tiene interés en darles respuesta. A su juicio, el Congreso ha convertido el 23-F y la Monarquía en temas “tabú”. Asuntos que, de prosperar la iniciativa de Posada, serán todavía más difíciles de sondear. 

El presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada, quiere pactar con la Mesa de la Cámara un protocolo por el que se regule de una vez por todas los criterios que debe seguir el Congreso con las preguntas formuladas al Gobierno sobre terceras instituciones ajenas a su competencia como la Corona. El objetivo es acordar una serie de normas que creen algo parecido a una jurisprudencia parlamentaria y que sirvan para vetar determinadas cuestiones incómodas como las planteadas en los últimos meses por Izquierda Unida y ERC, dos partidos que de forma tenaz intentan romper el techo de cristal que existe sobre la Jefatura del Estado.

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