El Consejo Europeo del próximo lunes prepara un primer susto a Rajoy: un viaje en helicóptero

El presidente del Gobierno todavía no lo sabe, y no consta que se lo vayan a decir hasta que no haya más remedio, pero el Consejo Europeo le prepara para la trascendental reunión del próximo lunes un disgusto de entrada con el que no cuenta: un desplazamiento en helicóptero. Mariano Rajoy tiene un comprensible pánico a volar en ese tipo de aparatos desde el accidente que sufrió el 1 de diciembre de 2005 en la localidad madrileña de Móstoles.

El helicóptero de las Brigadas Especiales de Seguridad de la Comunidad de Madrid en que viajaba junto con Esperanza Aguirre se cayó a plomo cuando intentaba levantar el vuelo. La presidenta del Ejecutivo autonómico salió tan pancha del helicóptero averiado, pero el hoy jefe del Ejecutivo y el resto de sus acompañantes tuvieron que pasar después por el hospital. Rajoy se rompió un dedo (que nunca sanó del todo) y sufrió una luxación en otro, ambos de la mano derecha.

Los organizadores de la reunión del Consejo Europeo, que desconocen la fobia del presidente del Gobierno español a volar en aparatos con rotor, tienen planeado trasladar en ese tipo de aeronaves a los mandatarios europeos que llegan el lunes por la mañana a Bruselas vía aérea desde sus países de origen. En Bélgica está convocada una huelga general del sector público que, con las manifestaciones correspondientes en todo el país, incluyen el bloqueo de la capital, Bruselas. Para evitar atascos y no añadir más problemas el Consejo utilizará el helipuerto de su sede para recibir, uno a uno, a los jefes de los Ejecutivos europeos. Los organizadores todavía no saben que deberían informar del "detalle" del helicóptero a la Moncloa.

La reunión del Consejo vuelve a ser clave para el futuro de la eurozona y en el caso español casi una prueba de selectividad para ver si las reformas económicas puestas en marcha o anunciadas por el Gobierno de Rajoy convencen a la UE, y a Alemania en especia. Está en juego hasta la posibilidad de que se relaje la exigencia en el recorte del déficit público para este año. Los sindicatos belgas paralizan el país para protestar por los recortes sociales que el gobierno de Bruselas aplica en la administración: aumento de los años de cotización para las jubilaciones o la equiparación de pensiones entre el sector público y el privado.