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Iñaki, el esposo que recogió el paquete bomba que ETA envió a Rosa Díez
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JOSÉ IGNACIO FERNÁNDEZ DE OCHOA SE PRESENTÓ EN LAS LISTAS DE UPYD EN GETXO EL 22-M

Iñaki, el esposo que recogió el paquete bomba que ETA envió a Rosa Díez

Pocas veces Rosa Díez se deja ver en algún acto con su marido. No le gusta, ni a ella ni a él, mezclar trabajo y familia,

Foto: Iñaki, el esposo que recogió el paquete bomba que ETA envió a Rosa Díez
Iñaki, el esposo que recogió el paquete bomba que ETA envió a Rosa Díez

Pocas veces Rosa Díez se deja ver en algún acto con su marido. No le gusta, ni a ella ni a él, mezclar trabajo y familia, pero el 22-M se ofreció para completar la lista por Getxo del partido que lidera su mujer. Muy celosa de su intimidad, las pocas veces que Díez ha hablado sobre su vida privada reconoce el aguante de su marido para resistir la distancia y aguantar su ritmo de trabajo. Él fue quien recogió en su propio domicilio el paquete bomba que ETA envió en 1997 cuando ella era consejera del Gobierno vasco.

José Ignacio Fernández de Ochoa, Iñaki para todos, tuvo la suerte de que cuando recogió el primer y último paquete bomba que llegó a su casa algo fallara cuando empezó a abrirlo. Según los ertzainas, no era un paquete bomba con capacidad para matar. Estaba dentro de un libro, el anuario de El Correo vaciado, y era lo suficientemente potente como para que quien lo abriera sufriera un daño difícil de evaluar.

A pesar de que Rosa Díez insiste en que aquella bomba que nunca estalló no condicionó su vida, sí reconoce que aquel día marcó a sus hijos, Diego y Olaya, sobre todo a la niña. Cuando su madre intentó tranquilizarlos quitándole hierro al asunto, su hija, que por entonces tenía 14 años, le respondió: “Mamá, yo un poco de miedo sí que tengo”. Fue entonces cuando la lideresa de UPyD se percató de que si ETA envía un paquete bomba a casa y no al despacho, le están avisando de que su familia también es vulnerable. Ni siquiera aquel día se replanteó su vida y decidió asumir que ése era el precio que debía pagar por seguir defendiendo la libertad.

Díez e Iñaki se casaron en 1974, cuando él terminó el servicio militar. Se conocieron en una romería en un pueblo al lado del suyo cuando tenían 15 años e Iñaki era el batería de los Joby´s. Cuando se casaron y decidieron vivir en el pueblo de Rosa, él encontró trabajo en la misma empresa que su suegro, primero en Castrejana y después en Basauri. Vasco de nacimiento, nació en Alonsótegi, un pueblo cercano a Sodupe. Su familia materna es tan del PNV que el primer balcón que lució una ikurriña en su pueblo fue la de su familia. Su familia paterna, de raíces asturianas, sintonizaba más con la orientación socialista de su nuera. 

Padres de dos hijos, Rosa reconoce que sin el apoyo de los tres nunca hubiera podido luchar por defender la libertad. Los pocos personajes públicos que lo conocen destacan de Iñaki su capacidad para soportar el torbellino Díez (Sodupe, 1952), que estudió para administrativa y trabajó como funcionaria en la Administración del Estado. Desde entonces, le ha dado tiempo a ser seis años consejera del Gobierno Vasco y a dirigir el PSE. También fue miembro del Parlamento Vasco antes de ser elegida europarlamentaria en 1999. En el Congreso del PSOE del año 2000, Díez compitió junto con José Luis Rodríguez Zapatero, José Bono y Matilde Fernández por la Secretaría General del PSOE. Fue diputada del PSOE en el Parlamento Europeo desde 1999 hasta agosto de 2007, cuando abandonó el partido y dejó su acta de diputada para fundar el nuevo partido que hoy lidera, UPyD.

En el libro que ella misma escribió nada más romper con el PSOE, Díez reconoce que en su vida política y en su proyección pública siempre se ha sentido arropada por completo por su familia y los tres, Iñaki, Diego y Olaya, han asumido la dedicación absoluta a la política de su esposa y madre. También sus hijos se han dejado arrastrar por la marea magenta que creó su madre y el 22-M se presentaron, como su padre, a las listas. Él en Bilbao. La niña en Barakaldo.

Pocas veces Rosa Díez se deja ver en algún acto con su marido. No le gusta, ni a ella ni a él, mezclar trabajo y familia, pero el 22-M se ofreció para completar la lista por Getxo del partido que lidera su mujer. Muy celosa de su intimidad, las pocas veces que Díez ha hablado sobre su vida privada reconoce el aguante de su marido para resistir la distancia y aguantar su ritmo de trabajo. Él fue quien recogió en su propio domicilio el paquete bomba que ETA envió en 1997 cuando ella era consejera del Gobierno vasco.

Rosa Díez